Buena parte de los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado se sienten indefensos. Hace años que los principales sindicatos de la Policía Nacional y asociaciones profesionales de la Guardia Civil vienen advirtiendo de ello y las estadísticas del propio Ministerio del Interior empiezan a darles la razón con contundencia. El número de agresiones a los agentes se está disparando de forma alarmante en los últimos años.
Los últimos datos estadísticos anuales completos de la Secretaría de Estado de Seguridad dicen que el número de agresiones a agentes de la autoridad en 2020 fue de 8.254. El año anterior, en 2019, ese número había sido de 6.657 ataques. Es decir, hubo un aumento del 24 por ciento en este tipo de delitos. Algunas voces culparon de esto a la situación de tensión creada por la pandemia, pero las cifras de este año invalidan ese argumento.
Entre los meses de enero y agosto de 2021 se han contabilizado ya un total de 6.303 ataques, según datos aportados por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) extraídos de las estadísticas del Ministerio del Interior. Es decir, estaban a punto de alcanzarse las de todo 2019 y se iba a un ritmo de 26 agresiones diarias. La proyección con estas cifras es que se concluirá 2019 con 9.490 agresiones, lo que será un aumento de más del 42 por ciento respecto a 2019.
Los representantes de los agentes de las Fuerzas de Seguridad llevan años advirtiendo de que se ha ido perdiendo el principio de autoridad que tenían los agentes, que la sociedad está dejando de respetarlos, y que esto es lo que está provocando este aumento de las agresiones contra los mismos. También unen a esto la falta de contundencia a la hora de juzgar estos delitos y la falta de apoyo de las instituciones.
Multas de solo 60 euros
Ahora mismo, las agresiones de los agentes se juzgan aplicando el artículo 550 del Código Penal, que se está traduciendo en penas que no hacen entrar en la cárcel y que se saldan con pequeñas multas. Exactamente, el artículo 550.2 indica que "los atentados serán castigados con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de tres a seis meses si el atentado fuera contra la autoridad y de prisión de seis a tres años en los demás casos".
De la teoría a la práctica. Uno de los casos más sangrantes se produjo en Murcia en marzo de 2017. Un tribunal de justicia de la región condenó a un hombre que había agredido a un agente de la Policía Nacional a una multa de 60 euros. La condena no incluía ni un solo día de prisión para el agresor, tan solo la cuantía económica. Las dos agresiones en Zaragoza han vuelto a poner esta cuestión de manifiesto.
Los agentes también consideran que el poder político no está ayudando. Cuando se producen estas agresiones no hay una voz unánime de condena en las instituciones, ni siquiera el propio Ministerio del Interior se suele mostrar rotundo ante ellas. Y, por si fuera poco, hay muchos partidos, especialmente de extrema izquierda, que siempre suelen ponerse del lado de los agresores para tratar de desprestigiar a los cuerpos policiales.
Endurecer las penas
El sindicato JUPOL, mayoritario en el cuerpo, ha anunciado que quiere impulsar una reforma legislativa para endurecer las penas por agredir a los agentes. "Se solicitará imponer penas más contundentes en los delitos de atentado contra la autoridad, así como multas de mayor cuantía e incluir dentro de este epígrafe todo tipo de agresiones que se lleven a cabo contra los agentes de la Policía Nacional", han explicado desde el sindicato.
Según dicen, estas medidas "deben ir encaminadas en todo caso a acabar con la sensación de impunidad que tienen actualmente los agresores", ya que "el incremento de estas agresiones se debe a la percepción en los agresores de ausencia del principio de autoridad con el que cuentan los agentes de la Policía Nacional. Una sensación que se debe a la falta de contundencia en la legislación vigente, lo que genera una sensación de impunidad en los agresores", han añadido.
Óptica parecida tienen desde el SUP. "Las estadísticas demuestran cómo el castigo penal actual es insuficiente para contener los ataques crecientes a funcionarios policiales. Tampoco desde el Gobierno se condenan con fuerza las agresiones a los policías. En el difícil momento en que nos encontramos el policía se ve cada vez más cuestionado por su trabajo, lo que dificulta las intervenciones y desmotiva a los compañeros. El principio de autoridad, tan necesario para mantener la paz social, cada vez está más cuestionado", han expuesto desde el sindicato.