Día negro para las víctimas del terrorismo. A los ya habituales acercamientos de terroristas de ETA a centros penitenciarios del País Vasco y Navarra, o a sus proximidades, que se producen desde hace meses cada viernes, éste se ha unido la excarcelación de Antonio Troitiño Arranz, que ha quedado libre por motivos de salud, al no poder garantizarse que pueda seguir recibiendo quimioterapia. Esta mañana ha abandonado la prisión de Estremera (Madrid).
El sanguinario terrorista fue condenado a más de 2.700 años de prisión por diversos delitos relacionados con el terrorismo durante los conocidos como años del plomo. Entre ellos, el asesinato de 22 personas. De ellos tan sólo cumplió 24 años hasta que se fugó aprovechando un error judicial que se produjo por la aplicación de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos sobre la Doctrina Parot.
Detenido de nuevo en 2014 en el Reino Unido, a donde había huido para evitar su regreso a prisión, la justicia española tardó tres años en conseguir su extradición, que fue negada en varias ocasiones por los tribunales británicos. Finalmente, volvió a ingresar en prisión en nuestro país en mayo de 2017 y allí se encontraba hasta este viernes.
Nacido en 1957 en Tariego de Cerrato (Palencia), como muchos hijos de los emigrantes que llegaron al País Vasco en pleno desarrollo económico, decidió echarse en manos del nacionalismo más extremo para esconder los complejos que le causaba no haber nacido en la región. El asesinato, los coches bomba o los tiros en la nuca le parecieron justificados para pagar una penitencia autoimpuesta por no ser vasco.
Es miembro de una auténtica saga familiar de asesinos de ETA. Su hermano Domingo Troitiño -también nacido en Palencia- fue uno de los autores materiales, entre los diversos atentados que cometió, de la matanza del Hipercor de Barcelona en 1987. Su sobrino, Jon Joseba Troitiño, fue condenado a 268 años de prisión por su participación en los atentados contra los hoteles Bahía de Alicante y Nadal de Benidorm, cometidos en junio de 2003 y que ocasionaron catorce heridos.
A esta excarcelación se une también el acercamiento de otros cinco terroristas de ETA, según ha denunciado la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que ha lamentado que la comunicación de estos traslados haya sido el único contacto que han mantenido con el Ministerio del Interior en la semana en la que se han cumplido los cuarenta años de su fundación. Exactamente, esa efeméride se cumplió ayer jueves.
Los cinco etarras que van a ser acercados son Ignacio Aracama Mendia, Beinat Aguinagalde Ugartemendía, José María Novoa Arroniz, Roberto Lebrero Panizo y José Ignacio Armendáriz Izaguirre.
Ignacio Aracama Mendia. Va de la prisión de Sevilla-II a la prisión de Zaballa (Álava). En 1998 la Audiencia Nacional le condenó a 30 años de prisión como autor del asesinato de Antonio Recio Claver en 1979. También fue condenado a 28 años de cárcel en calidad de cooperador necesario en el asesinato de Jesús Ignacio Velasco Zuazola. En 1999, fue condenado a 30 años por el asesinato en 1980 de Eugenio Lázaro Valle. Además, en 2003 fue condenado a una pena de 20 años de prisión por cada uno de los asesinatos de Ángel Prado Mella, José Luis Vázquez Platas y Avelino Palma Brioa. También fue condenado en 1998 a 26 años como responsable del atentado que acabó con la vida de Ricardo Tejero Magro. Además, fue condenado a 25 años en 1999 por su participación en el secuestro del financiero Diego Prado y Colón de Carvajal, que se produjo en 1983.
Beinat Aguinagalde Ugartemendía. Va de la prisión de Jaén a la prisión de Dueñas (Palencia). Fue condenado en 2015 a 32 años de prisión por asesinar a Isaías Carrasco en marzo de 2008. En 2017 fue condenado a 44 años de prisión por su participación en el asesinato del empresario Ignacio Uría en diciembre de 2008. También fue condenado a 15 años de prisión por atentar contra la sede del PSE en Lazcano en 2009.
José María Novoa Arroniz. Va de la prisión de Murcia-I a la prisión de León. Fue condenado en 2002 a 29 años de prisión por el asesinato de Alfonso Parada Ulloa en 1998.
Roberto Lebrero Panizo. Va de la prisión de Burgos a la prisión de Zaballa (Álava). Fue condenado a 71 años de prisión por la colocación de 3 bombas en la discoteca Universal de la localidad navarra de Lacuntza en 2001, y por delitos de estragos, incendios, tenencia de explosivos y colaboración con banda armada.
José Ignacio Armendáriz Izaguirre. Va de la prisión de Burgos a la prisión de Zaballa (Álava). Ingresó en prisión el 30 de marzo de 1998 y cumple condena de 25 años por los delitos de atentados, asociación ilícita y terrorismo.