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El PP, un partido "golpista" en 'El País'

Ya metidos en pleno verano y en la quinta ola, la prensa está pendiente de la próxima crisis de gobierno.

Ya metidos en pleno verano y en la quinta ola, la prensa está pendiente de la próxima crisis de gobierno.
Pablo Casado. | EFE

El Mundo

"El Tribunal de Cuentas advierte de que Pere Aragonès cometerá un "fraude de ley" si avala a los embargados del procés". Asustados están ellos. ¿A que te mando al presidente?

El editorial se queja de que no haya debate sobre el estado de la nación desde hace seis años. Lo echamos todos mucho de menos. "Sánchez esquiva la tribuna para evitar que se visualice un desgaste cada día más evidente de su figura y de la de sus ministros, cuya erosión ha sido meteórica. Si de Sánchez dependiera, tampoco se presentaría a las sesiones de control, y no solo para huir de la oposición sino últimamente también de sus propios aliados, que no dudan en ridiculizar el nulo valor de su palabra y en pavonearse de tener al presidente en sus manos. Como, en efecto, lo tienen". Yo diría que es más por pereza. Sánchez tiene el Gobierno y sus socios no le van a dejar caer, por mucho que se metan con él.

Raúl del Pozo cree que "lo más inquietante del sanchismo —socialdemocracia de escorzo unipersonal de decreto que trastea la división de poderes— es su peligrosa alternativa. Si antes los partidos de la derecha democrática eran agrupaciones de personas que profesaban la misma ideología, hoy son grupos de profesionales que aspiran a cargos públicos a las órdenes de un reducido número de dirigentes que exigen patriotería de partido más que patriotismo, y recuperan los modales ultramontanos. Emplean las tácticas sectarias de buenos y malos, se comportan como compañías de atrapalotodo, sin democracia interna".

"En España, numerosos partidos con representación parlamentaria y participación en gobiernos autonómicos, y hasta en el Consejo de Ministros, son anticonstitucionales, contrarios a la soberanía nacional y al idioma que habla y escribe la mayoría. Todos se presentan a las elecciones en listas cerradas y deben su cargo no a los electores sino al aparato". Pero, "sean como sean, no hay democracia sin partidos", así que ajo y agua.

El País

"La ley de libertad sexual tipifica por primera vez como delito el acoso callejero". A Enrique Gil Calvo se le va la pinza. "Resulta chocante la desaforada cruzada del jefe de la oposición contra los indultos a los líderes secesionistas, un debate de importancia menor hinchado hasta la exasperación por el histérico fanatismo de una derecha enferma de santa indignación". El histérico fanatismo que resulta chocante es el de este periódico con Sánchez.

"Puede que tanto aspaviento solo sea puro teatro electoral, pero también puede deberse a la solapada intención de tapar y hacer olvidar sus inconfesables vergüenzas, hoy puestas al desnudo por la investigación sumarial de la Operación Kitchen, que desvela los criminales intentos del Gobierno del PP por enterrar bajo siete llaves sus pasadas fechorías". Y este habla de aspavientos y exageraciones.

Y ya puestos a decir barbaridades, dice que "el ilegal comportamiento de la cúpula del PP es tan golpista, en menor escala de magnitud, como el de la cúpula secesionista". Es más, el golpismo catalán es bueno y el del PP es el chungo de verdad.

"Entre ambos golpismos opuestos existen sensibles diferencias. Los secesionistas siempre han dado la cara, cometieron sus delitos exhibiéndolos ante la vista del público y después los han reconocido con orgullo e insolencia". "En cambio, la cúpula pepera ejerció su golpismo en la clandestinidad con opaco secretismo, sin dar jamás la cara y negándose a reconocer sus delitos contra toda evidencia: un golpismo inconfesable y clandestino". Con periódicos como este y gente como Gil Calvo, este país nunca será una democracia normal. Hay una parte de España que se niega a reconocer y tolerar a la mitad de sus compatriotas.

ABC

"La quinta ola inunda a los jóvenes". "España ya sufre la quinta ola con la Atención Primaria colapsada". La atención primaria lleva colapsada desde que empezó la pandemia. "Fue el Gobierno el que presumió de relajar el uso de las mascarillas pese a diversas advertencias de que era prematuro", se queja el editorial. "Ahora, empezamos a retomar términos –tasa de contagio, cierres perimetrales, restricciones al ocio...– que Pedro Sánchez había enterrado antes de tiempo. El exceso de triunfalismo contra un virus imprevisible no es nunca buen consejero". La verdad es que este virus es incontrolable.

El otro editorial está amoscado por la consulta que nos está colando el PSOE a goteo. "EL PSOE y la Moncloa han iniciado una estrategia de progresivo acostumbramiento de los españoles a contemplar como una necesidad democrática la celebración de un referéndum soberanista en Cataluña". Pedro Sánchez ha decidido normalizar el desafecto contra el independentismo sobre la idea de que si alguien tiene que ceder son 45 millones de españoles, y no los dos millones de separatistas", de los que él depende.

"Tiene que aclarar de qué habla Miquel Iceta cuando se refiere a un referéndum consultivo, o a qué alude Carmen Calvo cuando habla de una consulta. Debe aclarar, en definitiva, si a cualquier eventual referéndum consultivo van a ser convocados todos los españoles, o solo los catalanes, porque esto sería ilegal si esa consulta afecta a la soberanía nacional y a la integridad del territorio español". Eso, que nos pregunten a todos. Ya que nos han dado esta tabarra durante diez años todos tenemos derecho a decidir.

La Razón

"Rivera será ponente de la regeneración en la Convención del PP". ¿Rivera regenerador? Julio Valdeón no ve con buenos ojos el fichaje. "Cuentan quienes saben que hubo un tiempo en que Rivera sondeó algunos de los caladeros más diamantinos del PP. A lo mejor buscaba fichajes. Ahora parece darse la jugada inversa, bien que de forma cosmética. Tampoco creo que al partido de Casado e Isabel Díaz Ayuso le interese el destino de uno que pudo poner firme a Pedro Sánchez y eligió, primero, rodearse de escualos muy puestos en memes, o memos, y luego ya, todo seguido, ser feliz y contárnoslo". Es que ser feliz debe ser muy aburrido.

Marhuenda se entrega al juego periodístico de elucubrar con la crisis de Gobierno. "Sánchez tiene que reducir el número de ministerios, para dar una imagen de austeridad, y jubilar a los quemados incluso por el propio bien de los afectados". Entonces debería empezar por él mismo.

"Estos dos años largos que quedan hasta diciembre de 2023 son fundamentales para conseguir la reelección. Es verdad que no se respira inquietud en la Moncloa, porque piensan que hay tiempo suficiente para recuperarse en las encuestas, afrontar con éxito el desafío independentista por medio de los habituales juegos malabares y, sobre todo, disfrutar de la recuperación económica a pesar del brutal endeudamiento". Como el cuento de la lechera.

Abel Hernández dice que "no es extraño que a Pedro Sánchez le entre la risa cuando oye a Pablo Casado exigirle cosas tan disparatadas como convocar elecciones". Es que se parte, es lógico. "¡Qué listo Casado! Pero va aviado, con la Ayuso pisándole los talones y dos años por delante, gateando por los tejados". "Pedro Sánchez está resignado a vivir poco a poco –partido a partido– para vivir mucho". Así que, Pablo, paciencia porque te queda un trecho.

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