El Mundo
"Ayuso consolida su mayoría al liderar el voto de centro derecha". Dice el editorial que "hay que celebrar que la estrategia seguida por algunos partidos para transformar las elecciones a la Comunidad de Madrid en una maniquea guerra de trincheras no haya calado en una ciudadanía que, a estas alturas, distingue bien entre la pirotecnia política y la política real". La ciudadanía contempla entre atónita y descojonada los numeritos de la izquierda, hay que agradecerles que nos están dando grandes momentazos.
"De nada está sirviendo la estrategia de radicalización que, a la desesperada, impulsa Podemos y a la que se ha dejado arrastrar de un modo incomprensible el candidato socialista, Ángel Gabilondo". De soso y serio a ultrarradical perrito faldero de Iglesias. Bravo Gabilondo.
"Ya dijimos que la escenificación de Pablo Iglesias en el debate de la SER, con la intención clara de reventar la campaña, no buscaba sino espolear a una parte de la ciudadanía hiperideologizada, en un intento patético por revertir los malos resultados que se prevén para la formación morada. Iglesias apostó por embarrar la cancha como último recurso, pero los ciudadanos no solo no han caído en la trampa sino que sienten un profundo rechazo por esta estrategia de estéril confrontación interesada en la que la agitación del trampantojo del fascismo, tan cansina y recurrente, provoca especial repulsa". Iglesias provoca repulsa haga lo que haga. A Ayuso le vino Dios a ver cuando el caudillo decidió venir a Madrid.
Su ultima ocurrencia ha sido meter a Felipe VI en la refriega. "Pablo Iglesias mete ahora en campaña a la Casa Real al reprocharle que no condene la violencia fascista". Este tío está para que le encierren. Anda, Pablo, manda una cartita a la Zarzuela. A ver si allí funciona el escáner.
Dice Santiago González que "la palabra fascismo le gusta mucho a Pablo Iglesias. Tanto que en la entrevista masaje de Ángels Barceló en la SER la usó 15 veces en menos de 20 minutos". La ha manoseado tanto que ya ni asusta.
"Iglesias no es un fascista sino algo que se le parece mucho en el afán totalitario: un comunista". "Rocío Monasterio lo echó del debate. El día que ella le repita la despedida que Iglesias le hizo a su marido en el Congreso, 'cierre la puerta al salir', la democracia española habrá dado un paso adelante". Los madrileños tenemos una oportunidad de oro el día 4. Lo haremos en nombre de todos los españoles que desearían vivir en Madrid este martes, que los hay a porrones.
Y por si no nos habíamos reído bastante con el ridículo de la izquierda política y mediática con el suceso de la navajita plateá, como lo llama Federico, ayer Público nos dio otro motivo de despiporre contando el parentesco del esquizofrénico con Espinosa de los Monteros. "Un tío del esquizofrénico está casado con una prima del padre de Iván Espinosa de los Monteros". Vamos, que es un descendiente de Adán y Eva, como decía hoy Inda en esRadio.
Dice Federico Jiménez Losantos que "Público, el prestigioso panfleto fundado por Roures, destapó ayer la trama fascista que pretende asesinar rojos a mansalva". El periodista de investigación es Carlos Enrique Bayo, que tiene una larga experiencia en este tipo de novelitas. "En este 11-M con balas de kétchup, como el que Echenique denunció en la pedrada a Rocío de Meer, y navajitas plateás como la de Maroto, todo vale". "Mónica López, de TVE, tuiteó ayer tras la encuesta de El País: 'Sigo sin entender xq los madrileños siguen votando a @diazAyuso y va a doblar los escaños'. La votan porque no quieren vivir en Caracas". La votan, entre otras muchas cosas, porque la alternativa es Iglesias, y eso atemoriza al más pintado.
El País
Más encuestas. "Los votantes populares prefieren un Gobierno con Vox a pactar con Cs". Si es que son unos fascistas. Cuenta El País que "Vox acepta que Ayuso gobierne sola". "Los votantes de Vox aceptarían que su partido no entrara en el Gobierno de la candidata del PP. Hasta un 76% aprobaría que Ayuso gobernara sola. Aunque el electorado de Vox (un 96%) sigue prefiriendo la coalición con el PP". ¿Y qué diferencia hay entre los votantes de Vox y el electorado de Vox?
Carlos Cué da un pasito más en el temita de las amenazas postales. Dice que el Gobierno está "muy preocupado por el clima de confrontación" que ha instigado el propio Sánchez. Cué no tiene empacho en comparar las cartas de un esquizofrénico con ETA. Hay periodistas sin ningún escrúpulo.
"España sabe muy bien lo que es hacer campaña electoral con escoltas. La violencia terrorista de ETA obligó a llevar esa sombra permanente incluso a concejales de pueblos pequeños en los años noventa y en la primera década del siglo XXI". Los escoltas los ha puesto Marlaska para enfatizar una violencia que no existe. Este tipejo no da puntada sin hilo.
"Nunca más se ha temido como entonces por la vida de los candidatos. Sin embargo, poco a poco en España va subiendo el nivel de tensión, y sin llegar a un riesgo vital, la seguridad se ha ido reforzando en algunas situaciones". Esta infamia se comenta por sí sola. No sólo la izquierda política está perdiendo la cabeza, algunos periodistas de cabecera de Sánchez parece que también.
Pepa Bueno aún tiene esperanzas en que lo que llama "segunda campaña" les dé resultado. "El cuestionamiento por parte de Vox de las amenazas de muerte y su escalada excluyente cada vez más agresiva —los menores desprotegidos, las mujeres víctimas de la violencia de género, y ahora ese "lárguese" a sus adversarios políticos que ejemplifica cuántos españoles les sobran— eclosionan en el debate de la SER y, primero Pablo Iglesias y después Ángel Gabilondo y Mónica García, entran en la batalla ideológica y asumen durante el fin de semana el lema común de "fascismo o democracia". "Empezaba otra campaña". La de las navajitas plateás. "A la segunda campaña le quedan cinco días. Mucho tiempo". Esto sí que suena a amenaza. ¿Tenéis preparado algo al estilo 'pásalo'?
ABC
Oooootra encuesta. "Ayuso supera a las tres izquierdas juntas y consolida la mayoría con Vox". Dice el editorial que "estas elecciones también representarán un voto de castigo a Pedro Sánchez. Si nada cambia en este convulso final de campaña en el que los tres partidos de la izquierda están abusando del sectarismo y el insulto, sus opciones de erigirse en alternativa a Díaz Ayuso serán nulas". Pero ojo, no hay que bajar la guardia, quedan cinco días, mucho tiempo.
"Ni siquiera la sobreactuada campaña de acoso a la derecha de los últimos días o la utilización del 'antifascismo' como reclamo movilizador le han funcionado al PSOE, Más Madrid y Podemos". Lo que sí ha movilizado, y eso hay que reconocérselo, ha sido a los chistosos de las redes, que se están poniendo las botas.
"El varapalo de la izquierda apunta a ser severo porque esta vez ni siquiera la desahogada sumisión de todas las televisiones públicas a Sánchez e Iglesias está logrando que su electorado reaccione. Hasta las mentiras están dejando de funcionarles". Es que la gente tiene sobredosis de trolas, no queda sitio para más.
Julián Quirós dice en su columna que a "Gabilondo le han vuelto loco las instrucciones cambiantes de Iván Redondo. Hasta el punto de acabar convertido en subsidiario de un debilitado Pablo Iglesias, al que han otorgado el liderazgo de la campaña de señalamiento a la derecha a cuenta de las amenazas postales. Bien, el truco tampoco ha funcionado". Hacer campaña con Pablo Iglesias es como tirarse por el viaducto.
Para más cachondeo, resulta que "el remitente de la navaja a Maroto se cree un agente secreto que envía informes de Inteligencia". Por eso Marlaska ha puesto escoltas a los candidatos, no vaya a ser que este chiflado les clave una navajita plateá.
Hughes explica lo de Público. "Sostienen que el remitente tiene un tío cuya mujer es a la vez tía-abuela segunda de Espinosa de los Monteros. O algo así. Y a esto lo han llamado parentesco y quizás lo sea, sí, pero en algunas tribus precolombinas o esquimales".
Y es que cuenta Hughes que "en los indios crow, por ejemplo, el padre no solo es el padre, el progenitor; llaman padre también a los hermanos del padre, y también a los hijos de las hermanas del padre, de modo que prácticamente todo lo relacionado con el padre es, en sí mismo, padre. Bajo una estructura amerindia, en alguna reserva india de Yellowstone donde aún adoren al bisonte, puede que Espinosa y el remitente sí sean parientes. La mujer del 'padre' de uno sería también mujer del 'padre' del otro. Así que 'jau', no hay más que hablar". Pues ya nos queda mucho más claro, Hughes. Espinosa de los Monteros es un indio crow.
La Razón
La Razón no se queda atrás y lleva también su encuesta, solo faltaba. "Ayuso inicia el cambio: une el voto anti-Sánchez". Dice el editorial que la campaña de la violencia postal es una "irresponsabilidad que debería hacer reflexionar a los dirigentes del PSOE en su obscena exhibición de munición y cuchillos ensangrentados". Es que es de coña.
"La estrategia diseñada desde Moncloa" para Gabilondo, "que, a la postre, ha sido de comparsa de Pablo Iglesias en su grotesca campaña de radicalización y manoseo de la violencia", ha sido un desastre.
Marhuenda está convencido de que para acabar con el guerracivilismo de PSOE y Podemos hay que votar a Ayuso. En esta campaña se ha constatado el "profundo revanchismo, fanatismo y sectarismo de la izquierda".
"Iglesias es un político muy prolífico desde hace muchos años y hay infinidad de grabaciones y escritos donde muestra su concepción de 'democracia' bolivariana que quería para España", "nunca ha escondido su afinidad con Chávez y Maduro. Esta admiración y deseo de emularlos muestra su auténtico rostro". Y el PSOE va con él de la manita.
"Es imprescindible una clara y contundente victoria de Ayuso. La alternativa es una peligrosa amalgama formada por socialistas radicales, comunistas y populistas". "Vox ni es ni fascista ni la ultraderecha. Lo que sería catastrófico es que mandara Iglesias". Iglesias o democracia.
Pedro Narváez pone el punto de humor con la payasada de Público. "Un tío del esquizofrénico amenazador está casado con una prima del padre de Iván Espinosa de los Monteros. ¿Por parte de padre o de madre?". Quedan cinco días… para seguir haciendo el ridículo.