El Mundo
"Correos da dos millones a una empresa de Panamá aunque Pedro Sánchez se comprometió a no contratar en paraísos fiscales". ¡Qué me dices, Sánchez mintió!
El editorial va sobre la cansina Cataluña, que sigue en su bucle particular. La "putrefacción ha llegado Cataluña, con unas élites y una sociedad civil ensimismadas ante la paranaoia de un secesionismo que continúa alimentando la utopía de la secesión pese a la fractura social que ha generado su deriva segregacionista. Nadie parece exigir cuentas, tampoco un diluido Illa, a una clase dirigente instalada en una impúdica pugna por la hegemonía del independentismo. La negociación entre socios, en teoría, ha encallado por el papel reservado al fantasmagórico, aunque muy costoso, Consejo por la República que controla Puigdemont. Tal extremo da idea del vodevil independentista, tan grotesco como corrosivo para ciudadanos y empresas de Cataluña. El efecto Illa era esto". Cataluña es un sindiós y no tiene remedio. No merece la pena darle vueltas.
Raúl del Pozo compra la campaña de la izquierda. "Los franceses han descubierto la movida y vienen a Madrid a darle a la priva", dice. Bueno, a Madrid, a Valencia, a Cataluña, según los datos que dio hace unos días El País. "Los destinos principales fueron Cataluña, Comunidad Valenciana y Canarias. Madrid solo recibió un 5,5% de los residentes en el país vecino que visitaron España por ocio en enero". Pero no te culpo por la desinformación, Raúl, con todas las televisiones dando la matraca con Madrid. No se ha visto a ningún periodista haciendo reportajes en el Prat.
"Los jóvenes están hasta los huevos, salidos y desesperados; pasan de los falsos confinamientos y se la suda el toque de queda. La pospandemia se retrasa y la gente se lanza a los botellones y fiestas clandestinas". Y la policía de Marlaska cruzada de brazos.
El País
El diario sanchista viene de nuevo a volvernos locos. Por una parte critica que "Interior permite la patada en la puerta contra las fiestas ilegales", lo que califica de "desproporcionado".
Pero después perpetra un editorial contra Ayuso exigiéndole que tome medidas aunque las competencias son de Interior.
"Mientras Alemania, Francia, Italia y otros países europeos mantienen o endurecen aún más las medidas ante la virulencia de la tercera ola, al igual que hacen la gran mayoría de las autonomías en España, la Comunidad de Madrid se ha convertido en un paraíso de relajación de consecuencias aún impredecibles". Lo que sí es predecible son las consecuencias que han tenido los cierres. El virus sigue descontrolado en toda España y en toda Europa y vamos hacia la ruina total. Encabezan los contagios Ceuta y Melilla, que dependen del Ministerio de Sanidad. Y Navarra, donde gobierna el PSOE con los bilduetarras.
"Lo ocurrido no solo representa un peligro para la salud, un derecho de rango constitucional, sino que es también un insulto al sacrificio que realizan en distintos lugares centenares de miles de personas y numerosas empresas que no solo ven suspendidas sus fiestas populares, sino controlados con firmeza los horarios y aforos de la hostelería en aras del bien común". ¿Sólo en Madrid? Porque según este mismo periódico se han estado celebrando botellones en el Born de Barcelona.
"Es lo que está ocurriendo en una comunidad convertida ya en atracción para el turismo europeo que encuentra en la capital española el mejor escenario para disfrutar y burlar las restricciones". Consecuencia de que los turistas europeos puedan desplazarse tan ricamente por España mientras que los madrileños (los españoles) no podemos movernos de nuestra comunidad. Si aquí entra todo quisqui y nosotros no podemos salir, ¿cómo no se va llenar la ciudad?
"Es necesario frenar los excesos de las calles de Madrid", dice. Pues que se lo digan a Marlaska, que es el que tiene la competencia de controlar que se cumplan las normas en Madrid. Claro, que si luego la policía actúa y entra en los pisos donde se celebran las fiestas ilegales, a El País le parece desproporcionado. "Junto a la vacunación, es necesario el esfuerzo de la contención". ¿Qué vacunación? ¿Esa que anuncia Sánchez cada vez que habla pero que nunca llega?
"Gabilondo pide ayudas para la hostelería y medidas más duras ante la permisividad de Ayuso". Este Gabilondo tiene una guasa. Y dicen que es serio, pero si es un cachondo. Todos los gobiernos europeos han dado ayudas directas menos el de Pedro Sánchez. En cuanto a la movilidad, ¿cuándo piensa Ábalos controlar los aeropuertos?
ABC
"La mortalidad en Madrid, por debajo de la media con bares y tiendas abiertos". Se pongan como se pongan. El editorial asume que la izquierda no parará en barras en difundir todo tipo de mentiras y alentar la madrileñofobia para atacar a Ayuso.
"Sánchez está de precampaña electoral, y si para ello tiene que criminalizar a Madrid presentándola como la capital europea de la borrachera y la fiesta desbocada, y no como una resignada síntesis efectiva entre salud y economía, el presidente lo hace sin dificultad. El objetivo es simple: estigmatizar a la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, provocar fobia contra esta comunidad autónoma, hacer creer que el aeropuerto de Barajas y sus nulos controles son competencia de la presidenta regional, y no de su ministro José Luis Ábalos, y simular que la entrada de extranjeros ansiosos de alcohol y de una libertad mal entendida es un capricho de Ayuso, y no una autorización expresa de los ministerios de Sanidad, Asuntos Exteriores y Transportes". La gente confinada sin poder ir a sus segundas residencias por las que pagan impuestos, los ministros de vacaciones a donde les da la gana y los turistas tan pichis desplazándose libremente por todo el territorio español.
Luis Ventoso dice que nota una cierta "cierta irascibilidad en el sanchismo y aledaños ante la posibilidad de que Isabel Ayuso ronde la mayoría absoluta". Sí, se les ve un poco molestos, como cabreados. Y la cosa irá a peor en el todos contra Ayuso. "La nueva entrega del serial podría titularse ‘Madrid es Magaluf’, muy difundida "desde TVE y las teles al rojo vivo". La cosa ha llegado al punto de que en la televisión pública han decidido que Madrid tiene mar, así que informan de aglomeraciones en Madrid… con imágenes de Barcelona.
"Si la llegada de franceses y alemanes a Madrid supone un problema sanitario hay un único culpable de no impedirlo: Sánchez, que pasa de todo". Que controle las fronteras, que son suyas. "Lo siento por el pobre Gabilondo, que necesita agarrarse a lo que pueda para intentar flotar; pero Madrid no es Magaluf". Y eso lo sabemos todos los que vivimos en Madrid. Ni tenemos mar ni la gente hace balconin.
Isabel San Sebastián comenta el fortunón que han hecho los marqueses de Galapagar. "Si, tal como auguran todas las encuestas, las urnas le son adversas y Podemos queda relegado a la quinta posición en la Asamblea, le sugiero que abandone la actividad pública para montar una entidad financiera que nos ayude a los de a pie a llevar a cabo una proeza similar en nuestras economías domésticas. Millones de españoles empobrecidos por los efectos de la pandemia, aliada al desgobierno del que ha formado parte sin pegar un palo al agua, le quedaríamos muy agradecidos. Incluso le brindo gratis una marca no registrada: Podemos Forrarnos". ¿Cómo no le puso Sánchez de ministro de Economía? Hacer pasta se le da como hongos.
La Razón
"Iglesias se convierte en vicepresidente en la sombra". Que Yolanda Díaz será un florero. La recadera del caudillo. Y nos creíamos que nos íbamos a librar de él.
José María Marco intenta explicar por qué Madrid vota a la derecha. "La derecha ha comprendido bien la tradición y el carácter madrileños, con su gusto por la libertad personal. La derecha ha ofrecido a la sociedad madrileña la capacidad de elegir en cuestión de sanidad, de educación, también de ahorro, con una fiscalidad más baja… sin por ello reducir el compromiso con el servicio público, como se demuestra en las infraestructuras, la educación y –también– la sanidad, por muchos bulos y fake news que se empeñen en propagar sus adversarios". Verás Marcos, no hay que darle tantas vueltas. La cosa es que en Madrid tenemos una izquierda insufrible, ahora encima madrileñofóbica. Y ahora, furiosa y enloquecida. Que tomen tila.