Pep Guardiola, que desde el primer momento se apuntó al proceso separatista y fue uno de sus principales impulsores internacionales, mantuvo oculta una cuenta en Andorra que regularizó aprovechando una amnistía fiscal del Gobierno de Mariano Rajoy. Guardiola disponía de medio millón de euros en dicha cuenta procedentes de sus ingresos como entrenador del Al Ahli de Qatar.
El dinero catarí se desviaba a través de una sociedad pantalla radicada en Panamá y llamada Repox Investments, que operó hasta el momento en que Guardiola decidió acogerse a una amnistía fiscal en 2012 por la que sólo tuvo que pagar el 10% en concepto de impuestos.
En 2015 se jactaba de haber pagado todos los impuestos que le correspondían desde el comienzo de su carrera deportiva. Respondía así a unos comentarios del entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que había declarado que Guardiola jugó en la selección nacional por dinero.
Guardiola fue uno de los personajes que más auxilio prestó a las tesis separatistas. El momento culminante de la participación de Guardiola en el Procés fue cuando decidió prestar su imagen y su voz a la organización Tsunami Democràtic, investigada por terrorismo en la Audiencia Nacional. En un vídeo difundido el 14 de octubre de 2019 en respuesta a la sentencia del Tribunal Supremo sobre el golpe de Estado independentista, Guardiola llegaba a afirmar que "España vive una deriva autoritaria bajo la que se utiliza la ley antiterrorista para criminalizar la disidencia e incluso a artistas que ejercen su libertad de expresión".
También afirmaba que "los líderes condenados hoy representan a los partidos políticos mayoritarios y a las entidades de la sociedad civil más importantes de Cataluña. Ni el Gobierno de Pedro Sánchez ni ningún otro Gobierno español ha tenido la valentía de afrontar este conflicto a través del diálogo y el respeto, sino que han optado por la represión como única respuesta".
El vídeo acababa con una amenaza: "Esta lucha no violenta no se parará hasta que no se acabe la represión y se respete el derecho de autodeterminación como se ha hecho en el Quebec o en Escocia".
Hacía siete años que Guardiola había vivido en sus propias carnes la "represión" del Estado español con una amnistía fiscal y ya era la imagen internacional del catalán "oprimido" paseando su lazo amarillo por los banquillos ingleses.