El Mundo
"La falsa agresión homófoba deja en evidencia al Gobierno". Al gobierno, al PSOE, a Más Madrid, a La Sexta, a Cuatro, a Telemadrid, y a todos los tertulianos de izquierdas, liderados por Antonio García Ferreras, Antonio Maestre, Ignacio Escolar, Javier Ruiz, Jorge Javier Vázquez… Mayor responsabilidad tienen del aquelarre de odio a la derecha políticos que cobran de los impuestos de todos. Pedro Sánchez, Fernando Grande Marlaska, Mónica García, Miquel Iceta y tantos otros que han salido estos días a calumniar a Vox y al PP, especialmente a Ayuso. Y por cierto, aquí la única política que ha hecho manifestaciones homófobas ha sido Dolores Delgado llamando maricón a Marlaska.
"Los populares y Vox apuntan a Marlaska y él pide 'no frivolizar: Es un hecho anecdótico'". ¿Anecdótico? Este individuo es una vergüenza para el país, para el Gobierno y para los jueces.
Dice el editorial que Marlaska debe pedir perdón y pirarse. "Como en otras tristes ocasiones, e ignorando conscientemente que esa táctica supone una peligrosa y obscena banalización de delitos tan graves como los de odio, la plana mayor del Ejecutivo —con Pedro Sánchez a la cabeza— no dudó en instrumentalizar una supuesta agresión homófoba en el madrileño barrio de Malasaña para lanzar un ataque frontal a la oposición, en este caso a Vox, pero por extensión al centroderecha", denuncia Francisco Rosell.
"Fernando Grande-Marlaska se ha convertido en el ariete político de esta estrategia con su agresivo sectarismo", dice recordando otras actuaciones miserables del ministro como cuando "amparó y justificó la agresión a líderes de Cs en las Fiestas del Orgullo Gay de Madrid" o responsabilizó "a la derecha del envío de amenazadoras cartas con balas a varios ministros, sin pedir disculpas cuando se descubrió que detrás se encontraba un enfermo mental".
En el caso de la agresión inventada, "Marlaska inició un periplo por televisiones y radios afines para lanzar un grandilocuente discurso en el que hacía responsable al discurso de la oposición del aumento de las agresiones a homosexuales", con el coro de tertulianos al rojo vivo detrás. "La seguridad de los españoles no puede estar en manos de un ministro irresponsable". "A Marlaska no le cabe ya más que una salida: pedir perdón por haber reducido los delitos de odio a un mero instrumento oportunista y anunciar su dimisión irrevocable". Ni perdón ni leches, que se pire pero ya.
"Si rastreamos discursos de odio en España, hay que empezar por la izquierda abertzale, los comandos separatistas y los escraches que Podemos legitimó como jarabe democrático". El discurso del odio es patrimonio de la izquierda, alimentado en las tertulias al rojo vivo donde se inventan grupos que salen a cazar gais y acusan a un grupo político de prácticas violentas que solo ejerce la izquierda protegida por los Ferreras y sus jaurías.
"Pero cómo íbamos a saber que el chaval mentía, lagrimeará ahora el pelotón de la antorcha prematura, con la pancarta todavía en la mano", dice Jorge Bustos. "Pero precisamente porque no se saben tantas cosas —móvil, autoría, circunstancias— las autoridades, a diferencia de los tuiteros, tienen el santo deber de mantener la santa boca cerrada y de ser prudentes, en vez de correr como pensionistas en rebajas a arrimar el ascua del crimen a su sardina ideológica".
"Marlaska se arrastra hoy por el consejo de ministros supliendo la pérdida de confianza de su jefe con un esfuerzo extra de sectarismo y adhesión a la consigna. Y decreta un rebrote de violencia homofóbica sustentado en una mentira sin detenerse a pedir informes a sus propios policías. Después de hacer el ridículo más sangrante de la Unión Europea, ayer por la tarde pedía cautela. Él. Cautela. Pide". Hay que tener una cara de cemento armado.
"Marlaska no puede dimitir porque para dimitir hay que tener algo de vergüenza. Marlaska es como un pararrayos tan chamuscado que los rayos lo evitan para no tiznarse. Vete a casa, Fernando. Vete". Sí tío, largo, y por favor, no se te ocurra volver a la judicatura. No me puedo imaginar que las sucias manos de este tipejo toquen ningún caso judicial.
El País
El panfleto de Pepa Bueno oculta sus vergüenzas en una columnita que hay que buscar con lupa. "El joven que denunció una agresión homófoba dice que mintió". Dice no, mintió, a ver si ahora vamos a poner en duda la confesión del chaval. Tiene 20 años y se asustó de la que le habéis liado.
Pero en este folletín sanchista son tan miserables que en un día que tenían que estar pidiendo disculpas a la derecha le lanzan un nuevo ataque a través de Rita Maestre.
"Rita Maestre: 'El PP de Almeida es tolerante con los discursos de odio de Vox'". La del arderéis como en el 36 hablando de odio. A Almeida una impresentable le llamó fascista en el pleno del Ayuntamiento. No sé a qué esperan Vox, Ayuso y Almeida para demandar uno por uno a los calumniadores. Pruebas tienen de sobra. Hay que frenar esta ola de odio de la izquierda como sea.
Y como la opinión de calidad ha salido por patas o ha sido purgada, Pepa Bueno ha fichado a una estrella. Nada más y nada menos que a la podemita Clara Serra. Hoy se estrena con una columna sobre la justicia en la que se abraza a la tesis de Escolar, el hijísimo de Arsenio que dirige un periódico de extrema izquierda radical dedicado a escupir odio a la derecha. De su web, el diario.es, partió la noticia de la falsa agresión homófoba en Malasaña. Hay que contrastar las informaciones, Nachito, ¿no te lo enseñó papi? Es lo que tiene no haber pisado la Facultad de Periodismo y llegar a la profesión enchufado por papaíto.
"¿Quién puede llegar a ser juez o fiscal? ¿Qué discriminaciones de clase sesgan ese acceso a una parte de la sociedad? ¿Cuáles son las medidas que un Gobierno progresista debería poner en marcha para remover los obstáculos en el acceso a la carrera judicial?", se pegunta la pija Clara Serra. Pues mira niñata, a juez llegó Marlaska, Garzón, Pedraz, y la fiscal Dolores Delgado. Te paso la lista elaborada por Carmelo Jordá para que te ilustres un poco.
ABC
"El segundo estado de alarma también fue inconstitucional". A buenas horas mangas verdes. "La 'víctima' de la falsa manada homófoba: 'Solo quería que me curaran y permanecer en el anonimato'". Flaco favor le ha hecho la izquierda a este chico. "No hay una manada homófoba atacando por Madrid", como brama la jauría de lobos hambrientos carroñeros de la izquierda política y mediática.
La confesión, dice el editorial, "ha desmontado el castillo de naipes que la izquierda, empezando por el propio presidente del Gobierno, se apresuró a construir sobre una mentira y con la única intención de responsabilizar a la derecha de cualquier ataque que sufran los homosexuales. El ridículo es mayúsculo… A la izquierda no le importan tanto las víctimas como su rentabilidad política, y cualquier investigación policial es posterior a su condena previa. Si en España aumentan los delitos de odio y la homofobia, el Gobierno tiene mucho por hacer. Sería suficiente con que dedicase a este problema la mitad del tiempo que pierde en vestir a Vox y al PP con la sábana de sus propios fantasmas".
Alberto García Reyes se flagela por haber participado en este festival de falsedades y calumnias. "Todos los políticos, tertulianos, periodistas, comedores de pipas en los parques, jugadores de mus y pelotones ciclistas mañaneros despotricamos contra los autores de tamaña barbarie y nos lamentamos de la insoportable ola de odio que nos ahoga. Alzo la mano el primero. Porque si no reaccionas como un loro y vacilas apenas un instante, los propietarios en exclusiva de las causas buenas te arrojan a la trituradora". Eso no es excusa, Alberto. Hay que ser un poquito valiente, como te dejes aplastar por la izquierda lo llevas claro.
Ignacio Camacho comenta lo de Pablo Iglesias en Gara y Ara. Iglesias quiere crear "una plataforma de terminales mediáticas a la que acaban de sumarse una cabecera independentista catalana y, atención, el periódico Gara, el veterano órgano del conglomerado etarra reconvertido en voz de la ultraizquierda nacionalista vasca. Sí, el que hasta antier por la mañana, como quien dice, marcaba los objetivos de las amenazas, el que señalaba las dianas políticas y periodísticas sobre las que los terroristas disparaban con pistolas y balas de verdad, no pintadas. Allí podrá el exvicepresidente —'es un honor, ha declarado'— sentirse como en su casa". Hombre, allá donde pueda revolcarse en la mugre de la violencia Iglesias está en su salsa.
La Razón
"El falso delito de odio desinfla la campaña contra el PP y Vox". Otros que tal bailan. ¿Así que una banda latina? A ver si revisan las fuentes en este periódico, porque fallan más que una escopeta de feria. "El bumerán del odio a la derecha".
El editorial reprueba "los excesos oportunistas de la izquierda", que esta vez se ha salido de madre rozando el delito. "En el caso que nos ocupa, hemos visto repetirse un guion que pretende elevar a la categoría de hecho lo que no es más que una de las deformaciones ideológicas de la izquierda. Un prejuicio que estigmatiza a las formaciones del centro derecha, tachadas de homófobas, a las que, en último caso, se pretende responsabilizar de cualquier incidente que ocurra en aquellos entornos patrimonializados por esas mismas izquierdas, en un acabado ejercicio de maniqueísmo".
La Razón señala al Gobierno como principal culpable de esta aberrante campaña. "No han acompañado al Gobierno ni la ponderación ni la prudencia, de ahí la perplejidad de la opinión pública ante el giro rocambolesco del asunto". ¿Perplejidad? Indignación y un cabreo mayúsculo ante la falta de escrúpulos de la izquierda mediática y política. Bueno, y también algo de hilaridad ante semejante ridículo, todo hay que decirlo.
Francisco Marhuenda dice que "el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se aventuró, de forma alegre e irresponsable, a alimentar la noticia contribuyendo a dar verosimilitud a lo que, finalmente, ha sido una mentira.", y eso que es el jefe de la policía. "Es inaceptable que aprovechara para hacer un auténtico «mitin», con una descarada utilización partidista, para arremeter contra las formaciones de centro derecha". Es lo que lleva haciendo este personaje desde que es ministro.
"No vale todo en política. Es una lección que se tendría que sacar de este triste incidente de manipulación por parte de un joven que ha conducido a que la izquierda haga un ridículo espantoso". Es lo único bueno de esta historia, las caras de gilipollas que se les ha quedado a los inquisidores que echaron a Vox y Ayuso a la hoguera.
"Esta falsa agresión se suma a otros sucesos en los que la izquierda política y mediática se ha apresurado a manipular los delitos de odio con intenciones estrictamente partidistas". "Lo sucedido debería conducir, aunque no sucederá, a que la izquierda acabe con la criminalización política de aquellas formaciones que no coinciden con sus ideas. Las descalificaciones sistemáticas y la crispación por la crispación se han convertido en un comportamiento tan habitual como reprobable". ¡Qué dices, perdices!, la izquierda aprender a comportarse. Ahora están con lo de los árboles y el bosque como excusa para no pedir disculpas. De la izquierda no se puede pedir un gesto de honradez. Son puro veneno para la convivencia.