Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no le ha temblado pulso a la hora de acusar a Vox de ser una "amenaza para la democracia".
En el mitin celebrado en Getafe Sánchez ha responsabilizado a la formación de Santiago Abascal de provocar con "su discurso de odio" hechos como los acaecidos este jueves cuando, debido a un fallo de seguridad en Correos, varias cartas con balas llegaban al Ministerio de Interior y a la Dirección General de la Guardia Civil destinadas al ministro Grande-Marlaska, María Gámez y Pablo Iglesias.
Amenazas que Vox puso en duda lo que le ha granjeado otra de las principales críticas del presidente del Gobierno. Ha dicho Sánchez en Getafe que "el viernes sucedió algo muy grave, que lo ha cambiado todo", antes de avisar a Vox de que ha cruzado su "última línea roja", al acusar a Marlaska, Iglesias y Gámez de "conspirar para enviarse a sí mismos esas amenazas".
Por ello ha entonado un nuevo lema: "No es solo Madrid, es la democracia", ha sentenciado, con el objetivo de tratar de movilizar a su electorado de cara al próximo 4 de mayo frente a lo que ha tildado de "fascismo".
En el día en el que se cumplía el 47 aniversario de la Revolución de los Claveles de Portugal, muy presente en los diferentes discursos de este acto, el también líder del PSOE ha pedido el voto para evitar que la presencia de Vox y sus actos se sigan "normalizando" y el partido de Santiago Abascal pueda llegar al Gobierno de Madrid de la mano del PP y su candidata Isabel Díaz Ayuso.
Gabilondo quiere palabras, no balas
En línea con el discurso de Sánchez el candidato socialista, Ángel Gabilondo, ha acusado al Partido Popular de ser el cómplice que el fascismo necesita. Ha subrayado que le indigna la indiferencia con la que Díaz Ayuso y Martínez Almeida han reaccionado ante las amenazas de "sus socios de la ultraderecha". Una reacción que provoca, ha dicho, que la "ultraderecha tome cuerpo", ya que para llegar a las instituciones el fascismo "necesita cómplices".
Al partido de Abascal, al que Gabilondo tacha de "ultraderecha", le ha avisado también de que "ninguna amenaza" logrará que deje de latir su corazón de izquierdas, mientras ha insistido en que quiere "palabras y no balas".
Por ello el líder de los socialistas madrileños ha trasladado a los presentes que el próximo 4 de mayo pueden ocurrir dos cosas "o gana la democracia o vencen los insultos y el odio", al tiempo que ha pedido que se movilicen "todos los demócratas" para "parar al extremismo de la ultraderecha con los valores humanos".
Asegura que "quedan nueve días para la votación, y hay tiempo de sobra para acallar el discurso del odio con ilusión, entusiasmo y dignidad".
Marlaska contra el PP
También ha tomado la palabra uno de los protagonistas de esta semana. En Getafe el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha denunciando la "maldita equidistancia" de la derecha, ha dicho, ante las amenazas que ha recibido.
Censura el titular de Interior que no haya condenas reales de la derecha frente al señalamiento de personas. "Los socialistas no tenemos miedo", ha defendido, para asegurar después que nunca dará un paso atrás y se seguirá enfrentando "al intolerante y al que no entiende que la diversidad es riqueza".