Algo ha cambiado y este miércoles se ha escenificado en la arena parlamentaria. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su vicepresidente, Pablo Iglesias, han querido evidenciar la distensión en unas relaciones que habían tocado el clímax de la guerra interna. Según fuentes socialistas, la conversación pendiente entre ambos se ha producido en las últimas horas para agendar una reunión de Sánchez e Iglesias la semana que viene con el objetivo de pasar página y centrarse en los "problemas reales".
Una expresión utilizada de forma reiterada por la órbita socialista del Gobierno para aplacar los ánimos de Podemos y que este miércoles ha hecho suya el presidente que, a su vez, ha hecho un reconocimiento público a sus socios como peaje al cese de las hostilidades. Al final de su discurso, y a sabiendas de que la batalla interna centraría el discurso de los líderes de la oposición, Sánchez hizo un balance positivo del gobierno de coalición progresista.
"Hace poco mas de un año presenté un proyecto de país para obtener el apoyo de esta Cámara para desbloquear, después de cinco procesos electorales en 2019, la gobernabilidad del país, ser investido presidente y y abordar la gobernabilidad de España. En definitiva para poner soluciones reales a problemas reales de la gente real... Queríamos hacer muchas cosas y la realidad, la gestión de esta pandemia, nos ha obligado a hacer muchas más y abordarlas con mucha más premura y mucha más determinación. Y quisiera en este punto reconocer la labor de los dos grupos parlamentarios y también la labor de todos los ministros y ministras del Gobierno de España, tanto del grupo socialista como de Unidas Podemos".
Un reconocimiento al que siguió la ovación cerrada de las dos bancadas, socialista y podemita, que minutos después, cerró en un prolongado aplauso en pie el vicepresidente, Pablo Iglesias, aplaudiendo a su presidente, Pedro Sánchez, quien, a su vez, le aplaudía en retorno. El plano visual se impuso en esta sesión al verbal desde primera hora de la mañana con sonrisas y cuchicheos en la bancada azul del Gobierno entre Iglesias, Sánchez y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, quien se sienta entre ambos.
Echenique distiende, pero no cede
Una estrategia de distensión que cerró el portavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, quien pidió públicamente al presidente Sánchez "que trabajemos juntos por las diferencias" que sobredimensionan "en las tertulias de derechas". Y recogió el guante de lo dicho la víspera por el presidente en el Senado manteniendo el horizonte del final de la legislatura en 2023. "Dentro de tres años, cuando volvamos a las urnas por las medidas que hayamos conseguido poner en marcha, que van a emanar de nuestros debates en el Gobierno y con la sociedad civil". "Los tres años que nos queda, seguramente más de tres porque enfrente no hay nadie, tendremos muchas diferencias, algunas no las podremos resolver".
Y puso "un ejemplo": "Nosotros pensamos que hay que hacer leyes para garantizar la vivienda a toda la ciudadanía. Estoy seguro de que vamos a poner en marcha pronto, que van a mejorar la vida de mucha gente y de muchos jóvenes" como con otras leyes en las que "supimos pactar nuestras diferencias".