Aunque nada justifica el comportamiento del sátrapa marroquí, Mohamed VI, el Gobierno de Pedro Sánchez ha cometido varios errores diplomáticos en su relación con Marruecos desde que comenzó la legislatura. Además de los desaires puntuales de Pablo Iglesias al Gobierno de Rabat o el ingreso del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño con un nombre falso, existen varios factores estratégicos determinantes para Marruecos, lo suficientemente importantes como para desafiar las fronteras de España y Europa lanzando a 8.000 inmigrantes (en su mayoría menores) a jugarse la vida en el mar.
1. La primera visita oficial de Sánchez no fue a Marruecos
Pedro Sánchez rompió una tradición que inició Felipe González con el objetivo de establecer unas relaciones alternativas con Marruecos y que han mantenido el resto de presidentes del Gobierno. Desde el punto de vista diplomático, el primer viaje de un nuevo Ejecutivo tiene un significado político de cortesía, pero Marruecos interpretó el gesto como un desplante de Sánchez y un cambio de rumbo en las políticas exteriores españolas debido a la influencia de Podemos en el gobierno de coalición.
2. Iglesias, con el Polisario cuando declaró el estado de guerra
El secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, decretó en noviembre del año pasado el estado de guerra en todo el territorio del Sáhara al considerar roto el alto el fuego firmado con Marruecos en 1991 a raíz del ataque en el paso fronterizo de Guerguerat, que Ghali atribuyó a Rabat.
Pablo Iglesias, en aquel entonces vicepresidente segundo del Gobierno, apoyó al Frente Polisario a través de un mensaje de Twitter en el que hizo referencia a la resolución del 13 de febrero de 1995 en las que el Consejo de Seguridad "reitera su empeño en que se celebre, sin más demora, un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental".
La declaración no sentó bien al Gobierno de Marruecos y nuevamente castigó injustificadamente a España con el bloqueo durante días el desembarco de pesqueros españoles en las costas cercanas a Mauritania, lo que implicó pérdidas valoradas en un casi un millón de euros.
3. Las visitas de Marlaska a Argelia
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha viajado hasta en tres ocasiones a Argelia para entrevistarse con varias de sus principales autoridades, incluido el presidente Abdelmayid Tebún. La lucha contra la inmigración irregular fue la excusa oficial de la visita en la que también se trataron "nuevas vías de cooperación" entre ambos países, sin explicar exactamente en qué consistían esas nuevas vías.
Las reuniones con Argelia han despertado los recelos de Marruecos. Para ello hay que entender que la relación entre Marruecos y Argelia nunca ha sido fácil y el Sáhara Occidental está en el centro de sus disputas. El papel del Frente Polisario es importante, pero para Marruecos el verdadero enemigo es Argelia, sin la cual el Polisario no existiría.
En este caso, desconocer la posición de España con respecto a sus intereses en Argelia, ha fomentado el incremento de las tensiones diplomáticas entre Rabat y Madrid. Este es posiblemente el motivo más determinante para que Rabat haya decidido atacar las fronteras españolas con una crisis migratoria sin precedentes.
4. Cambio en las alianzas históricas
La política del PSOE tradicionalmente buenista con Marruecos, no coincide con la de Podemos. Rabat entiende que la entrada de Podemos en el gobierno de coalición ha supuesto un cambio en la valoración de las alianzas históricas. Les preocupa especialmente que el PSOE haya asumido la opinión de Podemos con respecto a Marruecos como parte fundamental de la política en materia de Asuntos Exteriores.
El criterio de Podemos con respecto a Marruecos siempre ha sido sumamente crítico. Tras la llegada de más de 8.000 inmigrantes a Ceuta, la portavoz de Podemos, Isa Serra, ha acusado a Rabat de usar a las "personas que huyen del hambre" para su "chantaje diplomático". Por su parte, el líder de Más País, Íñigo Errejón, ha recuperado uno de los argumentos empleados por la formación morada en anteriores ocasiones y ha exigido sanciones a la fortuna económica del monarca marroquí Mohamed VI como arma de presión.
5. Ghali en el hospital de Logroño
El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, aterrizó en la base militar de Zaragoza el pasado 18 de abril en un avión medicalizado procedente de Argelia. Posteriormente, ingresaba en el Hospital San Pedro de Logroño con un nombre falso. Para el gobierno marroquí esto supone otro desaire más por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, aunque todo apunta a que esta no es la causa principal de lo sucedido estas últimas 48 horas en Ceuta.
Sobre Ghali pesa una imputación de la Audiencia Nacional por presuntos delitos de violación, asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas, desapariciones y lesa humanidad. Por el momento, el líder del Polisario se ha negado a firmar la notificación judicial para declarar el próximo 1 de junio.