Por segundo día consecutivo, los cientos de marroquíes que continúan vagando por las calles de Ceuta se agolpan a las puertas de la oficina de Asilo y Refugio de la frontera del Tarajal. Lo hacen tras el efecto llamada de los primeros compatriotas que este martes decidieron optar por esta estrategia para burlar su expulsión. Según fuentes policiales, a primera hora de este miércoles más de 250 inmigrantes hacían cola para tramitar su solicitud y temen que la avalancha vuelva a repetirse mañana.
Desde mediados de la semana pasada, Marruecos rechaza la devolución forzosa de sus nacionales y, ante el temor de que el reino alauita cambie de opinión, los sin papeles que vagan por las calles de Ceuta -y que, descontando los menores ya controlados, ascenderían a más de un millar- han decidido solicitar protección internacional para blindar su estancia en la ciudad autónoma.
Lo que dice la Ley
La Ley 12/2009 deja claro que sólo se concederá asilo o protección subsidiaria en caso de que las autoridades aprecien la existencia de motivos fundados para creer que si los solicitantes regresasen a su país de origen se enfrentarían a un "riesgo real" de sufrir "daños graves".
Concretamente, el artículo 10 cita la pena de muerte o riesgo de su ejecución material, la tortura y los tratos inhumanos o degradantes y las amenazas graves contra la vida o la integridad de los civiles motivadas por una violencia indiscriminada en situaciones de conflicto internacional o interno.
Ganar tiempo para viajar a la península
La inmensa mayoría de los sin papeles que hacen cola en la oficina de asilo de Ceuta son conscientes de que no cumplen estos requisitos. Sin embargo, fuentes policiales explican a Libertad Digital que su intención no es otra que retrasar su expulsión de nuestro país y ganar tiempo para poder trasladarse a la península: "El asilo lo piden sencillamente para eso, para alargar el procedimiento, porque una vez que lo piden, pasan a tener todos los derechos del asilado hasta que se resuelva su solicitud".
En la oficina, los agentes les entregan un papel donde se les da una cita para que acudan a la Jefatura Superior de Policía y puedan estudiar su caso. Sin embargo, esta cita no es inmediata y, teniendo en cuenta la avalancha de inmigrantes que han decidido optar por esta vía en las últimas horas, ya se les está emplazando al próximo mes de agosto. Las fuentes consultadas por LD explican que "en esta situación de espera, a lo mejor pueden conseguir viajar a la península" y advierten de que, si eso llegase a ocurrir, es más que probable que se les pierda la pista.
El temor a los contagios
Los agentes que trabajan en la frontera aseguran estar "totalmente desbordados", ya que nunca se habían enfrentado a una situación parecida. A la inusual estampa que presentan los alrededores de la oficina, con largas colas de inmigrantes, se suma la preocupación de los trabajadores por el riesgo de las aglomeraciones en plena pandemia del coronavirus.
Tal y como advirtió el Sindicato Médico de Ceuta en Libertad Digital, la inmensa mayoría de los marroquíes que llegaron a nado hace dos semanas no han sido sometidos a ningún test de antígenos o PCR y, por lo general, ni usan mascarilla ni respetan las distancias de seguridad.