El Mundo
"Ayuso tiende la mano a Casado y electriza al PP". Juanma Lamet dice que "los barones recelan de Ayuso y creen que su tregua será temporal". ¿La tregua de Ayuso? Quien tiene que dar tregua es Casado a Ayuso. Ay, los barones intoxicando a los periodistas. "La presidenta de la Comunidad de Madrid aprovechó su discurso en el plenario para despejar las dudas, enterrar el hacha de guerra y firmar la paz con Génova". A ver Juanma, la guerra se la han declarado Teo y Casado a Ayuso, no al revés.
Rosell, en el editorial, deja las cosas claras a Lamet. "Bueno habría sido para el Partido Popular que sus estrategas hubiesen evitado que durante semanas el foco de la convención itinerante que hoy concluye se posara en una confrontación entre Casado y Ayuso". "Es en Génova donde se han enredado alimentando una posible pugna entre ella y Almeida para presidir la formación en Madrid". ¿Entiendes, Juanma? Que son Casado y Teo los que están tocando las narices a Ayuso, no al contrario.
"El ascendente de Ayuso, su indiscutible tirón electoral y su fuerza política, con una exitosa gestión a sus espaldas con la que se ha visualizado bien en el conjunto del país que hay una clara alternativa a la forma de gobernar del actual inquilino de la Moncloa, no suponen amenaza de ningún tipo para el líder popular —por más que sus rivales traten de exacerbar ese antagonismo—, sino que aportan una complementariedad muy provechosa para las expectativas de la formación". Al menos, de momento.
El País
"Casado aplaza el viaje al centro". Tranquilo Pablo, para El País nunca llegarás al centro por muchas vueltas que des. Soledad Gallego Díaz dice que "el principal problema del Partido Popular es la inconsistencia del liderazgo de Pablo Casado".
En cuanto a Ayuso, el desprecio habitual de este periódico hacia la presidenta madrileña. "En el entorno de Casado se valora la facilidad de Díaz Ayuso para conectar con un voto más joven y extremista, pero se calcula que la presidenta no tiene opciones a corto plazo de pasar a la política nacional". Vamos, que para la ultraizquierdista exdirectora de El País la inmensa mayoría de los madrileños son unos extremistas. "El madrileñismo que exhibe, creen, no es ni mucho menos una buena carta de presentación en otras zonas de España y para colmo no está previsto celebrar ningún congreso con otros aspirantes de aquí a las elecciones". ¿Madrileñismo? Lo que hay es una campaña contra Madrid impulsada por Sánchez.
"Prácticamente nadie entre los populares rechaza a Vox como socio para alcanzar una eventual mayoría parlamentaria, aunque en algunos sectores creen que sería importante reducir el porcentaje de voto de la ultraderecha para evitar que su asociación suponga un problema en las relaciones con Alemania y Francia, los dos grandes ejes de la Unión Europea, o incluso con Italia, donde Mario Draghi es hostil a ese tipo de alianzas, o con Portugal, donde los partidos mayoritarios ven con gran antipatía los contactos de Vox con el partido de ultraderechista André Ventura". Hombre, no creo que suponga ningún problema para nadie si no lo ha sido que Sánchez pacte con partidos de ultraizquierda radical, proterroristas y separatistas de todo pelaje. Etarras expresidiarios como Otegi, golpistas como Junqueras, sin contar la cantidad de podemitas con condenas por actitudes violentas. De eso no hay nada en Vox.
"En realidad, las esperanzas del PP están puestas más en los errores que pueda cometer el Gobierno que en la capacidad de Pablo Casado de cambiar el ánimo político del país". "En ese caso, creen, al PP le bastaría con ser la 'alternativa posible'. Todo un programa político ". Cargarse al sanchismo es un excelente programa político.
ABC
"Satisfacción en Génova por el apoyo de Ayuso: 'Ha dado la mejor versión, la de unidad'".
"El Partido Popular se rindió ayer ante Isabel Díaz Ayuso en Valencia. Esta es la convención de Pablo Casado, sí, pero quien ha marcado los tiempos, quien ha manejado la tensión interna a su antojo y quien ha soltado el bombazo de la semana, el gran titular, ha sido ella", cuenta Mariano Calleja.
"En su turno de palabra, se dirigió personalmente al presidente de su partido y se autodescartó ante una supuesta competición con él por el liderazgo nacional: 'Tengo claro que mi sitio es Madrid'. Y la convención se vino abajo, con una ovación atronadora".
"En Génova reconocieron que fue el día de Ayuso, cierto, pero lo podía haber sido de muchas maneras, y lo fue 'en su mejor versión, con un mensaje de unidad y de respaldo al proyecto de Pablo Casado', sostuvieron".
Y eso que Teodoro no se lo puso fácil. "Ayuso comprobó cómo García Egea provocaba una ovación para Juanma Moreno y otra para Alberto Núñez Feijóo, y para ella, nada". "García Egea elogió justo después el triunfo del PP de Madrid, pero incluyó a Casado en el tándem ganador, con Ayuso". Qué individuo, el murciano. Nunca le perdonará a Ayuso que él no le llegue a ella ni a la suela del zapato.
"La presidenta de la Comunidad de Madrid despejó así cualquier duda sobre su supuesta intención de optar al liderazgo nacional del PP. Fue una aclaración que ella vio necesario hacer". Porque es el debate que está suscitando la izquierda con ayuda de Teodoro para meter cizaña.
La Razón
"El casadismo se consagra con un baño de unidad". Marhuenda chincha a la izquierda política y mediática que "sigue con sus soflamas en contra de Casado". "A los dirigentes del PSOE les incomoda que se utilice el término socialista comunista para referirse al Gobierno, pero no entiendo la razón porque son comunistas y no lo esconden. Por lo visto, se puede tildar a Vox de ser la ultraderecha o incluso se les llama fascistas, cuando no son ni una cosa ni la otra, pero en cambio no se puede denominar comunistas a los que militan en el Partido Comunista de España".
"La gran esperanza era Ayuso, pero les ha salido mal, porque ha dejado muy claro que está al lado de Casado, no hay que olvidar que siempre han sido muy buenos amigos, y que su objetivo es ser la presidenta de Madrid. Hay que reconocer que la izquierda es persistente y aunque no traga a Ayuso, sigue fielmente el objetivo de Moncloa de presentarla como la rival del presidente del PP. Es una perseverancia sin ningún recorrido, pero al menos se entretienen".
"La irritación de la izquierda política y mediática es la constatación de que Casado va por el buen camino", concluye. "Es bueno que Casado siga el camino que se ha marcado, porque sus enemigos le harán la vida imposible". Y a ver si se entera de una vez de que no es Ayuso. De momento.