Sus Majestades los Reyes de España presiden este martes el acto central de la Fiesta Nacional que, como es tradición, volverá a tener lugar en las calles de Madrid, después de que la pandemia de coronavirus obligase a recluirlo el año pasado en el patio de la Armería del Palacio Real. El desfile militar recupera buena parte de su esplendor, aunque no todo. No en vano, los medios empleados serán sensiblemente inferiores a los de otros años.
Este año participan 2.656 militares, 115 vehículos y 68 aeronaves. En el último desfile anterior al covid-19, en 2019, lo hicieron 4.500 militares, 150 vehículos y 76 aeronaves. El mayor descenso tendrá lugar en el número de efectivos castrense que desfilan a pie. También se notará en la parte motorizada de la parada militar. No habrá ni un solo vehículo oruga, lo que significa que no podrá disfrutarse, por ejemplo, de los carros de combate Leopardo o de los obuses autopropulsados.
El acto comenzará a las 10:30 horas y está previsto que se alargue aproximadamente hasta las 12:00 horas. El recorrido es muy parecido al de los tres años anteriores a la pandemia. Se inicia en la plaza de Cuzco, recorriendo parte del paseo de la Castellana, estando la Tribuna Real y el pacto de autoridades junto al Santiago Bernabéu, y concluyendo en el cruce con Raimundo Fernández Villaverde. El desfile aéreo tendrá el orden inverso, es decir, las aeronaves irán en sentido sur-norte.
Como es habitual siempre hay alguna ausencia. La de este año tendrá una novedad importante. No asistirá la princesa de Asturias, que está realizando el curso escolar en Reino Unido, y que había asistido al mismo de forma continuada desde 2014. Tampoco estarán los presidentes autonómicos de las regiones gobernadas por partidos independentistas o nacionalistas, algo que se ha convertido en una lamentable tradición.
El acto militar tiene como lema "Servicio y compromiso", al recordar el trabajo de las Fuerzas Armadas durante la pandemia, en catástrofes naturales como Filomena o la actual erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma, o en la evacuación de los traductores y colaboradores afganos que trabajaron para España en el país asiático durante casi veinte años y cuya vida peligraba al volver los talibanes al poder por la espantada occidental.