El Mundo
"La Ley de Seguridad Nacional de Pedro Sánchez le permite hacer contrataciones sin control". Eso ya lo hace. Dice el editorial que "España dejaría de ser un sistema parlamentarista para transformarse en uno presidencialista, aunque de dudosa constitucionalidad, ya que a los tres estados de emergencia que se recogen en el artículo 116 de la Carta Magna (alarma, excepción y sitio) se añadiría uno más que dejaría completamente en suspenso las libertades democráticas". "La discrecionalidad, pues, será absoluta, como ilimitadas serán las potestades de las que disfrutará el jefe del Ejecutivo". Vamos, dictadura pura y dura.
"El Parlamento no puede dar carta de naturaleza a una ley que significaría la muerte misma del sistema democrático, ya que posibilitaría a políticos sin escrúpulos, como Sánchez, actuar con una alarmante arbitrariedad y sin ningún tipo de contrapeso, abriendo la puerta al despotismo". Mira, esto no creo que les guste mucho a PNV y los separatistas catalanes. Lo mismo por ahí nos salvamos.
El País
"La variante delta gana terreno en España y ya es mayoritaria en al menos cuatro comunidades". Qué bicho tan pesado. El editorial critica "el fondo público para contravalar a exdirigentes de la Generalitat". Porque está claro que de su bolsillo no lo van a poner.
"De entrada, en una evaluación de carácter político, resulta censurable la acción del Ejecutivo de todos los ciudadanos catalanes en defensa de 34 exdirigentes independentistas a los que se reclaman 5,4 millones de euros". ¿Y desde cuándo han importado la parte de ciudadanos catalanes que no comulgan con el separatismo a El País?
"A partir de esa consideración, una serie de elementos enturbian aún más el cuadro. De entrada, porque pese a las declaraciones del Govern, no parece que la ingeniería financiera de avales y contravales ideada permita descartar el riesgo de pérdida de dinero de los contribuyentes". Qué sutil El País. Es un robo a mano armada a los contribuyentes.
"Más allá de la valoración política, resulta naturalmente fundamental dilucidar los aspectos legales". "El diálogo sobre la cuestión catalana es bienvenido; pero nada que no se ajuste estrictamente a la ley es aceptable. Si un rigoroso estudio técnico del mecanismo de la Generalitat arrojara dudas sobre el encaje legal del mismo, sería un grave error político no impugnarlo. La opacidad de la operación no ayuda: al contrario, refuerza las dudas". ¿Qué les pasa hoy los de El País? Es la primera vez que ponen peguitas a lo que hagan los separatistas. Cuando Sánchez dé el visto bueno será divertido verlos recular.
El segundo editorial es una indecencia contra Vox por la portada de El Jueves haciendo chistes sobre el secuestro de Ortega Lara.
"El señalamiento por parte de Vox del editor de la revista El jueves constituye un paso inaceptable en la escalada del partido ultraderechista de marcar, estigmatizar e incluso amenazar a quienes considera objetivos o enemigos". Vamos, que Ortega Lara se lo tenía merecido como las amenazas a Ayuso.
"El nuevo episodio se enmarca en una tendencia generalizada a fomentar los peores instintos entre los votantes por parte de quien constituye la tercera fuerza parlamentaria en el Congreso". Puf, Lastra, Ábalos, Sánchez, Montero… en el Congreso hay un sinfín de políticos que fomentan los peores instintos.
"La democracia garantiza derechos y libertades. Obviamente estos tienen límites que deben ser respetados". Pero solo Vox, eh. El País no tiene límites a la hora de acosar a Ayuso, ni El Jueves riéndose de la víctima del secuestro más atroz de la democracia, ni Iglesias señalando a periodistas. Sólo Vox tiene que respetar los límites.
"Al igual que han hecho las fuerzas políticas del centro y la derecha en países europeos, toda la sociedad democrática debe cerrar filas contra las amenazas, contra los turbios instintos y el peligro que se encierra bajo estos episodios crecientes de señalamiento". Ahí no entra la izquierda, que puede proferir amenazas como "Ayuso, fascista, estás en nuestra lista" o "Abascal criminal" con el beneplácito de El País.
ABC
"Sánchez urde un plan de ayudas para que vuelvan las empresas a Cataluña". Que el Sabadell y La Caixa tengan cuidado. Ellos viven de clientes de toda España. "Tiene lógica que tanto la Generalitat como el Gobierno central se preocupen por normalizar la maltrecha situación económica, porque Cataluña necesita a España, y España necesita a Cataluña", dice el editorial.
Los que salieron echando leches tras la DUI, "no eran agentes del Gobierno central, sino catalanes expulsados por un nacionalismo que exigía lealtad y obediencia ciega. Muchos cedieron, pero otros no. Ese retorno no puede ser forzoso, sino libremente decidido por las empresas…". "El trasfondo político de la operación es el interés del Ejecutivo en atar el apoyo de ERC a los Presupuestos Generales del Estado de 2022, y el objetivo de los republicanos es reflotar económicamente a Cataluña y, en especial, a Barcelona". Pues hasta ahora solo han hecho gestos para hundirla. Será que la cárcel hace reflexionar.
"Es mejor ofrecer a los empresarios catalanes un horizonte de verdadera normalización política, con respeto a la Constitución y las leyes. Pero si los mismos que crearon el infierno separatista del que huyeron las empresas en 2017 afirman hoy que volverán a hacerlo, pocos motivos se están dando a las empresas para que abandonen la tranquilidad de otras regiones de España". Y ves, con lo bien que está uno en Madrid, volver al frenopático catalán. Ni de coña.
Alberto García Reyes comenta lo de El Jueves. "El presunto chiste de El Jueves sobre Ortega Lara es una insidia que rebasa mis límites éticos y estéticos". "'El pobre Ortega tiene el cuerpo lleno de quemaduras, no es sano estar cara al sol tras tanto tiempo a oscuras'. Un derroche de talento. Pero yo no suelo usar toga. Si este pegote está protegido por la libertad de expresión, el derecho común impera. No se puede prohibir lo que no nos gusta". También hay una ley que protege a las víctimas del terrorismo.
"La soflama de Vox contra el editor de esa revista publicando sus datos personales y su dirección es una salvajada". Pero eso sí, "cuando Pablo Iglesias señalaba a periodistas en sus mítines o a través del pasquín que le montó a su secretaria, los profesionales afectados conocieron la soledad del desierto. ¿Dónde estaban entonces algunas de las asociaciones de la prensa que ahora se escandalizan?. Todos los que nos dedicamos a este oficio sabemos que muchas de estas instituciones están politizadas y asistimos con asombro a su silencio cuando el apaleado no es de su cuerda". Sin asombro, ¿quién se asombra de que las agresiones a la derecha sean contempladas con regocijo por la izquierda? Se lo tienen merecido y tal.
"Repudio la actitud de Vox aunque me dé punzadas en el pecho el chiste de Ortega Lara y por eso mismo grito que hay que ser muy miserable para mofarse de las víctimas del terrorismo". El autor del chiste debería probar una semana lo que sufrió Ortega Lara, a lo mejor así le entra algo de empatía.
La Razón
"Sánchez oculta a Podemos la crisis de Gobierno". Que siguen sin fecha. Ya hablaremos cuando se produzca.
Julio Valdeón pone a caldo a Vox por lo de El Jueves. A la prensa le encanta poner a Vox a caer de un burro por cualquier motivo. "Lo de Vox con El Jueves no tiene un pase. Tampoco lo tiene a menudo El Jueves, claro". Que lo mismo es el que ataca que el que se defiende.
"¿Asqueado? Fijo. ¿Sorprendido? Bueno... sintonicen TV3 o la ETB. Escuchen a los de ERC, Podemos o HB. Incluso a unos cuantos en el PSOE. Intenten explicarle a un pobre recién llegado la degradación de nuestra vapuleada arena pública, arrasada por tipos embobados con la violencia y convencidos de que al otro lado sólo reinan detritus".
"Recuerden los actos electorales de Vox boicoteados, las agresiones sufridas por sus militantes, los ladrillazos y la lejía para fregar el suelo, los locales de Ciudadanos condecorados de heces y los cargos de Ciudadanos untados de orines. Sumen los insultos dedicados a los políticos y votantes del PP. O el puñetazo a Rajoy. Los mismos que ahora ponen caritas acostumbran a celebrar que nadie vote a la derecha en el País Vasco. Sin reparar (peor, ¡reparando!) en que los tiros en la nuca, los cochecitos bomba, la persecución de los disidentes, las pintadas callejeras, los homenajes a psicópatas, el discurso del rencor, las dianas y el espionaje, la limpieza étnica, la baba tóxica y el monocultivo de votos etnonacionalistas, no digamos ya la execrable condición moral de cientos de miles, decididos a no meterse en política mientras mataban a sus vecinos, explican unas cuantas cosas". Explican que este país no tiene remedio. Mientras haya políticos como Mónica García que se niegan a condenar la terrible amenaza a Ayuso, mientras montan un numerito por cartas bala de mentirijilla no habrá solución, y la persecución siempre la sufrirá la derecha.