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Las preguntas sobre el estrambótico caso Manel Monteagudo: ¿35 años en coma?

Es la historia de un hombre que asegura que ha estado en coma 32 años. Pero su inverosímil relato deja muchos interrogantes.

Es la historia de un hombre que asegura que ha estado en coma 32 años. Pero su inverosímil relato deja muchos interrogantes.
Manel Monteagudo. | EFE

Manel Monteagudo, nacido en el pequeño lugar de Cando, en Outes (La Coruña), ha decidido contar la que él defiende que es su historia, un coma que duró 35 años (de los 22 a los 58) y del que despertó en 2014, estado que avala su mujer, Conchi, con la que asegura que tuvo dos hijas en ese período.

Según explica en varias entrevistas, Manel era marinero por aquel entonces. Trabajaba en un barco mercante alemán que se encontraba en las costas de Irak. El encargado de arreglar una pieza del buque se había quedado dormido, así que él se ocupó de sustituirle. Tristemente, un accidente provocó que Manel cayese desde lo alto de la escalera, a unos 6 metros de altura.

En su relato, tan ampliamente difundido en los medios de comunicación como cuestionado en las redes sociales, son numerosas las preguntas que surgen, a algunas de ellas pretende darles respuesta públicamente y a otras pidiendo que no se reproduzcan por respeto, dice, a la que es su mujer. Así las cosas, por lo que dice y por lo que no, son numerosas las dudas que asaltan al que lee los periódicos que se han hecho eco de esta noticia desde el inicio del verano, aunque ahora de manera más intensa.

La ley de protección de datos impide acceder a su historia clínica, que él tampoco está obligado a entregar, por lo que la historia de su vida tras un incidente en un barco en Irak sólo puede ser apoyada por sus parientes, amigos de la infancia y por el círculo literario en el que se mueve. Todas esas fuentes no dudan de él.

¿Existió el accidente?

Nadie lo pone en duda. En la aldea en la que nació todos recuerdan esa historia. También en Noia, donde fijaron la residencia sus padres. Y saben que Manel tenía en aquel entonces una novia que se llamaba Conchi. Su nombre real es José Manuel Blanco Castro pero eligió como apodo artístico el de Manel Monteagudo.

¿Cómo pudo casarse? ¿Y tener tres hijos?

A Xoán Mariño, presidente de la asociación cultural Terra de Outes, y autor de una de las primeras entrevistas, le habló de un "estado vegetativo con breves momentos de lucidez", antes de recaer de nuevo en un estado comatoso.

Manel comenta que Conchi se ocupó del matrimonio por lo mal vista que estaba en la época una convivencia sin papeles y porque, pese a contar con 19 años, estaba dispuesta a cuidarle.

Sobre la descendencia, aporta una versión, que ruega no divulgar por las repercusiones que pueda tener. Lo pide encarecidamente pensando en su mujer.

¿Puedes alguien despertar de un coma después de 35 años?

"Desde luego, suena raro, muy raro", asegura el neurólogo clínico Ayoze González a El Mundo. "Yo no digo que su caso sea imposible, pero es extremadamente difícil de entender. Si hubiera estado en estado vegetativo, como se ha dicho, la probabilidad de que se recuperara 35 años después son casi inexistentes. Y si ha estado en coma, que es otra cosa, habría que analizar exactamente las causas de ese estado, pero saldría con la musculatura atrofiada y con muchos problemas para recuperar las funciones. Yo, desde luego, no he visto ni leído jamás un caso similar. Médicamente es muy poco probable".

Manel no sólo "despertó" después de 35 años, sino que durante ese tiempo se casó y tuvo dos hijas. Además, desde que salió del coma ha escrito varios libros y se mueve perfectamente. "Es muy extraño todo, la historia ya riza el rizo", admite el doctor González.

¿Error o confesión?

No es posible saber exactamente el estado en el que se encontraba. Él lo contó cuando quiso. El director de la editorial Galaxia, Francisco Castro, fue uno de los primeros en saberlo. Manel es un habitual entre el gremio en Vigo. Y lo mismo ocurre con la comarca coruñesa del Barbanza, donde está su origen y en la que ha presentado varios de sus poemarios.

¿Las secuelas son reales?

Él habla de las que son motoras, como bajar la cabeza durante mucho tiempo o soportar peso. Y afirma que tuvo que volver a caminar, hablar y aprender a ir, sin ayuda, al baño. Que necesitó ayuda psicológica y psiquiátrica es un dato que también facilita.

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