El Mundo
"El PP planea dos años de oposición dura al Gobierno y volcada en Cataluña" . Estamos hasta los pelos de Cataluña, ¿es que el resto de España no existe? "Isabel Díaz Ayuso ha marcado el camino: ahora el acoso y derribo a Sánchez funciona", dice ilusionado.
Lucía Méndez prepara a Casado para lo que se va a encontrar en la prensa zurda o zurda light. "Si alguien tuviera alguna duda del efecto fatal que el virus ha producido en el equilibrio mental y emocional del país, puede sintonizar en directo los debates parlamentarios. Y escuchar las intervenciones de ciertos oradores de la oposición cargadas de empatía, compasión y cortesía. Las conversaciones que se escuchan en la calle tienen el aroma de Versalles, comparadas con el hemiciclo". Lastra, Rufián o el mismo Sánchez, por el contrario, son un ejemplo de educación y tolerancia.
El País
En el diario sanchista por excelencia, Julio Llamazares se echa las manos a la cabeza. "Cada semana, desde hace ya algún tiempo, la comparecencia del Gobierno en el Parlamento para dar cuentas de su gestión, algo a lo que está obligado por ley, se ha convertido en un combate verbal que nada tiene que envidiar al de los dos hermanos de Antígona" (la obra que ha inspirado su columna).
"Cierto que en el Parlamento español, por fortuna, la sangre de verdad no corre (aunque a más de uno le gustaría, me temo), pero las puñaladas dialécticas, la agresividad verbal y las descalificaciones personales del contrario podrían entrar muy bien en la categoría de tragedia griega tal es el desasosiego que nos producen a quienes las escuchamos por la televisión o las leemos después en la prensa escrita sin dar crédito a veces a nuestros ojos y nuestros oídos". Naturalmente, al igual que Lucía, solo ve la agresividad en Casado y Abascal. Pues la violencia contra la oposición de la que hacen gala los columnistas de este medio no le llega ni a la suela del zapato al pobre Casado.
ABC
Pero Casado siempre tendrá un apoyo en ABC para llevar a cabo sus planes. El editorial comenta hoy la ¿metedura de pata? de Escrivá por decir la verdad sobre las pensiones, algo inconcebible para Sánchez.
"Probablemente es la única verdad dicha con sinceridad por este Gobierno en meses". ¿En meses? Se ve que es un periódico cristiano. Si no, no se entiende tanta piedad. "Ser sincero no se estila ni renta en La Moncloa". "Se expresó muy bien, con claridad meridiana, y se le entendió mejor". "Las cuentas no cuadran, la Seguridad Social está en quiebra, y el futuro de las pensiones sigue estando en el aire. Lo demás es engañar al ciudadano". Alguien se la ha colado a Sánchez, mira que nombrar un ministro que dice la verdad.
"Escrivá, como esos once millones de ciudadanos, saben que no hay marcha atrás. Que el Gobierno podrá encubrir sus decisiones con su demagogia habitual, pero el recorte va a ser innegociable porque objetivamente no hay en marcha ninguna reforma estructural, por más que lo exija la Unión Europea. O bien se trabajará más años, o bien se cobrará menos. O ambas cosas a la vez, y conviene estar concienciado para ello". Hala, ya nos ha dado el día. Lo mismo no están tan mal las mentiras de Sánchez.
La Razón
Francisco Marhuenda comenta la polémica favorita de la izquierda de la semana. El cargo de Toni Cantó.
La decisión "ha provocado la irritación de la izquierda contra su enemiga pública número 1 y el actor convertido en político, que tiene el estigma de no ser uno de esos progres forrados del cine y la televisión que votan al PSOE, Podemos o Más Madrid". Todos los micrófonos de La Sexta a su disposición.
Pero lo que ha dejado "estupefacto" al director de La Razón ha sido la salida del alcalde de Valladolid, Óscar Puente. "No es más que un patán que se expresa con un lenguaje soez y vulgar propio de las tabernas de los barrios bajos de una ciudad portuaria. Es sorprendente que un vallisoletano solo sea capaz de decir que «va a cobrar 75.000 euros por rascarse los huevos a dos manos». Lo calificó, además, de ser un «mierda». "He de reconocer que tenía una mejor opinión de Puente", dice, un clásico en Marhuenda. Y concluye: "Puente no es más que un botarate que hace el ridículo y no se respeta a sí mismo". Marhu, nunca tengas nunca una buena opinión de mi, ¿vale?