Aunque el Ministerio de Defensa, vía Estado Mayor del Aire, fue el encargado de facilitar la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, de la declaración de su segundo Jefe de Estado Mayor y Teniente General del Ejército del Aire, don Francisco Javier Fernández Sánchez, cuyo contenido íntegro obra en poder de Libertad Digital, cabe colegir que el Ministerio de Asuntos Exteriores, por sí mismo o por orden de alguien del Gobierno, ocultó la identidad del pasajero que llegó a la base militar del aeropuerto de Zaragoza el pasado 18 de abril.
Cabe la duda de si su jefe inmediato superior, el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, Javier Salto Martínez-Avial o la ministra de Defensa, Margarita Robles, estuvieron informados de la identidad del pasajero del vuelo de Estado procedente de Argelia porque el teniente general admitió haber recibido una llamada de Defensa previamente a la llamada de Camilo Villarino, ya ex jefe de gabinete de la ex ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya.
Textualmente, el testigo y teniente general Francisco Javier Fernández Sánchez dice en el vídeo de la sesión: "No, fue directamente (la llamada) de señor Camilo Villarino". Pero añade: "Previamente el Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire me informó que iban a contactar conmigo del Ministerio de Asuntos Exteriores y, efectivamente, así fue".
Es decir, que cabe la posibilidad, aun no contemplada de que el Ministerio de Asuntos Exteriores informara a los superiores jerárquicos del testigo quién era realmente la persona a la que había que facilitar su llegada y transporte desde la base de Zaragoza hasta el hospital de Logroño.
Lo único que está confirmado es que el responsable del operativo puesto en marcha para ello, el teniente general Fernández Sánchez, no supo la identidad de la persona que venía enferma procedente de Argelia. Lo dice con toda claridad:
"Recibí una llamada del señor Villarino en la cual me informaba que íbamos a tramitar el aterrizaje de un avión de Estado en la base aérea de Zaragoza…"
Y entonces le pregunta el juez Rafael Lasala: "¿Le dijo quién era, nombre, apellidos, alguna circunstancia sobre…?"
El testigo interrumpe al juez y expresa: "No, no, no, para nada. Que era una persona, un enfermo, que venía en muy malas condiciones y que, bueno, pues que exigía, iba a exigir el traslado a un centro sanitario y que precisamente por ser un enfermo y por las peculiaridades…la necesaria discreción para preservar su privacidad, etc, etc… Y ya está."
Ghali llegó en un avión de Estado
El juez le preguntó luego si le explicaron por qué la persona en cuestión tenía que aterrizar en una base aérea militar y no en un avión medicalizado ya que era un enfermo que podría aterrizar en Barajas, en el Prat o cualquier otro lado.
Testifica el teniente general que "es habitual. Los aviones de Estado normalmente los atendemos, cuando ha instalaciones militares, en las instalaciones militares". El juez le insistió en por qué venía en un avión de Estado y no en uno medicalizado y el testigo respondió que no atendió al tema porque a lo largo del día tenía que gestionar muchas cosas, "muchísimos vuelos de Estado y yo voy a la parte que es relevante para el Ejército del Aire. La que no es relevante para nosotros, no me corresponde a mí valorarla".
Según esta afirmación la identidad de un ciudadano extranjero que llega a una base militar no es un asunto relevante para la Defensa ni para el Ejercito del Aire, porque se supone que es responsabilidad de Asuntos Exteriores.
A la pregunta del juez sobre el motivo de la discreción que se le pidió para el asunto de este pasajero, el testigo precisó que Villarino no se lo dijo "expresamente", pero que entendió que Exteriores la pidió por tratarse de una persona enferma. El juez preguntó que tuvo que confiar totalmente en la legalidad y la rigurosidad de quien era jefe de gabinete del Ministerio de Asuntos Exteriores y el testigo dijo:
"Como no puede ser de otra forma, Señoría. Las Fuerzas Armadas saben que uno de los principios en los que estamos fundamentados es en la disciplina y en la jerarquía. Y la disciplina implica que cuando damos una orden que puede implicar la muerte de quien la reciba, tenga la confianza de que esa orden es la que tiene que aplicarse en ese momento. No se discuten las órdenes en el ámbito de las fuerzas armadas. Si se discutieran, pues no le quiero contar cuál sería el resultado".
Aclarando el juez que el testigo no tiene por qué ser experto en otros temas como el Derecho Internacional, el teniente general confirmó que le dio "absoluta credibilidad y rigurosidad al Ministerio de Asuntos Exteriores, que entiendo que es el que gestiona las relaciones internacionales de España y las medidas que hay que tomar en cada caso concreto."