JxCat amenaza con aplicar el "mandato" del 1-O si ERC no arranca un referéndum pactado al Gobierno

Comienzan las desavenencias entre Junts per Catalunya (JxCat) y ERC. A las pocas horas del "protocolario" encuentro entre el prófugo Carles Puigdemont y el indultado Oriol Junqueras en Waterloo, los principales dirigentes del partido de Puigdemont ponen en tela de juicio el plazo de dos años para negociar con el Gobierno y blanden el referéndum del 1 de octubre de 2017.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, se ha sumado a la tesis expresada por el secretario general del partido, Jordi Sànchez, quien en una entrevista en El País ha declarado que "o pactamos otro referéndum vinculante o ya tenemos el mandato del 1-O". Según Borràs, "a falta de un nuevo referéndum civilizado, pactado y vinculante en un Estado maduro, en Cataluña rige el resultado del referéndum del 1-O". "El referéndum lo hemos hecho. Lo hicimos el 1-O y tuvo el resultado que tuvo, desde el punto de vista del resultado pero sobre todo de las consecuencias que este referéndum comportó", ha declarado Borràs en la Ser de Cataluña.

De este modo, JxCat da otra vuelta de tuerca al 1-O. En un artículo de respuesta a Junqueras, a Jordi Sànchez se le escapó que eso que llaman "referéndum" del 1-O fue en realidad un intento de presionar al Gobierno. "Soy de quienes creen que el 1 de Octubre fue concebido más para forzar al Gobierno español a abrir una vía de diálogo y negociación para lograr un referéndum acordado que para proclamar efectivamente la independencia", escribió Sànchez. El desliz desató una oleada de críticas internas y hasta se puso en cuestión el cargo de secretario general. Sànchez tuvo que rectificar sobre la marcha, maniobra que ha culminado con la entrevista en el diario de Prisa.

Ahora el 1-O se ha convertido en el plan B por si la negociación entre ERC y el Gobierno no alcanza los objetivos máximos marcados por el separatismo, la autodeterminación y la amnistía. Y en JxCat son mayoría aplastante los que consideran que Sánchez toreará a Junqueras y a Aragonès. Borràs, por ejemplo, ha puesto en duda que la mesa de negociación vaya a tener resultados concretos con "Sánchez, el de las mil caras".

En JxCat se considera una pérdida de tiempo la negociación y se empieza a cuestionar el plazo de dos años que según el acuerdo de gobierno catalán se le ha concedido a ERC para explorar las posibilidades de un referéndum pactado. De ahí que se blanda el 1-O y se amenace con la aplicación de sus resultados. Al independentismo no le importa que el referéndum fuera descalificado por sus propios observadores, que se demostrara que se podía votar varias veces, que no participara ni un cuarenta por ciento del censo y que fuera convocado y desarrollado en unas condiciones de flagrante ilegalidad.

"Recurso" del PSC

Por otra parte y para tapar que el Gobierno no recurrirá en el Tribunal Constitucional el decreto de la Generalidad para constituir un fondo que asuma las fianzas de los golpistas, el grupo parlamentario del PSC ha decidido llevar ese decreto al Consejo de Garantías Estatutarias, órgano consultivo de la Generalidad. Sostiene Salvador Illa, el líder socialista catalán, que hay puntos de ese decreto que le parecen de "dudosa legalidad".

La presentación de este recurso no tiene efecto alguno, a diferencia de lo que hubiera ocurrido si el Gobierno hubiese recurrido el decreto ante el Constitucional, lo que habría supuesto la suspensión inmediata del fondo hasta la resolución del contencioso.