Pere Aragonès, presidente de la Generalidad con tan solo 38 años, presume de abuelos maternos, el Antonio y la Juani de Palomares, donde la bomba. Dice que el nacionalismo de ERC es "inclusivo" y para demostrarlo recurre a esa rama de la familia. En cambio, de la paterna no dice nada. Y es que no tiene nada que ver con los inmigrantes andaluces que fueron a Cataluña a labrarse un futuro. Su abuelo paterno, José Aragonés Montsant, fue alcalde de Pineda de Mar (Barcelona) durante la fase final del franquismo. Después continuó como alcalde bajo las siglas de Alianza Popular. Antes de su dilatada experiencia política, Aragonés Montsant había comprado hoteles y montado una fábrica textil que quebró en 2002.
Circula por las redes la esquela que emitió el Ayuntamiento de Pineda de Mar con ocasión del asesinato del almirante Carrero Blanco, una nota de pésame firmada por José Aragonés en calidad de alcalde. Tales antecedentes franquistas no afectaron a su hijo Pere, padre del nuevo president, que fue concejal en el mismo municipio por Convergència i Unió (CiU) entre 1990 y 1995. Y menos aún a su nieto Pere, que presume de gran antifranquista.
Tampoco le afecta a Pere Aragonès hijo el hecho de que su familia tuviera una fortuna en las Antillas Holandesas a la hora de sermonear en el Parlament sobre la justicia social, la igualdad de oportunidades o el cumplimiento de las obligaciones fiscales.
La familia Aragonès poseía una compañía radicada en Curazao y dedicada a la gestión de los hoteles en Cataluña. La entidad se llama Phedra Hotels Holding SL y fue inscrita en el Registro Mercantil de Barcelona en junio de 2013 gracias a una repatriación producida al calor de la amnistía fiscal del Gobierno presidido por Mariano Rajoy. Precisamente en aquella época Pere Aragonès difundía el eslogan "España nos roba" en el Parlament, donde ya ejercía como diputado.
En la actualidad, los Aragonès poseen una red hotelera compuesta por los siguientes establecimientos: el Bahía de Tossa y el Mar Menuda, en la Costa Brava; el Taurus Aquapark Resort, en la costa de Barcelona; más el Port Salou, el Donaire Beach, el Costa Salou y el Avenida Family Suites, en la Costa Dorada. En total suman 1.930 habitaciones. Cuentan con una plantilla de 330 trabajadores que en la actuación están en situación de regulación temporal. El emporio hotelero contabiliza unos activos agregados de 90 millones y el valor de coste de los inmuebles es de 58 millones. El año anterior a la pandemia, el conglomerado ingresó 36 millones y declaró un beneficio de 3,6 millones. Sus recursos propios se cifraron en 46 millones.