Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro. El Gobierno vasco ha incluido a la Policía Nacional y a la Guardia Civil entre las posibles amenazas que pueden afectar a su modelo de seguridad de la región en los próximos años. Exactamente, por el "reposicionamiento" que están realizando ambos cuerpos después de que muchos efectivos que se dedicaban a la lucha contra el terrorismo de ETA hayan sido liberados de esas funciones.
Así aparece reflejado en el nuevo "Plan General de Seguridad Pública de 2025", un documento estratégico presentado esta misma semana en el Parlamento vasco por el vicepresidente del Ejecutivo de Vitoria y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, y que recoge cuatro retos, doce líneas estratégicas, 52 iniciativas y 166 acciones concretas para culminar la transición a lo que denominan como el "Modelo vasco de Seguridad Integral".
En la página 63 del documento, de las 139 que lo componen, se recogen las posibles amenazas para conseguir sus objetivos en esta materia y, entre las pérdida de conocimiento que supone el relevo generacional de las plantillas de los cuerpos policiales autonómicos y locales, la constante evolución tecnológica y las crecientes expectativas y exigencias de la ciudadanía en materia de seguridad, aparecen las Fuerzas de Seguridad del Estado.
"Se está produciendo un reposicionamiento de las FCSE en Euskadi que buscan tener visibilidad entrando en determinados nichos sobre la base de una interpretación parcial de la Ley Orgánica 2/1986 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que no tienen en cuenta las Disposiciones Finales de la propia ley con relación a las competencias que el artículo 17 del Estatuto de Autonomía atribuye a las Administraciones de Euskadi en materias como la seguridad ciudadana, el tráfico o las emergencias", dice el escrito.
Es curioso, además, que ésta sea la única alusión que se hace de forma directa o genérica a la Policía Nacional y la Guardia Civil en todo el texto, pese a que trata específicamente de la seguridad, algo en lo que los cuerpos estatales deberían ser fundamentales. Tan sólo cuenta para llevar a cabo su objetivo de convertir al País Vasco en un referente de la seguridad en Europa con la Ertzaintza y las distintas policías locales.