El pasado mes de octubre de 2020, la española Naturgy y Sonatrach, la mayor empresa de Argelia y controladora del gas natural, llegaron a un acuerdo para revisar las condiciones comerciales de los diferentes contratos de gas existentes entre las partes, según informó el presidente de la española, Francisco Reynés, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Naturgy, la antigua Gas Natural Fenosa y ahora Naturgy Energy Group, S.A. (NEGSA), es una empresa española dedicada al negocio del gas y la electricidad que tiene sede en Barcelona y Madrid. Se la considera una de las tres grandes compañías del sector eléctrico en España, Con Endesa e Iberdrola controlan el 90 por ciento del mercado eléctrico y tiene actividades estrechamiento vinculadas al gas natural.
Como analizó Libre Mercado, este acuerdo, que revisaba las disposiciones sobre precios, volumen y duración, indicaba la voluntad de Sonatrach y Naturgy de ampliar su asociación a largo plazo iniciada hace décadas y ponía de manifiesto la voluntad de ambas compañías de consolidar su alianza estratégica e histórica a largo plazo.
En ese mismo momento, la visita oficial del gobierno español presidida por el propio Pedro Sánchez a Argelia coincidía con una reunión paralela del presidente de Naturgy, Francisco Reynés, y el presidente y consejero de Sonatrach, Toufik Hakkar.
El acuerdo sobre estas modificaciones reforzaba la alianza de Naturgy y Sonatrach, cuya relación comercial data desde 1970 y comparten accionariado en el gasoducto Medgaz, que conecta ambos países, con el 49% y 51%, respectivamente.
La pandemia de covid-19 afectaba duramente al negocio del gas y el petróleo y España aseguraba el suministro de gas argelino con ajustes a la baja que beneficiaron en bolsa a la española.
Pero la pregunta es si en aquellas negociaciones tuvieron cabida algunos gestos a favor del aliado de Argelia en su conflicto con Marruecos, el Frente Polisario. Tras la entrada ilegal y secreta de Brahim Ghali en España, se hizo visible el conflicto entre España y Marruecos, un conflicto en el que además de otros factores conocidos puede estar presente la renovación de la concesión del gasoducto del Magreb que pasa por Marruecos y que es necesario para España, aunque ya menos, y que habría que renovar el próximo mes de octubre.
Ahora, el gas argelino llega a España también por otro gaseoducto conocido como Medgaz que une directamente España y Argelia. Naturgy compró gas a Argelia hace dos años por valor de 30.000 millones de euros, aunque luego trató de negociar un nuevo contrato debido a la caída del gas en los mercados reduciendo la compra a menos de 15.000 millones.
El gaseoducto argelino-español gusta muy poco a Marruecos porque deja de cobrar "peaje" por el transporte del gas a través de su territorio. La construcción de un tramo de gaseoducto de 200 kilómetros por Argelia desde la frontera argelino-marroquí hace casi innecesario el paso del gas por Marruecos y ahí podría residir otra de las raíces del conflicto. A España le interesa mantener las dos entradas de gas porque la dependencia de un solo país, en caso de conflicto, podría ser muy perjudicial.
Si el favor de "curar" a Brahim Ghali en Logroño, vía aeropuerto de Zaragoza, y el asunto del gas están relacionados, no han sido aclarados aún por nadie del gobierno de Pedro Sánchez. Como es sabido, este tipo de negociaciones generan comisiones sustanciosas de las que jamás se ha sabido nada. A pesar de todo, el pasado mes de enero, España tenía el precio del gas natural más caro de la Unión Europea.