Pretenden acabar con el desánimo y la pasividad, agitar las estancadas aguas del constitucionalismo en Cataluña y articular una alternativa real al separatismo en la Generalidad y al Gobierno de Sánchez y los podemitas en la Moncloa. Y todo ello a través de un nuevo manifiesto en el que trazan las líneas estratégicas para una operación de un calado político más que ambicioso. Se trata de la última iniciativa de un grupo de personalidades entre las que destaca Ferran Toutain, uno de los fundadores de Ciudadanos, el escritor Valentí Puig y el exdiputado del PP y comunicador Juan López Alegre, que será la cabeza visible del proyecto.
De entrada, han avanzado al ABC una parte del texto en el que se propone que en el próximo ciclo electoral los partidos constitucionalistas se articulen en una sola candidatura, una suerte de "confluencia política del mundo constitucionalista para presentar un único proyecto capaz de dar respuesta a los problemas reales de la sociedad catalana y derrotar en las urnas tanto al nacionalismo como al populismo". Según los promotores de la idea, los partidos de centro derecha en Cataluña acumulan un desgaste obvio, por lo que es necesario un "único proyecto".
Además, plantean "una Cataluña líder, leal con el conjunto de España, no una Cataluña que se proclame distinta o superior" y denuncian "la política de cesiones, las mesas bilaterales de negociación y posibles amnistías blanquean a los que pretenden que miles de catalanes nos sintamos extranjeros en nuestro propio país. La equidistancia, cuando no apoyo directo al independentismo, de una parte importante de la sociedad civil y empresarial de Cataluña ha hecho posible que el independentismo se mantenga en las instituciones".
También lamentan que los sucesivos gobiernos de España hayan confundido a la parte separatista de Cataluña con Cataluña entera y afirman que "los catalanes no independentistas no podemos volver a ser moneda de cambio de intereses políticos a nivel nacional. Debemos ser políticamente fuertes para que la negociación de la Presidencia del Gobierno o los Presupuestos no queden en manos de las prioridades políticas de grupos nacionalistas y populistas, sino que podamos influir para que el Gobierno active una agenda reformista".