"Vinieron de Madrid pensando que podían conquistar Murcia y no lo lograron". En el Partido Popular reinaba este viernes la euforia después de una semana frenética en la que consiguieron dar un vuelco a la situación y frenar la moción de censura que el pasado miércoles registró el PSOE y Ciudadanos en la Asamblea regional. Una moción que fue ideada por los socialistas y los naranjas en sus cúpulas madrileñas.
Durante 72 horas, los teléfonos del número dos del PP, Teodoro García Egea, y del presidente de Murcia, Fernando López Miras, no dejaron de sonar. Los problemas comenzaron cuando el martes 9 de marzo, a las siete y media la tarde, el dirigente de Cs, Carlos Cuadrado, apareció en Murcia con una carpeta con las mociones preparadas desde Madrid tras negociarlas con José Luis Ábalos y Félix Bolaños.
En ese momento, con la orden de la dirección de Cs en Madrid, y para "respetar" la disciplina de voto, los seis representantes naranjas estamparon su firma en el documento. Pero tres de ellos, Isabel Franco, vicepresidenta de la Región, Francisco Álvarez y Valle Miguélez no estaban convencidos.
Desde ese momento, en el PP comenzaron a producirse las llamadas que se alargaron hasta las cuatro de la mañana de la noche del martes al miércoles. Aún no sabían qué era exactamente lo que iba a pasar en las siguientes horas pero Casado ya había hablado también con Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la CAM sabía desde ese momento que "si en Murcia daban el paso, ella tenía que convocar elecciones", como después sucedió.
El miércoles a primera hora, PSOE y Cs registraron las dos mociones de censura en Murcia. La cúpula del PP se encontraba en esos momentos en la sesión de control del Congreso de los Diputados. Tras sus intervenciones, Pablo Casado y Teodoro García Egea, abandonaron el pleno con prisas.
Las tornas podían cambiar
Las llamadas no pararon. Ni García Egea ni López Miras perdieron en ningún momento el contacto con los miembros de Cs que aún formaban parte de su Gobierno, entre ellos, Isabel Franco, a la que se mantuvo en su puesto. Las conversaciones fueron constantes y desde ese mismo miércoles, el PP ya tuvo la sensación de que las tornas podían cambiar porque tres de los seis diputados naranjas no compartían el fondo de la moción en un momento sanitario y económico tan complicado. Pero los populares no se querían confiar.
El jueves por la mañana, García Egea continuó con sus conversaciones. En el equipo del número dos del PP decidió entonces que tenían que desplazarse a Murcia porque "ven que la moción no sale pero hasta que estas cosas no se cierran no son definitivas", explican a LD. Esa tarde, el viaje está decidido. El secretario general de los populares se marcha a su tierra.
El viernes por la mañana, Federico Jiménez Losantos interrumpe su programa. Le acaba de llamar Teodoro García Egea. La noticia se confirma en esRadio: el PP ha cerrado un pacto con tres diputados de Cs que tumbarán la moción de censura. La situación había sufrido un vuelco.
En Moncloa no daban crédito, mucho menos en la dirección madrileña de Ciudadanos. Pasada la una y media de la tarde, comparecieron juntos Fernando López Miras e Isabel Franco acompañados por su equipo de Gobierno. "Se trata de un fracaso de Cuadrado (Cs) y Bolaños (PSOE)", aseguraban desde el PP.
Franco explica que ella firmó "el martes la moción por disciplina de partido, pero a mí no me eligieron para entregar el Gobierno de Murcia a Pedro Sánchez y menos para traicionar a los murcianos por ambiciones personales". "Las ambiciones personales de unos pocos nunca pueden triunfar, la traición al millón y medio de murcianos tampoco, hoy gana la responsabilidad la Región de Murcia que no se merecía ser escenario de un mercado de intercambio de sillones. Una Región que lo está pasando mal y que no se merece ser asaltada por los que han demostrado que nada les importa más que ellos mismos", añade López Miras.
Alivio
En el PP respiran aliviados. Tras la rueda de prensa, la mujer de Teodoro García Egea le llama para felicitarle. "En ese momento, él ve de verdad que estaba hecho. Cuando los suyos le felicitan", aseguran desde su equipo.
Ni siquiera la oferta que realiza Ana Martínez Vidal, dirigente de Cs que se mantiene en la moción, a los tres tránsfugas de Vox para que apoyen la moción hace que en el PP sientan de nuevo la preocupación.
Los populares dejan la sede del Palacio de San Esteban de Murcia, salen a la calle donde los vecinos, al igual que antes ha hecho su familia, se le acercan para felicitarle. Desciende la tensión. "Un día bueno, por fin", bromean desde su equipo.
Pero el día no acaba ahí, aún queda una reunión de la dirección murciana del PP para explicar lo sucedido y una entrevista en Antena 3. Terminan así tres días de muy pocas horas de sueño que se cierran con el Gobierno de Murcia de nuevo en manos del PP.