El Mundo
"Sánchez anuncia un nuevo proyecto de país con los independentistas". Pero sólo con los indepes, ojo, el resto de los españoles no cuentan para él. Ayer se piró de nuevo a Barcelona –¿se habrá instalado en el despacho que abrió Soraya durante su operación diálogo?– a dar la murga a esa insoportable burguesía catalana que mira a los españoles por encima del hombro mientras no para de pedir pasta.
Dice el editorial que "sería difícil encontrar en la reciente historia europea un antecedente de infamia política similar a la perpetrada este lunes por Pedro Sánchez en el Gran Teatro del Liceu de Barcelona". Ha puesto el listón muy alto, el presi. "Que un Gobierno esté dispuesto a favorecer los intereses de un grupo de golpistas condenados por sedición, que han declarado desvergonzadamente su intención de volver a repetir la afrenta en cuanto abandonen la cárcel, no solo atenta contra la dignidad de los ciudadanos que aspiran a la seguridad y la estabilidad políticas, sino que despeja el camino a quienes han hipotecado toda su actividad política a la destrucción del Estado-nación y a la ruptura del orden constitucional y el marco de convivencia actuales. Y malversar para ello la palabra 'concordia' —divisa de la clase política durante la Transición— no hace sino añadir un plus de humillación a los españoles que asisten atónitos e impotentes a estos juegos de manipulación retórica, mediante los cuales Sánchez quiere ocultar su alianza con quienes aprovechan su 'debilidad' para provocar un cambio de régimen". Ha dejado una palabra tan bonita hecha un guiñapo.
"Que además, al hacerlo, sea boicoteado, insultado y abucheado por los propios secesionistas supone otra desalentadora evidencia de hasta dónde están dispuestos a llegar Sánchez y sus ministros para mantenerse dos años más en el poder".
Replica Arcadi Espada que no es por eso, que los dos años los tiene garantizados, que el objetivo de Sánchez "es asegurarse una mayoría en las próximas elecciones, más cómoda de la que ahora disfruta. Y Cataluña es, en este sentido, un silo de votos fundamental". Y es que cree Arcadi que el "cuento de Gran Pacificador puede tener su eco en el conjunto de España". Debe pensar Arcadi que el conjunto de España es un atajo de imbéciles.
"No hay a nadie que ahora mismo tema más un español que a un catalán. Solo por plasta, mentiroso y vividor, desde luego. Conozco andaluces cabales que son capaces hasta de votar a sanchez para que tenga entretenidos y absortos a los nacionalistas". Arcadi parece creer que los españoles no catalanes se acuestan y se levantan pensando en Cataluña. Pues te voy a desengañar. No oirás en las calles fuera de Cataluña a nadie hablando del tema peñazo.
"Fue hábil sanchez al contratar ayer a uno de La Cupana para que hiciera el indio en el Liceo. En Zamora habrán sentido hasta piedad por el presidente: mira cómo le pagan estos desagradecidos". En Zamora están más pendientes de las vacunas y tal. Y no veo a nadie capaz de sentir piedad por un tío tan poco empático como Sánchez.
Pero hay una cosa en la que Arcadi tiene razón. "Desde que aceptó llegar al poder de la mano de sediciosos y exterroristas sanchez eligió romper con media España. Su obligatorio interés es consolidar esta mayoría de fractura de modo que le permita mantenerse unos años en el poder. El Liceo fue ayer su rubicón. Pero no su final". Hace un mes y medio no veíamos el final de Pablo Iglesias. Y mira ahora. No está ni en Twitter.
Dice Jorge Bustos que "como dicen los socialistas purgados, esto tampoco es su límite. El límite se lo pondrá el pueblo español en las urnas si para entonces las meninges del votante no se han agusanado por completo, roídas por la propaganda melosa de la falsa concordia como hacen las lombrices con el culo de los niños". ¡Culo!, ¡Bustos ha dicho culo!, Fermín, las sales, al jefe vas.
"España lleva siglos tratando de destruirse sin éxito, de modo que no es descabellado pensar que tampoco esta vez lo logrará. Esta vez tan solo destruirá al PSOE". Al sanchismo, Bustos, perdona que te corrija, del PSOE no quedan ni las raspas.
"Sánchez es un Zapatero relleno de Pablo Iglesias", define con gracia. "La psicopatía nunca ha estado reñida con la cursilería 'España será más fuerte, Cataluña estará más integrada y usted y yo lo viviremos', le aseguró el Zapatero del Estatut en 2006 a Pedro J. Una década después estallaba el procés y Sánchez terminaba uniéndose a él. Se percibe ya un seísmo de signo opuesto, con epicentro en Madrid". Pues Sánchez no percibe ese seísmo.
El País
Para cursilería El País, abriendo el periódico a cinco columnas con una frase de amito Pedro. "Podemos empezar de nuevo". Sí, anda, empezad de nuevo porque vaya tela. Qué peloteo más patético. Y nos arrea una tribuna de Illa "por la concordia". Qué sabrá el sanchismo de concordia. Pero ahí no acaba la cosa en el panfleto de Sánchez.
Xavier Vidal Folch compara a Sánchez ¡con Azaña! ¿Y por qué no Churchill, Xavier?
"Pedro Sánchez marcó ayer época en el Liceu. Porque es la primera vez desde la Transición en que un presidente del Gobierno español se ha dirigido directamente a los ciudadanos catalanes. A todos: de la élite, de la menestralía y de la base". Debió perderse la invitación a la cajera del supermercado, porque en ese lugar solo había millonarios catalanes. "Expresión sobria, breve y muy de día laboral, pero solemne: en el anfiteatro que lo fue de la más dinámica burguesía peninsular", dice rendido ante el verbo presidencial.
"El discurso de Sánchez entroncó, en emociones y estilo, con el grandioso de Manuel Azaña en defensa del Estatut (27/5/1932): por acotarse a resolver problemas políticos; por su esfuerzo en hacer pedagogía, inscribiendo los indultos en la carnadura de la Constitución; por su rotundidad, sin rodeos". Entiendo que los lectores se están ruborizando, pero es lo que hay.
"Se critica el ímpetu propagandístico presidencial. Compárese con el mutismo antipedagógico de otros. Y su anhelo de asentar mayorías mediante las alianzas periféricas, con las similares de Adolfo Suárez". Qué anhelo ni qué niño muerto. Sin esas alianzas, golpismo y proterrorismo, Sánchez no puede gobernar. Sánchez, el señor Vidal te ha llenado de babas.
ABC
"Sánchez claudica". "Sánchez quiere ser Suárez: venderá la 'utilidad' del indulto como mecanismo de 'concordia' para una nueva transición". El indulto es una de sus atribuciones, que indulte y no nos dé la murga. No se lo vende ni a Sostres. "El mayor problema que tiene el discurso de Pedro Sánchez es el mismo Pedro Sánchez, cuya credibilidad está agotada tras tantos espejismos y engaños". Es imposible tragar con más trolas.
"Los indultos no son un acto de generosidad con delincuentes arrepentidos, sino una estrategia política indigna que está arrodillando a millones de españoles incapaces de asumir esta extorsión", dice el editorial.
"Sánchez no tiene ninguna idea de España, de su historia, del valor de la Transición, o de lo que realmente significa la concordia". Una palabra tan bonita ensuciada en esa boca de mentiroso. Pero si Sánchez solo concordia con radicales, supremacistas y exterroristas.
"Sánchez ha alegado que los indultos son el primer paso hacia la construcción de una 'nueva España' liderada por una 'nueva Cataluña'. Tendrá que aclarar qué significa una 'nueva España'". Se supone que una en la que Su Sanchidad gobierne eternamente. Habrá que pensar en el exilio si eso sucede.
Como dice Luis Ventoso, "en lugar de situarse con la Cataluña abierta y el espíritu de la España solidaria que ayudó a reconstruir el Liceo, Sánchez opta por aliarse con quienes tienen como credo la ruptura en nombre de una supuesta superioridad, gente que solo se conformará con su república. En lugar de estar con la Justicia española, opta por degradarla para indultar a unos delincuentes que ya se jactan de la debilidad del Estado. En lugar de ejercer como patriota español, como le tocaba por cargo, actúa con mañas de chalán (en el escenario barcelonés hasta relegó la bandera de España, medio tapada tras la catalana). ¿Servirá de algo todo este oprobio?". Si sirve para mandarle a casita a medio plazo podemos darnos con un canto en los dientes.
La Razón
"La UE se plantea un mediador para Cataluña tras los indultos". ¿Para qué queremos mediador si ya están Sánchez y su coro de pelotas?
El editorial deja claro que el periódico del grupo Planeta no está de acuerdo. "No podemos compartir una decisión presidencial que sirve al propio Sánchez y al separatismo, pero no al conjunto de la sociedad, y menos todavía a la democracia y a una idea tolerable de justicia". "Entendemos los grandes lemas del presidente como una carcasa cosmética que apenas encubre lo que sin duda representa una mera transacción de votos, intereses, privilegios y poder". "Es irreal, además de un señuelo, hablar de concordia y de legalidad cuando abiertamente se ignora al Supremo, la Fiscalía, la oposición y la inmensa mayoría de la sociedad", esa que Sánchez se pasa por el arco del triunfo.
Pese a todo, cree Marhuenda que el "desgaste gubernamental será nulo entre el electorado del centro izquierda, el resto le resulta indiferente. Sánchez sabe que no tiene que perder el tiempo en intentar pescar en zona ajena y se centra en la polarización con el espantajo de Vox que moviliza a los suyos en unas generales". Pues no se entiende a qué viene tanta propaganda empalagosa. A todos nos ha quedado claro que media España es enemiga de Sánchez, que desprecia a los tribunales a los que insulta en Europa. A todos nos ha quedado claro que Sánchez solo quiere a su lado a ultras, indepes y exterroristas.
Como dice José María Marco, "el discurso del Liceo daba la espalda a los demás actores políticos nacionales, e incluso en varios momentos los equiparó a quienes han intentado acabar con el orden constitucional y con nuestro país. Nada que dialogar, ni que negociar, ni –mucho menos– que 'empatizar' con ellos. Para los españoles que tienen una idea distinta de la suya acerca de su país, lo único que vale es el desprecio". A patada limpia, los trata.
Tomás Gómez, que conoce bien al personaje, da la clave. "El presidente del Gobierno ha actuado movido por su necesidad electoral. Sabe que perderá las elecciones si Cataluña no le vota, porque Madrid y Andalucía se le han complicado sobremanera y los votos valencianos no son suficientes para compensar la ventaja de los populares". Los indultos son la primera consecuencia del 4-M.