Segunda sesión del debate de política general en el Parlament de Cataluña. El socialista Salvador Illa, en teoría jefe de la oposición, arranca su discurso de réplica al que efectuó ayer el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, con reproches. Acusa al dirigente republicano de reincidir en el proceso separatista, que tacha de "fracaso colectivo". Los portavoces de la oposición real, PP, Cs y Vox matizaran que ellos no se sienten en absoluto responsables de tal fracaso colectivo, una especie de eufemismo amable de la expresión "golpe de Estado".
Sostiene Illa que Cataluña ha perdido mucho tiempo, da cuenta de las empresas que han emigrado, de que un 26% de la población está en riesgo de pobreza y pide que el diálogo no sea sólo con el Gobierno sino también entre catalanes. El tono es constructivo. De hecho, expresa Illa en varias ocasiones su respeto personal e institucional a Aragonès. Más que un adversario político parece un socio, efecto que agudiza al terminar su alocución con el ofrecimiento de apoyar a ERC en la tramitación y aprobación de los presupuestos autonómicos si JxCat y la CUP se desmarcan de los republicanos.
Illa ha salvaguardado las excelentes relaciones entre ERC y el PSOE. Sus escasas críticas al Govern tenían más que ver con los consejeros de JxCat que con los de ERC, aunque no ha podido evitar dar un toque de atención al titular de Interior, Joan Ignasi Elena, un exsocialista. Censura que el consejero no haya salido en apoyo de los Mossos tras los incidentes de los últimos días en las fiestas de La Merced de Barcelona.
La Policía Nacional es uno de los argumentos que emplea el presidente de Vox, Ignacio Garriga, en su intervención. Realiza una defensa cerrada de la Policía Nacional frente a los ataques separatistas e insiste en que la Jefatura Superior de la Vía Layetana de Barcelona que los separatistas pretenden expropiar y convertir en un "museo de la tortura" es un símbolo de la democracia y el orden constitucional. También denuncia Garriga las políticas lingüísticas de la Generalidad, la iniciativa de controlar el idioma que utilizan los profesores de grados y másteres para erradicar el español también de la Universidad.
A todo esto añade Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos, el episodio de retirar la bandera española en la rueda de prensa de Aragonès tras su encuentro en Barcelona con Pedro Sánchez. Y acusa a Aragonès de sembrar el odio a España con procedimientos tan chuscos como intentar relacionar a la Policía Nacional con episodios del franquismo. "Es como si nosotros responsabilizamos a la Generalidad de la Transición de las torturas de los hermanos Badía o de las sentencias de muerte que firmó Companys", abunda Carrizosa.
El presidente del PP, Alejandro Fernández, muestra su sorpresa porque la CUP se haya subido al carro del procesismo con la propuesta de un nuevo referéndum unilateral para 2025. "¿Pero es que ya no vale el del 1-O? ¿Ya no está vigente? ¿Ya no hay mandato?", pregunta el dirigente popular. También atiza al PSC por ofrecerse a pactar los presupuestos y tacha a Illa de "palmero de ERC".
El "regreso" de Puigdemont
El principal socio de ERC, Junts per Catalunya (JxCat) aprovecha la matinal para lanzar un par de avisos. El portavoz de de los Puigdemont, Albert Batet, anuncia que están dispuestos a votar iniciativas de la CUP contrarias a los republicanos. Batet censura que ERC esté en contacto "con quien predica el diálogo y practica la represión". Para nadie en JxCat existe la más mínima duda sobre la participación del Gobierno en el arresto de Puigdemont la semana pasada. Batet habla de los servicios secretos y de la connivencia de los republicanos con los "represores". "Con una mano detienen a Puigdemont y con la otra se pasean como Pedro por su casa en el Palau de la Generalitat. ¿Se puede ser más cínico?", declara Batet.
Envalentonado y de carrerilla dice que "llegará el día en que regrese Puigdemont como ciudadano libre y como presidente del 1-O". Es una advertencia a sus propios socios. El pacto de gobierno en Cataluña está cogido con pinzas, salvo que el PSC cumpla su promesa, acuda al rescate de ERC y ERC acepte el abrazo.