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Hasél, el nuevo ídolo de la izquierda tras el asesino Lanza y el dinamitero Alfon

El rapero es un "hijo de papá" muy agresivo. Acumula condenas no solo por enaltecimiento del terrorismo sino por pegar a un periodista y amenazas.

El rapero es un "hijo de papá" muy agresivo. Acumula condenas no solo por enaltecimiento del terrorismo sino por pegar a un periodista y amenazas.
Pablo Hasél tras ser detenido por los Mossos d'Esquadra | EFE

Pau Rivadulla, alias Pablo Hasél. El sujeto comenzó a cobrar notoriedad en 2016, pero su rastro llega hasta principios de la década, cuando empezó a rapear y a tuitear consignas a favor del terrorismo y los regímenes comunistas y en contra de la monarquía, de los judíos, de las mujeres, de los políticos, de los jueces, de los periodistas y de quien se le pusiera por delante. Expresión rotunda del fracaso escolar, el primer contacto con la Universidad de Rivadulla se produjo en el citado 2016, cuando lideró la toma y ocupación del rectorado de la Universidad de Lérida.

Hasél no estaba matriculado en la Universidad. Ni siquiera está claro que completara el bachillerato, pero se puso al frente de la campaña que pedía la expulsión de la profesora Inma Manso, que en aquellos momentos ejercía además de subdelegada del Gobierno en la provincia. El sindicato independentista de estudiantes la quería fuera del claustro y Hasél se apuntó a la movida con entusiasmo. Sin estudios y sin trabajo, encarnación del perfecto "nini" no tenía mejor cosa que hace que aumentar su leyenda de rapero "malote" durante la semana que aguantó en el rectorado.

Tras aquel episodio, agredió a un cámara de TV3 y le arrojo líquido abrasivo por la cabeza. Tiene una suave condena de seis meses pendiente de recurso por ello. Después amenazó de muerte e intentó agredir al testigo de un juicio contra un agente de la Guardia Urbana al que se acusaba de haber agredido a un menor, un cachorro antisistema que andaba por Lérida con Hasél. Según el rapero, el agente había pegado al chico, extremo que el testigo desmintió. Después del juicio, Hasél se presentó con un perro en la terraza de un bar en la que estaba tomando un café esta persona y trató de pegarle entre amenazas de muerte. La Audiencia de Lérida ratificó el jueves la condena de dos años y medio por este suceso.

Estos antecedentes no han impedido que la izquierda haya logrado colocar el mensaje de que a Hasél es un simple rapero al que se le encarcela sólo por cantar, mantra que recorre las filas de los violentos que están arrasando Cataluña en los últimos días.

Un machista de manual

Conocidas son sus soflamas en favor de ETA y los Grapo. Menos populares son sus tuits en contra de las mujeres: "Escribo poesía, sí, pero también puedo decirte vete a comer pollas zorra hija de la gran puta"; "Bukkake para todas esas piradas que nos pintan a todos los hombres como maltratadores en potencia y les gustaría que sólo hubiera mujeres"; "Más quisieran esas que me llaman machista por decir zorra que las tratara como trato a la chica que amo" o "Me ofende que esa zorra crea que voy a hacerle por tener coño y dos tetas". No es descartable que estas expresiones causen la conmoción en parte de los partidarios y partidarias de Hasel que no provocan las incitaciones a pegar tiros en la nuca a políticos y policías.

Fue entre 2009 y 2011 cuando este individuo comenzó su carrera delictiva. Como recuerda Javier Somalo en este artículo, el rapero cantaba cosas como "Merece que explote el coche de Patxi López", "Que alguien clave un piolet en la cabeza de José Bono", "no me da pena tu tiro en la nuca, pepero. Me da pena el que muere en una patera", "Es un error no escuchar lo que canto, como Terra Lliure dejando vivo a Losantos"…

Primera condena

Ese tipo de mensajes le costaron una primera condena de dos años de cárcel, pena que al no tener antecedentes no implicó su ingreso en prisión. Pero lejos de escarmentar, el tipo decidió seguir por ese camino hasta obtener una segunda condena por mensajes escritos en las redes sociales entre 2014 y 2016. Son los nueve meses por los que ingresó el pasado lunes en la cárcel leridana de Ponent, instalación penitenciaria dependiente de la Generalidad, que ya valora concederle el tercer grado.

Quedan pendientes de recurso las dos sentencias por amenazas y agresión que podrían aumentar su estancia en prisión, pero no es previsible que eso pase. La solicitud de indulto de Podemos abarca todos sus delitos, incluidos los que no tienen nada que ver con la actividad "musical" del personaje.

Niño mal de familia bien

Hijo de una familia muy conocida en Lérida, su padre es un empresario con negocios dedicados al control de plagas, desinfección y desratización de edificios. Juan a Tatxo Benet, el socio de Jaume Roures, el padre del rapero dirigió durante unos años los destinos de la Unió Esportiva Lleida, el club de fútbol de la ciudad. Tras dejar la entidad con una importante deuda, fue juzgado junto a Benet.

En estos días ha trascendido también que su abuelo fue el militar Andrés Rivadulla Buira, quien destacó en los años cuarenta por combatir al maquis en el Pirineo leridano.

Hasél se ha convertido en el último héroe de la izquierda, muy por encima del "exiliado" Valtònyc, otro rapero fugado en Bruselas y cuyo mayor logro es haber sido invitado al cumpleaños de Puigdemont en la mansión de Waterloo que los separatistas llaman "Cada de la República".

Lanza y Alfon, los precedentes

Forma parte Rivadulla de un elenco encabezado por Rodrigo Lanza, el nieto de un almirante pinochetista condenado por el asesinato de Víctor Laínez, cuyo fallo fue lucir unos tirantes con la bandera de España en presencia del antedicho Lanza. Jaume Asens, el portavoz de Podemos que ha firmado la petición de indulto para Hásel, fue abogado de Lanza, al igual que Gonzalo Boye, letrado de Puigdemont y de Torra y condenado en su día a catorce años de cárcel por su participación al servicio de ETA en el secuestro de Emiliano Revilla.

Los apoyos: Asens, Boye y Jordi Évole

Asens conoció a Lanza a raíz de una intervención de la Guardia Urbana de Barcelona en 2004 que acabó con el agente Juan José Salas Rodríguez en una silla de ruedas de por vida tras recibir una pedrada en la cabeza. La patrulla de la que formaba parte acudió al desalojo de una fiesta okupa y tuvo la mala fortuna de cruzarse con Lanza. La defensa de Lanza incluyó un documental premiado por el Ayuntamiento de Barcelona sobre la supuesta brutalidad policial. El asesinato años después del infortunado Laínez puso en perspectiva tanto aquel suceso en Barcelona como la figura de Lanza. Ni el citado Asens, ni Colau ni ninguno de los periodistas que apoyaron al asesino a raíz del documental, como Julia Otero o Jordi Évole, dijeron nada cuando este otro niño mal de familia bien fue condenado por la Audiencia de Zaragoza.

Otro personaje ensalzado por la izquierda es Alfon, alias de Alfonso Fernández Ortega, un tipo que pasó por la cárcel condenado por tenencia de explosivos. Como en el caso de Lanza, Podemos lo convirtió en una especie de símbolo de la represión del Estado contra los jóvenes antifascistas a pesar de que el individuo lucía antecedentes por tráfico de drogas, por agredir y robar el móvil a una menor y por agredir a un policía. Además de Podemos, el individuo también fue apadrinado por ERC, tal como muestra el Twitter de Gabriel Rufián, quien posa junto al expresidiario, puesto en libertad en 2019.

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