La organización terrorista ETA provocó el terror en España durante cincuenta años. Sus coches-bomba, sus secuestros o sus tiros en la nuca provocaron más de 850 víctimas mortales. Un reguero de sangre al que se unen varios miles de heridos y mutilados. De forma paralela, la extorsión, las amenazas de muerte y la persecución al que pensaba diferente de los cachorros de ETA provocó que miles de vascos y navarros tuvieran que abandonar su tierra.
Algo más de diez años después de que la banda criminal dejara las armas, con escenificaciones varias incluidas, todavía está pendiente de derrotar a ETA en algunos frentes. El principal que queda abierto es el del relato. Que la historia no quede manipulada y refleje lo sucedido en España como una pelea entre dos bandos, sino como lo que realmente fue, la acción indiscriminada de un grupo terrorista que trató de imponer por las armas sus fines políticos.
Con el objetivo de ser determinante en esa batalla del relato surge el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con sede en Vitoria, que este martes ha sido inaugurado por el rey Felipe VI, al que han acompañado también el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, además del lehendakari, Iñigo Urkullu, y los representantes de las principales asociaciones de víctimas del terrorismo.
Este centro estará gestionado por la Fundación Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo (FCMVT). El presidente de honor es el Rey y el presidente ejecutivo es el presidente del Gobierno. Su objetivo, "preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo; construir la memoria colectiva de las víctimas y concienciar al conjunto de la población para la defensa de la libertad y de los derechos humanos y contra el terrorismo".
El memorial tendrá una exposición permanente donde se hablará de la historia del terrorismo en nuestro país. ETA, GRAPO y el terrorismo yihadista serán la piedra angular del proyecto, aunque también hay espacio para la guerra sucia del Estado, el FRAP, Terra Lliure o el DRIL, por ejemplo.
En lo que a la distribución del memorial se refiere, en la planta baja del edificio se encuentra la sala "Aquí, ayer", que compone el espacio de recepción. También hay una reproducción a tamaño real del zulo en el que ETA mantuvo secuestrado durante 532 días al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara y durante 116 días al empresario vasco Julio Iglesias Zamora. De hecho, la idea de reproducir el zulo se la propuso el propio empresario al director de la fundación, el periodista Florencio Domínguez.
La distribución del memorial
En esta planta también se encuentra el centro de documentación, donde se conserva toda la información recopilada por la FCMVT sobre los grupos terroristas que han tenido actividad criminal en nuestro país. Será el sitio perfecto para que académicos, estudiosos y periodistas puedan acceder a todo tipo de documentos en diferentes formatos sobre estos grupos terroristas.
En la primera planta está el Espacio Memorial Ana María Vidal Abarca –fundadora de la Asociación Víctimas del Terrorismo–, que incluye elementos como distintos objetos personales de Jesús Velasco, jefe del Cuerpo de Miñones –Policía Foral de Álava– asesinado por ETA, donados por su familia; una obra de Agustín Ibarrola alegórica del asesinato del periodista José Luis López de Lacalle, o un vídeo con documentos gráficos y sonoros de distintos atentados.
También está la sección Historia del Terrorismo. La principal pieza es una cronología que parte de 1960 y llega hasta la actualidad, dividida en tres periodos: dictadura franquista, transición y democracia. Esta parte informativa y de contexto se complementa con otra más emotiva: una instalación en la que cuelgan del techo 1.451 discos, tantos como víctimas mortales del terrorismo hay en España. Sobre la pared se proyectan los retratos de los niños asesinados en atentados terroristas.
Por último, en la segunda planta se encuentra la sección Discursos y Prácticas del odio, que tendrá cuatro partes, dedicadas a ETA y el terrorismo nacionalista radical, la ultraderecha y el terrorismo parapolicial (GAL), la extrema izquierda (principalmente el GRAPO) y el yihadismo. También estará la sección Respuesta al terror, que explica la reacción policial, judicial, política y social al terrorismo.
En esta planta estará incluida asimismo una de las zonas más emotivas. Se trata de la sección de La voz de las víctimas, un espacio dedicado a escuchar los testimonios directos de las víctimas del terrorismo, que explican en primera persona sus propias experiencias.