A la Assemblea Nacional Catalana (ANC) no le afectan las expectativas abiertas por la promesa sanchista de los indultos y la negociación entre el Govern de la Generalidad y el Gobierno. La organización quiere volver a la calle en cuanto se disipe la pandemia y arenga a sus bases para que se vayan preparando para una nueva confrontación, otro golpe de Estado como el de octubre de 2017. Mientras tanto, propaganda, presión a los partidos, actos de desobediencia y boicot contra los productos españoles. Esa es en síntesis la hoja de ruta que aprobó esta semana más del 90% de la militancia y que se ha presentado este domingo en Cornellá de Llobregat.
La ANC aboga por la desobediencia, por la confrontación y no espera nada de la negociación con el Estado. "Cataluña es una nación ocupada por el enemigo", que es España. En su soflama, el vicepresidente de la organización, David Fernández, ha asegurado que "la independencia es imprescindible para existir como pueblo y es el mejor indulto y la mejor amnistía para presos, exiliados y los más de tres mil represaliados".
También ha declarado que "Cataluña es una nación donde se aplica el derecho civil y penal del enemigo a través de la lengua, el expolio y la represión" y que durante el 1-O de 2017 "el Estado perdió el control de Cataluña, fue una enorme victoria". El objetivo es volver a ese punto: "Hoy el tren hacia la independencia abandona la vía muerta y vuelve a la vía principal. Más calle y menos sofá. La independencia se hace, no se dice que se hace".
Independentismo en horas bajas
En la misma línea se ha pronunciado la presidenta de la organización, Elisenda Paluzie, quien ha apelado a la mayoría del 52% del electorado que votó a partidos independentistas en las pasadas elecciones del 14 de febrero para lograr la independencia. Sin embargo, reconoció que el independentismo está en horas bajas: "A pesar de los últimos resultados estamos dejando que se instale el desánimo y la decepción en nuestras bases. Pronto se cumplirán cuatro años del 1-O, el acto de soberanía más importante de nuestra historia y en cambio nos hacen sentir como si hubiésemos vuelto a la época del Estatuto del 2006, mirando hacia el Estado, esperando concesiones del Estado, cayendo de nuevo en la trampa del poli bueno y el poli malo, en ese juego perverso de la izquierda y la derecha española y olvidando que comparten un mismo objetivo, mantener la unidad del Estado cueste lo que cueste".
Paluzie ha propuesto insistir en el frente internacional en la falta de democracia en España y volver a las calles en Cataluña, recurrir a la "desobediencia, no cooperación y confrontación en todos los ámbitos". Así, pide que no se compren productos españoles o que se paguen los impuestos en la Hacienda catalana. Además, ha lanzado un mensaje a los partidos: "No podemos blanquear más las renuncia y dilaciones de quienes quieren gestionar una autonomía intervenida".