ERC ha abierto las negociaciones para formar gobierno con la CUP, una primera señal de que pretende eludir el abrazo del oso de Puigdemont. El partido republicano quiere un Gobierno de izquierdas con los cuperos y los comunes, la versión catalana de Podemos, en el que no esté Junts per Catalunya (JxCat), la formación hegemónica en el independentismo hasta el pasado domingo.
La experiencia de la última legislatura abona las tesis de los dirigentes de ERC que planean romper con los posconvergentes y abrir una nueva etapa del proceso integrando en el Govern a los radicales de la CUP para obtener legitimidad separatista, y a los comunes, partidarios del "derecho a decidir" pero técnicamente no independentistas para "ampliar la base", mantra de ERC para acometer un nuevo desafío contra el Estado.
La intención de ERC es convencer al PSC de que se avenga a apoyar a ese tripartito de izquierdas desde la bancada de la oposición. ERC, CUP y En Comú Podem suman cincuenta diputados, cifra insuficiente, salvo que se cuente con los treinta escaños de los socialistas catalanes a modo de muleta, apunta el digital Crónica Global.
Las relaciones entre Junqueras y Puigdemont son nefastas, igual que las que mantienen los principales dirigentes de uno y otro partido. La tensión se hizo evidente en numerosos episodios de la pasada legislatura, tanto en el seno del Govern como en la mesa del Parlament. ERC no está dispuesta a repetir la misma dinámica, por lo que quiere asegurarse el apoyo de la CUP para evitar que JxCat le pueda acusar de falta de ardor independentista.
La CUP pidió Interior
La operación es sumamente compleja por el carácter asambleario de los separatistas antisistema. La candidata, Dolors Sabater, es partidaria de formar parte del Govern. Fue alcaldesa de Badalona y no cree que gobernar reste pureza a la formación. Más bien entiende que es una forma de trasladar a las instituciones sus postulados. En una entrevista en el digital separatista Vilaweb llegó a proponerse como próxima consejera de Interior. Su programa, dijo, sería eliminar las brigadas antidisturbios de los Mossos tal como hizo en la Guardia Urbana de Badalona.
Los graves disturbios por el encarcelamiento de Pablo Hasél no son el mejor telón de fondo de las conversaciones entre ERC y la CUP, que brama contra el Govern por lo que considera excesos policiales de los Mossos. Se basan en el caso de una joven de 18 años que ha perdido un ojo a causa de un proyectil de foam disparado por los Mossos. En ERC aducen que el departamento de Interior está en manos de JxCat y que con un Govern de izquierdas no pasarían esas cosas.
Por otra parte, los dirigentes de En Comú Podem se muestran partidarios de formar parte del gobierno regional, pero ponen una condición: que no esté el partido de Puigdemont. En este contexto, la jugada depende de que Illa acepte no presentarse a la investidura y apoyar el experimento de un Gobierno con la extrema izquierda desde la bancada de la oposición.