La misiva de Oriol Junqueras ha desatado una cadena de crisis en el seno del separatismo que ahora amenaza la continuidad de Jordi Sànchez como secretario general del partido de Carles Puigdemont, Junts per Catalunya (JxCat). Si el primero en ser puesto en la picota fue Junqueras por la renuncia implícita a la unilateralidad que se interpretó de sus palabras, el siguiente ha sido el propio Sànchez, quien en una dura respuesta al líder de ERC cometió el desliz de restar validez al referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
"Soy de quienes creen que el 1 de Octubre fue concebido más para forzar al gobierno español a abrir una vía de diálogo y negociación para lograr un referéndum acordado que para proclamar efectivamente la independencia", dijo por escrito el secretario general de JxCat, dando de esa manera munición no sólo a ERC sino a sus rivales políticos, que no son pocos, en el seno de su propio partido.
La frase desató una tormenta de críticas por parte de significados dirigentes de JxCat como Elsa Artadi, Miriam Nogueras, Gemma Geis, Josep Rius e incluso entre los compañeros de cárcel y partido de Sánchez. El exconsejero de Presidencia Jordi Turull, que actuó como portavoz del Govern durante el golpe de Estado, censuró las palabras de Sànchez en tono muy agrio e invocó la "ley del referéndum" (de las denominadas "leyes de desconexión" que se aprobaron en el Parlament para dar una apariencia de cobertura legal al golpe) para afirmar que el resultado no sólo era válido sino que se tendrá que aplicar.
También Torra censuró a Sánchez y manifestó a través de Twitter que "con todo el respeto, querido Jordi Sànchez, yo el 1-O voté 'sí' a constituir Cataluña en un Estado independiente en forma de república, ejercí el derecho de autodeterminación de Cataluña. Por eso, para mí el 1-O es fundacional e innegociable".
Pero más allá de las críticas, lo que ha sorprendido a Sànchez y a una parte del partido es el manifiesto en el que se piden firmas para forzar su dimisión como secretario general de JxCat. "Las declaraciones del secretario general, diciendo que él pensaba que el referéndum no era para declarar la independencia de Cataluña, son un insulto de cara al pueblo que ejerció su derecho a voto arriesgando sus vidas, un insulto a los exiliados, presos y represaliados y una falta de respeto a los afiliados de JxCat", dice el texto en el que se promueve la remoción de Sànchez. Sus le acusan de haber actuado por su cuenta y con secretismo en la negociación con ERC, de haber cedido en cuestiones clave y de haber volado los puentes con Waterloo. Lo que le faltaba es traspasar lo que en JxCat es haber rebasado una de las líneas rojas en JxCat, el valor "sagrado" del referéndum del 1-O, un asunto "innegociable", como dice Torra, y sobre el que no se admite la más mínima discusión.
De este modo, lo que tenía que ser una bomba de relojería para Junqueras por su carta se ha convertido en una crisis en JxCat por la "herejía" de Sànchez.