El material informático incautado a la familia Pujol Ferrusola para ser investigado en la Audiencia Nacional fue robado a punta de pistola hace un año cuando era trasladado a Barcelona para ser devuelto a los miembros del clan. Una furgoneta de la empresa MRW transportaba el material, consistente en ordenadores, pendrives, tabletas, teléfonos móviles y una caja de relojes de alta gama, cuando fue abordaba por un grupo de delincuentes que a punta de pistola se hicieron con todos los objetos.
Según ha desvelado La Sexta, el asalto a la furgoneta sucedió el 23 de noviembre del año pasado en la avenida madrileña de Entrevías. El vehículo había sido contratado por los abogados de la familia para que el material, incautado en los registros de los numerosos domicilios del clan, fuera devuelto a sus dueños. Cuatro encapuchados aprovecharon que la furgoneta estaba parada en un semáforo para romper los cristales a culatazos, encañonar al conductor y hacerse con los paquetes. La furgoneta, una Fiat Ducato, apareció al cabo de unas horas en un descampado totalmente calcinada.
La familia Pujol Ferrusola denunció en su momento la pérdida de 15 pendrives, ocho ordenadores, varios monitores y teléfonos móviles, tarjetas de memoria, discos y tabletas. Se trata de un material que fue incautado a los hijos de Jordi Pujol y Marta Ferrusola en registros judiciales acontecidos entre 2014 y 2017.
Según la familia, la devolución se iba a producir después una vez extraída por parte de los investigadores toda la información sensible. Los miembros del clan aducen que pidieron la devolución del material porque también contenía información personal, fotos familiares y documentación relativa a negocios ajenos a la investigación judicial. Además, acusan a la denominada "policía patriótica" del excomisario Villarejo.
La familia se queja de que tras poner la denuncia no han recibido ninguna información y consideran que la propia Policía habría quemado los dispositivos para que no pudieran ser reutilizados. Según los Pujol Ferrusola, un incidente tan extraño demuestra que la causa contra ellos es un montaje. Y eso a pesar de que fue el patriarca del clan quien confesó la existencia de una fortuna oculta en Andorra.