El major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, ha sido destituido. Ya no es el jefe de la policía regional catalana. El departamento de Interior, en manos de ERC, ha decidido sustituirlo por Josep Maria Estela, hasta ahora jefe de la zona policial de Tarragona.
Trapero estaba en el punto de mira del gobierno de la Generalidad, que recelaba de la agenda "propia" del policía y de sus visitas a Madrid, donde mantenía frecuentes contactos con jefes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Se llegó a decir que esas reuniones eran secretas y parte del independentismo puso el grito en el cielo cuando trascendió que Trapero también se había reunido con responsables de seguridad de la Casa Real. Tampoco operaba a favor del major que fuera el encargado de saludar al Rey en las visitas del monarca a Cataluña dado el boicot decretado por los cargos políticos tanto de la Generalidad como del Ayuntamiento.
A Trapero se le acusa también de exceso de protagonismo. Su figura fue ensalzada tras los atentados islamistas de Barcelona y Cambrils de los días 17 y 18 de agosto de 2017. El gobierno catalán que encabezaba entonces Carles Puigdemont utilizó a Trapero como imagen de la eficacia de la administración catalana y como símbolo del nuevo país independiente que, decían, estaba a punto de constituirse.
Trapero se dejó utilizar y durante el golpe de Estado puso todas las trabas posibles a la coordinación policial que le exigía el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, habilitado por el Gobierno como máxima autoridad policial en Cataluña. Trapero se resistió a cumplir las órdenes de Pérez de los Cobos y el despliegue de los Mossos durante el referéndum ilegal del 1-O se interpretó como una auténtica incitación al golpe. Las parejas (binomios según la jerga policial catalana) de mossos enviadas a los puntos de votación eran aplaudidas por los independentistas y muchas de ellas se dedicaron a vigilar los movimientos de la Policía Nacional y la Guardia Civil e incluso llegaron a protagonizar enfrentamientos con agentes de esos cuerpos.
El supuesto plan para detener a Puigdemont
Sin embargo, durante el juicio en el Tribunal Supremo seguido contra los máximos responsables del golpe y en el que posteriormente se llevó a cabo en la Audiencia Nacional sobre su papel durante la asonada, Trapero negó cualquier connivencia con las autoridades políticas regionales y llegó a hablar de un plan para detener a Puigdemont si se le hubiese pedido. Lo cierto, sin embargo, es que agentes de los Mossos ayudaron a escapar al expresidente de la Generalidad.
Tras ser absuelto en la Audiencia Nacional en una polémica sentencia con el voto en contra de la presidenta de la sala, Concepción Espejel, Trapero recuperó el mando de los Mossos que le había sido retirado en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Fue en la pasada legislatura y bajo el gobierno de Torra, con una consejería de Interior en manos de Junts per Catalunya (JxCat) el partido de Puigdemont, con quien Trapero llegó a compartir paella y fiesta en la casa de Cadaqués de la musa del proceso Pilar Rahola un par de años antes del golpe. Eran otros tiempos.