El Mundo
"Otegi dice lamentar el dolor de ETA con el aplauso del PSOE". El PSOE se ha puesto como unas castañuelas porque cree que así se le perdonará que pacte con el partido de los asesinos. Va a ser que no, Pedro. "Tienen la representación política que le dan los votos y con esa representación hablamos para ver si podemos resolver problemas que tienen los ciudadanos", dicen los socialistas. ¿Y Vox no tiene la representación política que le dan los votos?
Dice el editorial que Bildu son "herederos políticos de ETA". "Arnaldo Otegi ni condenó este lunes el terrorismo como forma de alcanzar objetivos políticos ni pidió perdón por los 853 asesinatos, las decenas de secuestros, las miles de extorsiones y, en fin, las cinco décadas de dictadura de terror y odio impuestas a la sociedad española en general y a la vasca en particular".
"A Otegi le tocó interpretar este lunes una forzada declaración de consideración hacia las víctimas, que servirá al Gobierno para blanquear a la formación abertzale cuando apoyen en el Parlamento los Presupuestos". Lo mismo el texto se lo escribió Bolaños. Otegi "debería empezar por prohibir a los suyos los homenajes a asesinos —se hacen más que nunca— y ayudar a esclarecer los más de 300 asesinatos sin resolver". Y ni aún así.
Jorge Bustos define el sarao socialista del fin de semana como "una ceremonia religiosa donde el líder orquesta su legitimación ante lo que ha de venir. El PSOE funciona como una religión cívica con sus santones (escondidos o rescatados), sus jaculatorias (socialdemocracia, compañeros y compañeras), su credo (observado o traicionado), su cielo sobre Moncloa y su infierno profetizado en las encuestas". Estaban como en éxtasis, parecían una secta más que un partido.
"Ahora bien. Al sanchismo le falta el final, que será lo más divertido. Y cuando llegue ya no habrá alternativa interna: todos aceptaron blanquearle, así que todos se mancharán entre sus escombros. Ese será el verdadero legado de nuestro aventurero. La culminación de su larga venganza contra el partido. Un cierre ciertamente redondo". Que sea pronto, antes de que nos arruinen a todos.
Porque es lo que está pasando. "El escandaloso precio de la factura de la luz —que marca récord tras récord en lo que es ya una rutina informativa— es un problema real que no entiende de demagogia ni de escenografía populista", advierte El Mundo.
"Al drama de los hogares, obligados a un ejercicio de malabarismo económico y energético para poder hacer frente a los recibos de luz y gas, se suma también el de los sectores industriales obligados a parar su actividad al no poder asumir la subida en la factura. Se calcula que este parón ha afectado a 20.000 empleos —un número que se incrementa cada día—, cifra que supone un golpe de realidad de tal magnitud que hace insostenible la irreal burbuja económica en la que Sánchez parece instalado. Tras meses de cruzarse de brazos, de ocurrencias sonrojantes como la de pedir a los ciudadanos que pongan la lavadora de madrugada y de repartir culpas a diestro y siniestro con tal de no asumir responsabilidad alguna, la inacción del Gobierno ya está afectando de forma preocupante a la competitividad de las empresas españolas. Incluso en las patronales se comienza a hablar del fantasma de la deslocalización si no se consigue revertir la situación, un escenario que hundiría el empleo y el tejido industrial". Esto es un problema, no los trans ni el feminismo ni las tontadas a las que dedica su tiempo el Gobierno.
El País
Encantado con Otegi. "Otegi, a las víctimas: 'Sentimos su dolor. No debió producirse'". Como si él no tuviera nada que ver. Luis Aizpeolea, el blanqueador de ETA en El País, está extasiado. "Nunca la izquierda independentista había realizado un reconocimiento tan explícito del dolor causado a las víctimas de ETA. La declaración de Otegi tiene un valor que debe reconocerse. Debe interpretarse como un paso importante en la evolución de la izquierda abertzale hacia la normalidad", dice.
No obstante, Aizpeolea le pone una peguita. "La declaración de Otegi dice que 'no debía haberse prolongado tanto en el tiempo' y que 'debíamos haber llegado antes a Aiete'". No dice explícitamente que el terrorismo no tuvo sentido para alcanzar objetivos políticos en una democracia y que, por tanto, Aiete nunca debía haber sido necesario. La izquierda independentista no ha terminado aún su recorrido". No claro, su fin es la independencia.
"Tras el reconocimiento que acaba de realizar a las víctimas de ETA cabe pensar que desaparezcan radicalmente los ongi etorris. Seguiremos presenciando nuevos pasos hasta su normalización democrática como fuerza política". A ver, Sánchez ya los ha normalizado por la vía de los hechos traicionando su palabra y a sus votantes. Qué más dan ya las declaraciones.
ABC
"El PSOE blanquea a Otegi como paso para aliarse con Bildu". Pero si ya está aliado. En Navarra y en el gobierno de la nación. El editorial califica la declaración del terrorista de "hiriente hipocresía. El dolor de las víctimas solo puede sentirse si se ha sido una de ellas". "Ni Otegi ni nadie de Bildu, de Sortu y de todo ese sucio mundo batasuno se han arrepentido jamás de nada", al contrario. "No hay nada más que una trampa dialéctica que la izquierda política ha vuelto a consumir. Y ya ni siquiera de manera claudicante, sino cómplice". Repito, seguro que lo escribió el PSOE.
"Ensalzar a Otegi, como hizo ayer la izquierda, solo demuestra que desde el Gobierno ya nadie va a luchar contra la prostitución de nuestra memoria real y de un dolor colectivo que jamás ha desaparecido". Pero si son sus socios desde el comienzo de la legislatura, sin su apoyo Sánchez no habría sido investido presidente, no se entiende a qué viene ahora tanta alharaca.
"Otegi no lamenta nada. Solo se resitúa para convertirse en un socio preferente de Pedro Sánchez, y para debilitar al PNV, que es con quien compite en las elecciones en el País Vasco". Pero lo peor es que "este PSOE cómplice e irreconocible lo siga adulando como a un líder político, en vez de tratarle como a un terrorista". Mientras maltrata e insulta a media España a todas horas.
Isabel San Sebastián está furiosa. Otegi, "que jamás ha mostrado el menor signo de arrepentimiento, dice 'lamentar el dolor' causado por sus colegas a todos los inocentes abatidos a sangre fría. No sé qué produce más asco, su desvergonzada hipocresía o la de Sánchez al intentar blanquear a su aliado". Sin duda, lo segundo.
La Razón
"Moncloa ve un 'punto de inflexión' en la relación con Bildu". Moncloa necesita gafas. Ese punto ya lo vimos los demás hace tiempo. Dice el editorial que "nos hallamos ante una de esas maniobras tácticas, con la marca de fábrica abertzale, que no buscan más que el rédito político". "Pero es que, además, es un sarcasmo cruel que los herederos de ETA se lamenten de la prolongación excesiva del terror, como si éste hubiera sido un fenómeno natural que escapara a su exclusiva voluntad". Como si pegar tiros en la nuca fuera lo mismo que la erupción del volcán en La Palma que no cesa.
"Que en ese juego pueda entrar el PSOE tiene una explicación que no por coyuntural deja de ser desoladora para los demócratas de este país. Porque también el Gobierno, en minoría parlamentaria, necesita blanquear de alguna manera a los herederos de ETA, siquiera para hacer más digerible entre las bases socialistas la alianza objetiva con quienes disparaban en la nuca a sus compañeros de partido en el País Vasco y fuera de él". El muerto al hoyo y el vivo al bollo, dirá Sánchez.
Anson analiza el congreso del PSOE. "Pedro Sánchez no encarna un Gobierno socialdemócrata como Felipe González sino un Gobierno de Frente Popular. Socialistas y comunistas conviven en el Consejo de Ministros y gobiernan con el apoyo de la extrema izquierda podemita, las agrupaciones secesionistas vascas y catalanas y el partido filoetarra. De socialdemocracia, nada de nada". Hechos son amores.
"Lo que ocurre es que Pedro Sánchez sabe que tiene las elecciones perdidas". Pues se le ve de lo más feliz. "En contra de su propio Gobierno de Frente Popular, Pedro Sánchez empieza a tomar posiciones de cara a las elecciones generales, proclamando al PSOE socialdemócrata y agarrándose al clavo ardiendo de la imagen y el prestigio democrático de Felipe González". Y el resultado es que Felipe González ha perdido su prestigio. Abrazarse a un embustero patológico es hacerse cómplice de sus mentiras.