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JxCat y ERC, sin cuartel: la candidata de Puigdemont, imputada por corrupción, llama "corrupto" a Junqueras

Laura Borràs recurre a la artillería pesada para tratar de asomar la cabeza en una campaña monopolizada por socialistas y republicanos.

Laura Borràs recurre a la artillería pesada para tratar de asomar la cabeza en una campaña monopolizada por socialistas y republicanos.
La candidata de JxCat a la presidencia de la Generalidad, Laura Borràs durante el acto de campaña. | EFE

Nunca hasta ahora se había llegado tan lejos en Junts per Catalunya (JxCat) en su guerra con ERC. Las relaciones entre los dirigentes de ambos partidos nunca han sido buenas. Carles Puigdemont y Oriol Junqueras han pasado largas temporadas sin hablarse, tal es su enemistad. El preso cree que el prófugo le engañó y el prófugo no olvida la presión de Junqueras y de Gabriel Rufián (el famoso tuit de las 155 monedas de plata) cuando estuvo a punto de convocar unas elecciones autonómicas en vez de proclamar la efímera república separatista que arruinó las trayectorias de los miembros del Govern.

En privado los dirigentes de uno y otro partido se han dicho de todo. Hay incluso personajes que no se toleran entre sí, como el presidente del Parlament, Roger Torrent (ERC) y el vicepresidente de la cámara, Josep Costa (JxCat). Y en el seno del ejecutivo autonómico, los consejeros posconvergentes han hecho caso omiso de las indicaciones del vicepresidente en funciones de presidente, el republicano Pere Aragonès. A duras penas se disimulan las constantes desavenencias.

Sin embargo, nadie hasta ahora se había atrevido a llamar corrupto a Oriol Junqueras como lo ha hecho Laura Borràs en una entrevista en El País. La concesión al hermano de Junqueras, Roger, alto cargo de Ferrovial, de contratos de la Generalidad, el último relativo al rastreo de los contactos de infectados por coronavirus, había propiciado insinuaciones de los posconvergentes, pero Borràs se refería a otra cosa, a la condena de Junqueras no sólo por sedición sino también por malversación.

Preguntada por su condición de imputada por corrupción, Borràs replicó que "los últimos presidents están todos inhabilitados y tenemos un vicepresident preso, condenado por corrupción". ERC exige una rectificación mientras insiste en llamar "corrupta" a una Borràs que no puede disimular su malestar cuando se le recuerda que es objeto de una investigación por haber concedido subvenciones de manera irregular a un amigo informático que además está condenado por tráfico de drogas. Sucedió cuando Borràs dirigía el Instituto Catalán de las Letras, paso previo a ser consejera de Cultura de Quim Torra.

Torra, desaparecido

Los candidatos de los demás partidos no tienen en cuenta a Borràs porque se da por descontado que en el hipotético caso de que JxCat quedara por delante de ERC y se pudiera formar un gobierno separatista, la exdiputada posconvergente no podría aspirar a la investidura. Además, no acaba de cuajar como candidata. Junqueras y Salvador Illa tienen más peso y protagonismo que ella. Puigdemont aparece y desaparece de la campaña sin mostrar precisamente entusiasmo con Borràs, número dos y teórica presidenciable. Y a Quim Torra le mantienen, por el momento, al margen de la contienda electoral.

Borràs no funciona como candidata y en JxCat temen que comprometa las opciones de "sorpasso" a ERC que se veían muy claras antes del comienzo de las dos semanas de campaña. De ahí, aducen fuentes de JxCat, los nervios de Borràs, que también se convirtió en el hazmerreir de los demás candidatos, incluidos los separatistas, al prometer la aplicación de la declaración unilateral de independencia cuando no habían pasado ni cuatro días de campaña.

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