Esfuerzo de contención en público de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha sido capaz de encajar una nueva tanda de abucheos y silbidos sin descomponer el gesto y echarse a llorar. Ha vuelto a pasar. La bronca ha tenido lugar esta vez en el distrito de Sants y durante la inauguración este martes por la noche de las fiestas que toman el relevo de las de Gracia. Colau ha tomado el micrófono antes del pregón, que han llevado a cabo dos vecinos del barrio pertenecientes al sector sanitario y al comercial. Y en ese punto, parte de los vecinos congregados han comenzado a abuchear y silbar a la alcaldesa.
Sin embargo y a diferencia de lo ocurrido la semana pasada, Colau ha aguanto el chaparrón y ha llegado a responder a los críticos con un "bienvenidos los abucheos y bienvenidos los aplausos", tal como recoge la televisión municipal de Barcelona. "Aquí no sobra nadie -ha añadido-, salvo la intolerancia, los discursos del odio, el racismo, el machismo y la homofobia".
Otra de las diferencias con lo ocurrido en Gracia es que esta vez nadie ha ejercido de Jordi Cuixart y le ha retirado la palabra sin contemplaciones. Además, prevenida por lo sucedido hace unos días, Colau ha contado con el apoyo de unos fans que han tratado de matizar el abucheo con aplausos en una especie de muy taurino "pitos y palmas" y división de opiniones.
No obstante, Colau constata que ha perdido el favor de la calle, que la inseguridad, la suciedad y la dejadez municipal ante los problemas ciudadanos le pasan factura en forma de abucheos, situación que tuvo que padecer su antecesor, el nacionalista Xavier Trias, meses antes de ser desalojado de la alcaldía. En aquella ocasión, el movimiento articulado en torno a Colau y los okupas estaban detrás de las protestas. En estos abucheos confluyen independentistas con vecinos descontentos.
Colau desmintió que vaya a dejar la alcaldía para dar el salto a la política en Madrid, pero su popularidad cae en picado en Barcelona, lo que podría propiciar un cambio de planes.