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Los separatistas dejan tirados a los Mossos y hasta les acusan de los saqueos

ERC y JxCat negocian reeditar un Govern separatista que requiere el visto bueno de la CUP.

Así ha quedado la entrada del la sucursal del BBVA en el Paseo de Gracia de Barcelona. | Pablo Planas

Desgobierno radical y absoluto. Junts per Catalunya (JxCat) y ERC han dado la espalda a los Mossos d'Esquadra. ERC no quiere involucrarse en la contención de la violencia de los amigos de Pablo Hasél, los mismos separatistas y antisistema que reventaron Cataluña espoleados por el Tsunami Democràtic cuando se dio a conocer la sentencia por el golpe de Estado separatista.

En teoría, el titular de la Generalidad es Pere Aragonès, vicepresidente en funciones de presidente tras la inhabilitación de Quim Torra, pero Aragonès rehúsa dar la cara. Ejerce de candidato de ERC a la presidencia y teme que apoyar a los Mossos provoque las iras de la CUP, formación indispensable para que los republicanos puedan formar gobierno, sea con Podemos y apoyado desde fuera por el PSC, o con JxCat.

Tampoco JxCat está por la labor de prestar apoyo a la policía autonómica y eso a pesar incluso de que son ellos, a través del consejero Miquel Sàmper, quienes dirigen la Consejería de Interior. La razón es la misma, no quieren enemistarse con la CUP, clave para la reedición del actual Govern.

ERC (33 diputados) y JxCat (32) están a tres escaños de la mayoría absoluta, de modo que deben asegurarse que los nueve diputados de la CUP estén por la labor de facilitar la investidura de Aragonès y la formación de un ejecutivo con una significativa cuota del partido de Puigdemont. Conscientes de su peso, en la formación antisistema no tienen reparos en atribuir la violencia de los últimos días tras el encarcelamiento del rapero Hasél a los Mossos, a quienes acusan de infiltrar agentes entre los manifestantes para provocar una espiral de violencia.

"Agentes provocadores"

Es lo que ha declarado este lunes en el canal catalán de TVE el diputado cupero Carles Riera, quien ha llegado a insinuar incluso que los agentes de paisano participan en los saqueos a las tiendas o en los ataques a emblemas como el Palau de la Música. "Puede haber pistas, indicios de que detrás de algunos acontecimientos, Palau de Música, robos en algunos comercios, puede haber una provocación policial, puede haber infiltración policial para provocar este tipo de espiral de violencia. Por eso debemos de tener mucho cuidado en no poner al mismo nivel la violencia que se puede producir en una manifestación con lo que es la violencia estructural que padece todo el mundo cada día y que es muy grave y muy severa o con un ojo reventado. No se puede hacer demagogia. Y hemos de observar como la actuación policial de cara a estas manifestaciones ha tenido una clara intención de provocar enfrentamientos", ha declarado Riera.

ERC y JxCat quieren que la CUP se involucre y acepte responsabilidades en el Govern. Los dirigentes de ese partido dicen que tal opción está muy lejos y que se deberían dar unas circunstancias muy concretas. Entre ellas, el descabezamiento de los Mossos y la disolución de la Brigada Móvil, la sección de antidisturbios del cuerpo policial. ERC y JxCat están dispuestos a hablar de ello y han empezado por poner en la picota a los agentes.

Por parte de la oposición, Ciudadanos ha decidido denunciar a Miquel Sàmper por prevaricación. Según la formación, la denuncia se basa en que la consejería ha decidido "no acusar a los responsables de atacar a los Mossos de un delito de atentado contra la autoridad".

El panorama comercial

En cuanto a los destrozos y saqueos en el Paseo de Gracia de Barcelona, los comercios intentan reanudar su actividad a pesar de los daños en los escaparates y los pillajes. Una gran parte de los establecimientos se protege con planchas de madera y de metal. Las joyerías y otras tiendas de gran lujo mantienen personal de seguridad en el interior de los locales para evitar robos en caso de irrupción de los violentos. Los trabajadores no tienen muchas ganas de hablar. Están desolados, temen perder sus empleos. Las plantillas se han reducido por la pandemia. Se han producido expedientes temporales y reducciones de jornada. La Generalidad mantiene el cierre durante los fines de semana y, ahora, la violencia.

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