Dos semanas después de la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta, Rabat sigue retando a España al frenar la devolución de cientos de marroquíes, que continúan vagando por las calles de la ciudad. Hasta mediados de la semana pasada, fueron expulsados más de 8.000 sin papeles. Sin embargo, según confirman fuentes policiales a Libertad Digital, hace días que el país vecino ha vuelto a poner obstáculos para ejecutar las devoluciones forzosas, es decir, la de aquellos que no quieren regresar voluntariamente a su país y que, en estos momentos, son la inmensa mayoría.
Es más, en las últimas horas, la presión ha regresado a la frontera del Tarajal y, aunque las fuerzas marroquíes impidieron en la tarde del lunes que decenas de jóvenes se lanzaran al mar con la intención de llegar a Ceuta, numerosos inmigrantes continúan agolpados en el puerto y ya han sido detenidos tres polizones.
2.000 inmigrantes siguen en Ceuta
El descontrol de los primeros días hace imposible saber a ciencia cierta cuántos inmigrantes continúan en la ciudad autónoma. Los agentes calculan que "cómo mínimo, estaríamos hablando de 2.000 personas, entre adultos y niños". Hasta ahora, la Policía Nacional ha identificado a 920 menores, que permanecen repartidos en cuatro centros de emergencia habilitados por el Gobierno ceutí.
Según las autoridades, unos 214 permanecen en el pabellón cubierto de Santa Amelia, mientras que otros 253 han sido alojados en el albergue provisional de Piniers. El resto se encuentran en las naves del polígono industrial del Tarajal, muy próximo al paso fronterizo, donde las cosas parecen haberse complicado en las últimas horas después de que 60 menores hayan dado positivo en coronavirus y hayan tenido que ser aislados del resto.
Los padres no quieren a sus hijos
Todos estos cálculos no incluyen a los adolescentes que malviven escondidos en la ciudad para evitar que les expulsen. Las autoridades son conscientes de que "cientos" de ellos se esconden en distintos puntos de la periferia del casco urbano, sobre todo en la zona de las escolleras, zonas forestales y barriadas del extrarradio. Tampoco, los 273 menores marroquíes que ya estaban están tutelados por la ciudad y que residen en el centro de realojo de La Esperanza.
La situación de los menores es la más delicada y la que más probabilidades tiene de enquistarse. En los primeros días, la ciudad autónoma recibió más de 4.000 llamadas de familiares que, tras enterarse de que sus hijos habían viajado a Ceuta engañados, trataban de localizarles desesperados.
Sin embargo, las gestiones para que los menores regresen a sus casas no han dado los frutos esperados. Según el portavoz del Gobierno ceutí, Alberto Gaitán, de un total de 200 familias marroquíes contactadas telefónicamente por los servicios sociales de la ciudad, sólo 6 han expresado su deseo de que vuelvan. Con todo, la ciudad autónoma ha vuelto a pedir "auxilio" al Gobierno central, ya que la ciudad está literalmente desbordada: "No tenemos capacidad para acoger a estos menores".
Peleas, robos y coronavirus
Mientras tanto, los incidentes en las calles van in crescendo. Según confirman a LD fuentes policiales, el número de enfrentamientos y robos entre los propios inmigrantes que viven en las calles —con independencia de su edad— es cada vez mayor. Sin ir más lejos, este lunes, la Guardia Civil detuvo a un menor marroquí por intentar agredir a otro con un cuchillo.
También preocupa la situación del puerto, ya que son muchos los inmigrantes —tanto adultos como menores— que tratan de introducirse en los ferris o en los camiones que se embarcan con destino a la Península. Los agentes insisten en que estos intentos son muy peligrosos y, además, en los últimos días han obligado a paralizar el tráfico portuario en varias ocasiones.
A todo ello, se suma la preocupación por el aumento de casos de coronavirus. Tal y como confirmó a Libertad Digital el presidente del Sindicato Médico de Ceuta, José Enrique Roviralta, son muy pocos los test que se realizan a una población que no está controlada, que no usa mascarillas y que no respeta ninguna de las medidas de seguridad dictadas por las autoridades.
Según el Gobierno de la ciudad autónoma, hasta el momento hay 76 inmigrantes localizados que han dado positivo, pero el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta, encargado del control de esta pandemia, ya ha mostrado su preocupación. En su informe quincenal, reconoce que la predicción es "incierta, debido a la presencia de población no controlada en la ciudad" y alerta de un "ascenso de la incidencia acumulada, si se tienen en cuenta los casos importados".
La declaración de Ghali
La delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, emplazó el lunes a los medios de comunicación a la declaración judicial del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, prevista para este martes. A partir de entonces, vino a decir, habría que analizar qué posición adopta Marruecos, ya que no hay que olvidar que una de las razones que llevaron a Rabat a permitir la avalancha migratoria fue precisamente el hecho de que el Gobierno de Pedro Sánchez encubriera en España a Ghali, acusado de violación, terrorismo, torturas y delitos de lesa humanidad, entre otros.
Aun así, Rabat no parece dispuesto a dar su brazo a torcer. No en vano, este lunes el reino alauita emitió un durísimo comunicado contra España en el que llegó a comparar la situación del Sáhara con la de Cataluña, preguntándose qué pasaría si su rey recibiese a los separatistas. Sánchez, por su parte, se ha limitado a calificar de "inaceptable" que Marruecos haya justificado el "asalto a las fronteras españolas" por "desavenencias en política exterior".