El envío de cartas amenazantes no cesa. Los servicios de seguridad del Centro de Tratamiento Automatizado (CTA) de Correos en Madrid han detectado este miércoles por la mañana el envío de una misiva amenazante al expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. En el interior de la misma había dos balas de 38 milímetros y una nota, según han confirmado fuentes del Ministerio del Interior.
La detección de esta carta amenazante se produce pocas horas después de que paralizasen otras dos en el día de ayer. Una en las mismas instalaciones del barrio madrileño de Vallecas que tenía como destinatario a la Dirección General de la Guardia Civil y otra en las oficinas de Correos en San Cugat del Vallés, en Barcelona, con dos balas en su interior, para Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
La de este miércoles es la séptima carta amenazante detectada en esta campaña electoral. Las tres primeras se conocieron el jueves de la pasada semana y llevaban varias balas cada una de ellas. Los destinatarios de las mismas eran el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, el exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y la máxima responsable de la Guardia Civil, María Gámez.
Ninguna de estas tres misivas fue detectada por los escáneres de seguridad de Correos, un fallo que la propia empresa achacó a un vigilante de seguridad que estaba distraído en el momento clave. Los agentes de la Policía Nacional que investigan los hechos están centrando sus pesquisas en detectar desde dónde se envió la carta, que fue depositada en un buzón, y buscan cualquier tipo de resto biológico en las misivas.
La cuarta carta fue enviada la semana pasada también, pero su existencia se conoció el lunes, y su destinataria fue la ministra de Turismo, Reyes Maroto. En el interior de la misma había una navaja con unas pequeñas manchas rojas y tampoco fue detectada por los sistemas de seguridad de Correos. Al contrario que las tres primeras cartas, la identificación del autor fue muy fácil, debido a que puso en el remite su nombre y dirección reales. Se trataba de un vecino de El Escorial (Madrid) diagnosticado de esquizofrenia.