El Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska está presionando a los investigadores para que oculten en sus informes policiales que la madre secuestradora de sus dos hijos de 12 y 14 años entregó a los menores al sentirse rodeada. La causa conocida como el "otro caso Juana Rivas" es investigada por la Guardia Civil en funciones de Policía judicial y la progenitora se puede enfrentar a un presunto delito de sustracción de menores, abandono de menores y a varios delitos de desobediencia.
Cristina M. retuvo a sus hijos desde primeros de noviembre y se encontraba en paradero desconocido hasta el pasado miércoles cuando se entregó con los niños en los Juzgados de Sevilla. Se negaba a poner ningún tipo de vacuna a los menores, incluyendo la de la covid-19. El Juzgado de Instrucción nº 2 de la capital hispalense en funciones de guardia acordó entonces su puesta en libertad provisional con la prohibición de acercarse a menos de 300 metros y comunicarse con los dos niños. El abogado del padre se reservó la posibilidad de solicitar más medidas cautelares una vez se levante el secreto de sumario.
Fuentes próximas al caso consultadas por Libertad Digital denuncian que Interior quiere que los agentes supriman en sus informes que la entrega de los menores por la madre fue motivada por la "presión policial" a la que estaba siendo sometida. Un hecho que si constase en los citados informes desmontaría cualquier hipótesis de que la progenitora se hubiese arrepentido y hubiese decidido colaborar con la justicia.
Las mismas fuentes consultadas por LD afirman que "los agentes ya habían descubierto el paradero de la secuestradora en el pequeño pueblo del Algarve portugués, Aljezur, siguiendo su dirección IP de internet. "La madre supuestamente habría visto un coche sospechoso en las inmediaciones de su escondite y al sentirse descubierta y rodeada, antes de que los agentes entraran en el domicilio y la arrestaran, decidió volver a Sevilla y entregarse", apuntan.
"Esta intromisión de Interior en la labor de los agentes ha provocado una gran indignación y un gran enfado porque, si no se incluye en los informes que la madre se entregó por la presión policial, en un futuro se puede suavizar la condena que se imponga a la secuestradora y, además, resta mérito al gran trabajo realizado por la Guardia Civil. El Ministerio de Interior pretende que la madre pueda en su momento beneficiarse de la atenuante de colaboración y arrepentimiento".
"A su vez, los investigadores han recibido en los últimos días llamadas telefónicas de representantes políticos para silenciarlos y evitar posibles filtraciones de la instrucción y así que no trasciendan las maniobras de Interior", destacan.
La causa es investigada por el Juzgado de Instrucción nº 10 de Sevilla, que mantiene las actuaciones bajo secreto de sumario, aunque tras haberse entregado la madre con los menores podría levantarse próximamente. Los menores de 12 y 14 años que han vuelto con el padre desnutridos tras el rapto también podrían declarar para esclarecer aspectos clave del caso en los próximos días.
La pareja de la secuestradora, clave en el caso
Las mismas fuentes consultadas por este diario subrayan "el papel principal" que habría desempeñado la pareja septuagenaria de la madre secuestradora, Juan C. "Él fue quién trasladó a la madre y a los menores al pueblo del Algarve portugués donde se escondieron hasta este miércoles y tiene un conocimiento absoluto de todo lo que sucedió", añaden.
Dichas fuentes destacan las rarezas y excentricidades de este hombre, cuya identidad aparece en la investigación de los Papeles de Panamá como copropietario de una sociedad offshore y que pertenece a una famosa familia de rejoneadores: "Consume ayahuasca, una bebida indígena alucinógena. Dijo a los menores que no se acercaran a gatos porque son espías de extraterrestres y en su finca posee una estructura metálica desde la que asegura poder ver el universo".
