El mismo consejero de la Generalidad catalana que pone el grito en el cielo por las sentencias favorables a la presencia del español en los colegios catalanes, el dirigente que se muestra en público partidario de la desobediencia, el político que marca el camino para señalar a las familias denunciantes, Josep Gonzàlez-Cambray, es el mismo que hace un mes dio instrucciones precisas al colegio de Canet de Mar para que introdujera el español en una clase de P5.
Según un documento de la propia consejería que destapa el digital Crónica Global, el republicano Gonzàlez-Cambray comunicaba al centro Turó del Drac (Cerro del Dragón) que debía introducir el español como lengua vehicular en los siguientes contenidos: "Educación visual y plástica", "Psicomotricidad vivencial", "Rincones de grafomotricidad" y "Rincones de juego".
La instrucción de la consejería de Educación data del pasado 26 de noviembre y es consecuencia de la resolución judicial dictada el 14 de octubre de 2021 por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), una medida cautelar ante la petición de la familia de un 50% de clases en español.
La resolución posterior del Tribunal Supremo que avala otra sentencia del TSJC a favor de un 25% de clases en español en todos los centros es lo que habría precipitado la furibunda reacción de la Generalidad contra la familia denunciante de Canet de Mar para evitar una cascada de peticiones de ejecución de sentencia. El caso de la familia de Canet tendría así un valor instrumental para el separatismo, sería una forma de desactivar a las familias que estén dispuestas a pedir la introducción del español en el sistema educativo catalán. Para ERC también sería una manera de sacar pecho en el frente separatista, puesto que su independentismo ha sido cuestionado por la mesa de diálogo con el Gobierno y la negociación de los Presupuestos.