La situación en Ceuta está descontrolada. Más de 5.000 inmigrantes marroquíes han entrado durante este lunes en la ciudad autónoma utilizando para ello los dos espigones fronterizos, el de El Tarajal y el de Benzú. Unas cifras que no tienen parangón con avalanchas migratorias anteriores y que ha desbordado a las autoridades locales, a la Guardia Civil y a los miembros de la Cruz Roja que suelen ayudar en estas tareas.
Como es evidente, un grupo tan significativo de inmigrantes jamás podría haber pasado el área fronteriza sin la permisividad de las autoridades de Marruecos, que están muy molestas con el Gobierno español después de que se hiciera público que el líder del Frente Polisario había sido atendido en un hospital de Logroño con el apoyo del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que permitió su ingreso en el mismo con un nombre falso.
Esta situación ha obligado al Ministerio del Interior a reunir a su gabinete de crisis. Presidido por Fernando Grande Marlaska, al mismo han asistido también el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez; la subsecretaria del Ministerio del Interior, Isabel Goicoechea; el director general de la Policía, Francisco Pardo; la directora general de la Guardia Civil, María Gámez; y la directora general de Relaciones Internacionales y Extranjería, Elena Garzón.
Fuentes de Interior han explicado a Libertad Digital que entre las medidas tomadas, de momento, para dar respuesta a la situación de Ceuta se ha decidido el refuerzo inmediato de los efectivos de Guardia Civil y de Policía Nacional en la zona. En concreto, se van a reforzar con cerca de 50 efectivos de la Guardia Civil los lugares más susceptibles de violar el trazado fronterizo de Ceuta.
La Policía Nacional, por su parte, va a incrementar en más de 150 agentes sus efectivos en Ceuta, entre miembros de las UIP (las Unidades de Intervención Policial, conocidas popularmente como antidisturbios) y personal específico de Científica y de Extranjería. Este último personal se encargará de agilizar los trámites de devolución en aplicación del acuerdo con Marruecos de 1992.
Las mismas fuentes han explicado que el ministro y su equipo han estado y están en comunicación permanente con el resto de departamentos ministeriales afectados, especialmente con el de Asuntos Exteriores, con la delegación del Gobierno en Ceuta y la Presidencia de las dos ciudades autónomas. También se han mantenido contactos con las autoridades marroquíes.