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Cuarenta años después del "Manifiesto de los 2.300", se han cumplido todos sus vaticinios

Vargas Llosa, Savater, Jiménez Losantos, Amando de Miguel, Leguina y medio millar más de intelectuales firman una nueva declaración.

LD

"Por la igualdad de derechos lingüísticos en Cataluña" se titula el texto más conocido como "Manifiesto de los 2.300". En aquel documento de 1981, un grupo de intelectuales y profesionales denunciaba el "propósito de convertir el catalán en la única lengua oficial de Cataluña" y pedían a los ciudadanos que difundieran un manifiesto "que no busca otro fin que restaurar un ambiente de libertad, tolerancia y respeto entre todos los ciudadanos de Cataluña, contrarrestando la tendencia actual hacia la intransigencia y el enfrentamiento entre comunidades, lo que puede provocar, de no corregirse, un proceso irreversible en el que la democracia y la paz social se vean gravemente amenazadas".

Se denunciaba de manera harto premonitoria el programa de la Generalidad de Cataluña de imponer el catalán como lengua única en todos los ámbitos de la enseñanza, la función pública y la vida social de la región y la vulneración de derechos que implicaba semejante proyecto totalitario.

"No nace nuestra preocupación de posiciones o prejuicios anticatalanes, sino del profundo conocimiento de hechos que vienen sucediéndose desde hace unos años, en que derechos tales como los referentes al uso público y oficial del castellano, a recibir la enseñanza en la lengua materna o a no ser discriminado por razones de lengua (derechos reconocidos por el espíritu y la letra de la Constitución y el Estatuto de Autonomía), están siendo despreciados, no sólo por personas o grupos particulares, sino por los mismos poderes públicos sin que el Gobierno central o los partidos políticos parezcan dar importancia a este hecho gravísimamente antidemocrático, por provenir precisamente de instituciones que no tienen otra razón de ser que la de salvaguardar los derechos de los ciudadanos", destacaban aquellos pioneros.

"Agresión" y "Crida a la Solidaritat"

La primera consecuencia de aquel texto fue el atentado contra Federico Jiménez Losantos, el 21 de mayo de 1981, calificado en tono presuntamente jocoso de ‘Piernicidio’ en El Periódico de Catalunya, mientras que El País arrancaba así la "información" del atentado: "El profesor Federico Jiménez Losantos fue agredido en la mañana de ayer por dos individuos que le dispararon un tiro de pistola en una pierna, tras atarle y amordazarle en un descampado de Esplugas de Llobregat. Jiménez Losantos es uno de los promotores de la elaboración del llamado Manifiesto de los dos mil trescientos, en el que se denunciaban supuestas discriminaciones de la lengua castellana en Cataluña". De modo que el periódico más vendido de la época consideraba que el atentado era una agresión y la discriminación del castellano, una suposición.

Además del "aviso" a Jiménez Losantos, el manifiesto propició que el nacionalismo organizara su "Crida (llamada) a la Solidaritat", plataforma pionera del separatismo que inspiraría años después entidades como la Asamblea Nacional Catalana (ANC), herramienta de los partidos separatistas para implicar en sus proyectos a la sociedad civil, de la Iglesia a sectores empresariales pasando ateneos, colegios profesionales, clubes deportivos, excursionistas y toda índole.

El nuevo manifiesto

Cuarenta años después de aquel texto y aquellos hechos, medio millar de intelectuales ha elaborado un nuevo escrito de denuncia titulado "En defensa de la Nación Constitucional y por la igualdad de todos los españoles" que se sustenta en la vigencia del "Manifiesto de los 2.300".

El documento ha sido proyectado por la entidad constitucionalista "Impulso Ciudadano" y suscrito en primer lugar por algunos de los firmantes del primer manifiesto, tales como Amando de Miguel, Federico Jiménez Losantos, Santiago Trancón, José María Vizcay, José Carralero, Benjamín Oltra, José María Fernández y Amelia Romero.

Además, destacan las firmas de miembros de la cultura, la universidad, la política y el derecho como Mario Vargas Llosa, Félix de Azúa, Francesc de Carreras, Fernando Savater, Andrés Trapiello, Félix Ovejero, Elías Díaz, Carlos Jiménez Villarejo, Gabriel Tortella, Elisa de la Nuez, Arcadi Espada, Albert Boadella, Maite Pagazaurtundua, Cayetana Álvarez de Toledo, Rafael Arias-Salgado, Joaquín Leguina, Javier Rupérez, José L. Corcuera, Iñaki Arteta, Álvaro Delgado-Gal, Francisco Laporta, Araceli Mangas, Juan Claudio de Ramón, Julio Valdeón, Francisco Vázquez, F. Sánchez Dragó, Tomás Ramón Fernández, Ignacio Morgado, Roberto L. Blanco Valdés, F. Javier Irazoki, Luis Alberto de Cuenca, Florentino Portero, Jesús Munárriz, Martín Alonso Zarza, Rosa Díez, Pablo Zavala, Ferran Toutain y Xavier Pericay entre otros.

En la nueva declaración se apunta que "cuatro décadas después, aquel manifiesto, que llevaba por título ‘Por la igualdad de derechos lingüísticos en Cataluña’, sigue vigente. No solo por la continuada validez de su diagnóstico, sino por haberse cumplido su vaticinio sobre el empeoramiento de la convivencia y las graves consecuencias que la política iniciada por la Generalidad iba a producir en la sociedad catalana y en el conjunto de España. Esta situación ha llevado a Cataluña a la división, la inseguridad, la decadencia económica y a un retroceso social que empieza a afectar a una mayoría de catalanes".

También se destaca que "lo que empezó presentándose como 'normalización' del uso del catalán fue avanzando, con ambigüedad calculada, hacia la exclusión de la lengua común y el rechazo de los lazos históricos, afectivos, culturales y lingüísticos que nos unen a todos los españoles".

Además se avisa de que "la crisis política que el separatismo insolidario ha provocado en nuestro país –agravada por una crisis sanitaria y económica de profundas dimensiones–, amenaza con destruir la unidad y la propia existencia de España como Nación y como Estado democrático. No hemos llegado a esta situación de modo inexplicable o repentino: nuestra penosa coyuntura es resultado de innumerables errores, engaños y claudicaciones de los que son responsables en gran parte los sucesivos gobiernos de España, que, entre la indolencia y la inepcia, no han sabido encarar con determinación el desafío anticonstitucional y su desprecio reiterado a la ley y a las decisiones judiciales".

Cuatro décadas de discriminación

La declaración también reivindica "la lucha resistente de todos los ciudadanos que durante estos años han visto atropellados sus derechos constitucionales, lingüísticos y cívicos". Y enumera a esos ciudadanos de la siguiente manera. Aquellos que...

-No pueden educar a sus hijos en su lengua materna y oficial.

-Ven con dolor cómo sus hijos son adoctrinados en la escuela en el desprecio a España.

-No son atendidos por las administraciones en las lenguas oficiales y no pueden usar libremente cualquiera de estas lenguas en su actividad comercial, productiva, pública y privada.

-Padecen amenazas y son estigmatizados por discrepar de la ideología independentista.

-Ven cómo se malgasta el dinero público en la promoción del proceso separatista.

-Reclaman medios de comunicación que ofrezcan información veraz y objetiva y que no practiquen la demagogia y fomenten la manipulación de la mente y de las emociones.

-Son discriminados en el acceso al trabajo y ven reducidas su movilidad social y sus oportunidades vitales.

-Contemplan día tras día la supresión de los símbolos constitucionales de las instituciones y la eliminación de todo tipo de referentes culturales comunes.

"Nada es más importante y urgente -abunda el escrito- que frenar este proceso destructivo, hacerlo retroceder y derrotarlo con las armas de la razón, de la política y del derecho. El resto de los problemas económicos y sociales no podrán ser abordados si nuestra propia existencia como nación está amenazada y carecemos de un Estado democrático fuerte y cohesionado".

"Defender a España es defender el bien común, porque España es la mejor garantía de nuestros derechos y libertades. Pedimos a todos los ciudadanos que no se dejen llevar por el miedo, la resignación o el pesimismo, y que adopten una actitud decidida en defensa del orden constitucional contra quienes quieren destruirlo" concluye el texto.

El texto está publicado en su integridad en las webs www.nacionconstitucional.es y www.impulsociudadano.org, donde también se puede acceder al Manifiesto de los 2.300.

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