El Mundo
"Sánchez endurece la contratación tras no derogar la reforma laboral". "Por la rueda de prensa que protagonizó ayer Yolanda Díaz, se diría que hasta el día de hoy los trabajadores españoles vivían sometidos a un régimen de semiesclavitud del cual Díaz acaba de emanciparles, restaurando sus derechos arrebatados en un acto de reparación sin precedentes en Europa", dice el editorial. Sí, le faltó decir que era el días mas feliz de su vida.
"Lo cierto es que ni PSOE ni Podemos han derogado finalmente la reforma laboral del PP, como prometieron durante años", alabado sea Dios, lo que no se han privado es de toquetearla un poco para incorporar cláusulas "que aumentan la rigidez de nuestro mercado de trabajo" y sea más difícil encontrar curro. "La burocracia se multiplica, la regulación aumenta, la flexibilidad disminuye. Y si bien es cierto que podía haber sido mucho peor dadas las credenciales sectarias de la coalición de Moncloa, tampoco es esta la reforma laboral que necesitan quienes crean empleo en España".
Todo lo demás es ómicron. "Reducir las cuarentenas a cinco días: 'Algunos ingresarán en UCI, es difícil de justificar sin aval científico'". "Sanidad admite que se podría estar infraestimando la presencia de ómicron en España". ¿Infraestimando? Pero si no se habla de otra cosa con un alarmismo feroz.
El País
"España debate si acorta los días de aislamiento de los contagiados". "Así se compara la sexta ola covid con las anteriores: más casos que nunca y cerca de la mitad de ingresos".
Sergio del Molino dice que estamos "encabronados". "Lo que antes se llamaba fatiga pandémica ahora es pura rabia. Sale por aspersores, ya no son esputos sueltos que se puedan limpiar discretamente con un pañuelo, y nadie se libra de las salpicaduras. El Gobierno, cuya función debería ser cerrar los chorros, contribuye al riego con entusiasmo: su decreto de las mascarillas en la calle —inexplicable e inexplicado— casi inspiró un nuevo motín de Esquilache y puso de uñas a parte de sus apoyos parlamentarios y a no pocos líderes de opinión afines que, hasta hoy, moteaban de facha cualquier crítica a la gestión sanitaria. Tan encabronados estaban los rufianes y errejones, que no les importó acusarse a sí mismos de fachas por un día". Vamos a acabar todos en el manicomio.
"El encabronamiento de este fin de año tiene que ver con la frustración y la hartura", "nos despellejamos con saña", dice con razón. Según dicen, entrar en las redes sociales es como revolcarse en un estercolero. Una guerra virtual de trincheras.
"El encabronamiento ha empapado tanto el tejido social que no hay escapatoria. Noto a mi madre encabronada, a los padres del cole de mi hijo, a los vecinos, a mis amigos. Por más que busco, no veo la salida de este pueblo infestado de gremlins. Peor: al encabronarme con los encabronados, temo transformarme en uno". Es difícil no encabronarse cuando te cobran 12 euros por un test de antígenos mientras en el resto de los países no llegan al euro o los regalan. Con los precios disparados las familias no llegan a fin de mes, pero el Gobierno se sube el sueldo. ¿Es para encabronare o no?
Y si eres madrileño, cómo no encabronarse cuando lees titulares como este. "No faltan test de antígenos en las farmacias de Madrid, si puede pagarlos". ¿Acaso Madrid tiene las competencias para regular los precios de los test? ¿Para qué está el Gobierno, para montar en Falcon? ¿Por qué no permiten que los vendan en supermercados como hacen en Francia, Reino Unido, Portugal? "Las pruebas gratuitas llegan a cuentagotas y se agotan rápidamente". Pues oiga, al menos Ayuso ha regalado test, algo que no ha hecho ni el Gobierno ni ninguna otra comunidad autónoma.
El País está últimamente muy encabronado con Sánchez. Si el otro día le echaba un broncazo de narices por la gestión de la ómicron, hoy le zurra la badana por pedir paciencia a los palmeros. "Tiempo es precisamente lo que no tienen tanto el Gobierno central como el autónomo o las corporaciones locales. Los palmeros comienzan a impacientarse por la lentitud en la llegada de ayudas y donaciones".
"Pero tampoco alcanza el dinero comprometido a tantos daños. La aportación anunciada por el Gobierno de España y el de Canarias apenas supone la mitad de la factura provisional, y el Fondo de Solidaridad de la UE únicamente atiende el 2,5% del balance total de daños, restringido a la reparación de bienes y servicios de titularidad pública". Anda, que resulta que la promesa de Sánchez no se va a cumplir. Me suena.
ABC
"Sánchez cuela 25 reformas en los nuevos Presupuestos". "La ventaja del Gobierno es la coartada de la pandemia, expuesta en el umbral de cualquier discurso del presidente y sus ministros, para prolongar en el ánimo de los ciudadanos el estado de excepción que Sánchez no quiso formalizar como ordena la Constitución. En esa pandemia, el Gobierno de socialistas y comunistas, apoyado en proetarras y separatistas, busca y encuentra el burladero para infiltrar en la práctica política española una forma de gobernar cada día menos democrática y más autoritaria", dice el editorial.
"Trapicheo y venta ilegal de test de antígenos en el mayor bazar chino de Europa". "ABC ha comprobado cómo algunos locales de Cobo Calleja dispensan pruebas a 5 euros, pese a no estar autorizados para ello". Si es que es normal. La gente buscando test desesperada, pagando precios desorbitados por ellos y las autoridades desaparecidas. Ya estamos como con las mascarillas.
La Razón
"El PP denuncia en la UE la 'deficiente' gestión de los fondos de reconstrucción". "Europarlamentarios populares denuncian la praxis de la ministra Calviño y preguntan si la asignación a regiones afines, las subvenciones a dedo o la reforma de 42 sedes sindicales se ajustan a los criterios de Bruselas". Todo esto se explica en la campaña contra Calviño por llamar desequilibrado a Casado. No se lo perdonará nunca.
Y a Marhuenda le ha tocado la covid. "En mi caso, y sin ánimo de minimizar la pandemia, ha sido el catarro más leve que he sufrido en mi vida. Por tanto, soy muy afortunado. La parte negativa es que estoy confinado en casa, algo que detesto, pero sigo trabajando con la incomodidad de llevar la mascarilla en casa para no contagiar a mi familia".
Lo que encabrona a Marhuenda es que se siente tratado como un apestado. "Se nos limitan los movimientos, cosa que no sucede con la gripe o cualquier otra dolencia, impidiendo nuestro libre albedrío. Nos convertimos, gracias al omnímodo poder del Estado, en sujetos bajo sospecha". Que te sea leve, Marhuenda, cuídate.