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'El País', desquiciado contra Ayuso y Madrid: "El botellón ha ganado las elecciones"

Sánchez se pira de gira, se desentiende de la pandemia y arma un sindiós tras el fin del estado de alarma.

Fiesta en Barcelona tras el fin del estado de alarma. | EFE

El Mundo

"Las contradicciones del gobierno agravan el caos por la pandemia". Dice el editorial que "solo han pasado dos días desde el fin del estado de alarma y ya se empiezan a sentir las consecuencias de la irresponsable decisión del Gobierno de lavarse las manos y dejar que sean los tribunales los que asuman decisiones políticas, con grave afectación para la vida y la salud de los ciudadanos". A Sánchez le ha dicho un pajarito que la pasta de Europa le hará ganar las elecciones y no habla de otra cosa. "Es inadmisible la inseguridad jurídica en la que está sumido todo el país, con el consiguiente aumento del temor ciudadano a que se desate una quinta ola de contagios masivos". Ya nos hemos acostumbrados a surfear olas.

Raúl del Pozo está muy interesado en las primarias del PSOE andaluz. "En Moncloa temen que pueda repetirse la vendetta de la Puerta de Sol. Para los del Complejo de la Moncloa, Susana Díaz, que aspiró al liderazgo del PSOE y perdió, está desgastada, no como la vestal Isabel Díaz Ayuso. Sólo la apoyan los dinosaurios felipistas". Sánchez está mucho más desgastado que Susana, y los Leguinas y Terreros están hasta el gorro de él y sus Lastras. Pero vamos, si no quieren ver la realidad, allá ellos.

El País

"El fin de la alarma aviva el choque político por la pandemia". El panfleto sanchista es el vivo reflejo del desquicie de Moncloa. "Las imágenes de este fin de semana de jóvenes bebiendo en las calles de Madrid han activado las alarmas, porque aún faltan semanas para alcanzar ese objetivo de vacunación y, además, el criterio de los tribunales está siendo contradictorio". En las calles de Madrid, en las calles de Barcelona, en las calles de Salamanca y en las calles de toda España. Los dueños del Ibex tendrán que poner pie en pared alguna vez y parar la escalada de manipulaciones, insultos y mentiras directas de su periódico.

Otro artículo para la historia de la decadencia de lo que un día fue un reputado periódico lo firma hoy David Trueba. "Algún día habrá que analizar junto a la labor de Pablo Iglesias el modo de enfrentarse contra él que adoptaron sus rivales. Se ha recurrido al acoso domiciliario, al insulto desmesurado, a la compra de testimonios fraudulentos y a la fabricación de informes policiales enlazados a un periodismo que denigra la profesión. Lo cual deja detrás un reguero bochornoso para nuestra democracia". Lo más bochornoso de nuestra democracia es que un tipejo como Iglesias lograra llegar a ser vicepresidente. Lo más bochornoso para nuestra democracia es que además haya sido el PSOE el que la ha puesto en peligro. Acoso, insultos desmesurados son la especialidad del caudillo, que fue el que los introdujo en la política española. En cuanto a la fabricación de informes, suponemos que Trueba tiene pruebas. Lo que sí sabemos con certeza es que Iglesias tenía matones a sueldo para pegar a policías y adversarios políticos. "El botellón, gran triunfador ideológico de estas elecciones", concluye. Sí, y hordas de nazis se pasean por Madrid con la cruz gamada. Cuando un tonto coge una linde...

ABC

"Iceta saca pecho tras entregar las cárceles al País Vasco: Salda una deuda". El editorial dice que se trata de "otra sumisión al chantaje del nacionalismo". "No es cierto que la democracia salde una deuda, como dijo ayer sin ruborizarse el ministro Miquel Iceta. Se consuma la humillación ante una extorsión, que es algo muy distinto". La deuda con la democracia la tienen los asesinos a cuyos herederos se abraza el sanchismo.

Ignacio Camacho comenta el desmadre del fin del estado de alarma. "Aunque el taponazo de la noche del sábado quede al final —ojalá— en un mero episodio aislado de escaso o leve impacto sanitario, la ausencia de un marco jurídico claro para combatir la pandemia constituye una inacción culpable rayana en la negligencia de Estado. Después de la derrota de Madrid, la consigna es el rechazo a cualquier decisión o anuncio que puedan resultar antipáticos". Son mas simples que un ajo. "Sánchez ha decretado la inexistencia fáctica del virus ante la imposibilidad de sacarle réditos". Sánchez está contando un dinero que no tiene y poniendo unas vacunas que no hay. Como un cencerro, vaya.

La última de Sánchez contra Madrid ha sido mandarnos una discípula bien adiestrada a la Delegación del Gobierno. Se llama Mercedes y se comporta como si estuviera todavía en campaña. La delegada de Sánchez en Madrid. Jesús Lillo dice con guasa que "con Franco esto no pasaba. Hablamos de José Manuel, ya purgado por el sanchismo como líder del PSM y en cuyos tiempos como delegado del Gobierno en Madrid la Policía —venga furgonas— hacía lo que podía ante cualquier amago de altercado. Mercedes González, su sucesora, es más retraída y observadora. Como buena delegada de Pedro Sánchez, ha asimilado la estrategia oficial de la pasividad y la descarga de responsabilidades". Y el insulto de brocha gorda.

La Razón

"Los barones del PP no pedirán estados de alarma a la carta". "El efecto Ayuso es la excusa que justifica ahora que hasta los Gobiernos autonómicos más convencidos de que debía seguir el estado de alarma, aunque fuese en una versión light y para mantener solo el toque de queda, hayan decidido replegarse". Por dios, ni juanín ni juanón. ¿No saben buscar soluciones intermedias? De verdad que no entiendo para qué pagamos a tanto inútil.

Abel Hernández advierte del final del cuento de la lechera que se ha montado Sánchez con los fondos europeos. "La piedra del camino en la que ha tropezado Sánchez es la de las amistades peligrosas. Por eso ha perdido Madrid y casi ha perdido al PSOE, que fue su partido. Los históricos le dan hoy la espalda. Ni las vacunas, ni el final de la pandemia, ni la cuantiosa ayuda europea impedirán el rechazo general de la opinión pública española –no sólo la opinión madrileña– a sus alianzas y componendas con Unidas Podemos, con Bildu y con ERC". Aquellos con los que nunca iba a pactar. Las mentiras acaban pasando factura, aunque Sánchez crea que no. Tomar a los votantes por idiotas no es un buen camino.

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