El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha visto obligado a interrumpir este jueves una rueda de prensa en la que participaba junto a su homólogo lituano, Gitanas Nauseda, en la base aérea de Siauliai debido a una de las habituales incursiones que la aviación militar de Rusia realizado en el espacio aéreo de las tres pequeñas repúblicas bálticas. En este caso, en Lituania, país donde se encontraba el inquilino de la Moncloa.
Siguiendo el procedimiento, cuando los radares de la Alianza Atlántica han detectado la incursión de aeronaves no identificadas en el espacio aéreo del pequeño país, donde se encuentra un destacamento aéreo español en misión OTAN de Policía Aérea en el Báltico, las alarmas han sonado en las instalaciones de la base y dos cazas de combate Eurofighter Typhoon del Ejército del Aire han despegado en misión de intercepción o alfa scramble.
La última intercepción que se conocía hasta el momento —ni la OTAN ni el Ministerio de Defensa español dan a conocer todas las misiones de intercepción real que se realizan— fue el pasado 14 de junio, cuando otra pareja de aeronaves españolas tuvo que salir al encuentro de un avión de alerta temprana Ilyushin A-50 Beriev.
Los aviones rusos siempre vuelan sobre el Báltico (Lituania, Estonia y Letonia) incumpliendo la legislación internacional, sin plan de vuelo notificado y con el transpondedor apagado. Algo que hacen cada vez que realizan un trayecto aéreo entre el territorio ruso y el exclave de Kaliningrado, que se encuentra entre Lituania y Polonia.
La misión española en Lituania comenzó el pasado 1 de mayo y concluirá a finales de julio. Está formada por siete cazas Eurofighter Typhoon, que forman parte del Ala 14, con sede en la base aérea de Los Llanos (Albacete), y su destino es el ya mencionado con anterioridad: Siauliai, en Lituania. El destacamento está formado por 130 militares, entre pilotos, mecánicos, armeros y otro personal militar esencial para este tipo de despliegues.
El objetivo de esta misión de la OTAN es doble. Por un lado, reforzar las capacidades de control del espacio aéreo de las tres pequeñas repúblicas bálticas –estarán apoyados por cazas F-35 italianos, ubicados en Ämari (Estonia)–, que no poseen capacidad para hacerlo por ellas mismas. Por el otro, controlar las posibles amenazas de la Fuerza Aeroespacial de Rusia y sus habituales incursiones incumpliendo la legalidad aérea.
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