El órdago de Pere Aragonès al anunciar que ERC pretende gobernar en solitario lleva camino de convertirse en uno de los anuncios más ridículos de la política catalana, ya de por sí plagada de actos bufos. Ni 24 horas han tardado los compañeros del aspirante a president en matizar el solemne pronunciamiento. La secretaria general adjunta, Marta Vilalta, ha declarado que "es evidente que seguimos negociando con Junts, necesitamos sus votos".
A ERC se le ha ido de las manos la situación. Según Vilalta, ahora se trata de negociar con la CUP, los comunes y Junts per Catalunya (JxCat) la investidura de Aragonès. Y hay prisa. Faltan 16 días para la fecha a partir de la cual habría que repetir las elecciones. La nueva oferta, según explican en ERC, consiste en pactar la investidura y seguir negociando para la incorporación de JxCat a un gobierno paritario.
En JxCat están dispuestos a cobrarse venganza por lo que consideran una salida de tono de Aragonès. Niegan, además, que les avisara antes de hacer ese anuncio, a pesar de que el vicepresidente de la Generalidad en funciones manifestó que se había puesto en contacto previamente con Jordi Sànchez, el secretario general de la formación de Puigdemont.
La hipótesis electoral
Otro dirigente de ERC, el portavoz parlamentario Sergi Sabrià, ya especula incluso con la repetición de las elecciones. "Si tenemos que optar entre pedir los votos del PSC o elecciones, habrá elecciones", ha manifestado este domingo en la emisora Rac 1. Por los mismos micrófonos ha pasado la vicepresidenta de JxCat, Elsa Artadi, que ha dejado claro que no prestarán sus votos para la investidura de Aragonès de forma gratuita.
En ERC insisten en recordar que Jordi Sànchez ha prometido en varias ocasiones que investirían al candidato republicano aunque no entrasen en el Govern. Artadi, en cambio, apunta en otra dirección. Primero habrá que sentarse a negociar, ahora ya no sobre un pacto de legislatura sino sobre un pacto de investidura y si hay acuerdo, pasarlo a consulta de las bases. En JxCat operan como la CUP, de modo que la última palabra la tendrán sus militantes.
Artadi se ha mostrado sumamente molesta con los argumentos de ERC y ha asegurado que Aragonès tiró el sábado por la borda ochenta días de negociaciones. Según el vicepresidente, es urgente superar la interinidad y empezar a gobernar sin estar en funciones. No obstante, con el movimiento de ayer no gana tiempo. De un modo u otro, sea pacto de legislatura o de investidura, las negociaciones se van a prolongar hasta el último minuto.
En JxCat cobra fuerza la tesis de que o se pacta un gobierno de coalición o se repiten las elecciones. De momento, facilitar la investidura de Aragonès y no estar en el Govern no forma parte del esquema del partido de Puigdemont.