El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias se ha dedicado a airear todas las discrepancias que ha mantenido a lo largo de estos meses con sus socios de Gobierno durante el acto de apertura del Consejo de Coordinación General de Podemos. Desde las pensiones hasta la futura reforma de vivienda le han servido para erigirse en el salvador de las clases populares frente a un PSOE reticente, al que Iglesias ha dibujado como una víctima de las presiones ejercidas por los poderes económicos y mediáticos.
Iglesias atribuye a Podemos el mérito de medidas como la prórroga de los ERTE, el plan MeCuida o la prestación por cese de actividad para los autónomos: "Han sido el resultado de una negociación en el seno del Gobierno de coalición, no todo lo satisfactoria que nos habría gustado, pero que contribuye a mantener una protección significativa de los más vulnerables."
El líder de Podemos también ha vuelto a agitar la polémica sobre las pensiones: "Es uno de los grandes debates que existen en el seno del Gobierno y vamos a trabajar para que se cumpla el acuerdo de coalición", ha dicho Iglesias, que entraba nuevamente en jardín ajeno con un tema especialmente sensible para el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que hace unas semanas pedía muy enfadado que se "escuche al ministro responsable y no a lo que viene en otros sitios".
Y el próximo frente de batalla entre los socios de coalición va a ser la ley de Vivienda, ha anunciado Iglesias: "Es un asunto en el que tenemos profundas discrepancias con el PSOE y llegar a un acuerdo no va a ser nada sencillo pero en esto también vamos a ser muy cabezones". Hasta en dos ocasiones ha llegado a insistir sobre lo cabezones que se van a poner con el tema de la vivienda, especialmente porque "las patronales inmobiliarias no solo tienen mucho poder sino que lo ejercen todos los días para presionar dentro del Gobierno con el objetivo de que no se pongan límites a sus beneficios", ha asegurado Iglesias.
Iglesias contra Illa, pero sin nombrarlo
El líder de Podemos no ha dejado pasar la oportunidad de arremeter contra su excompañero de gabinete y candidato del PSC a la presidencia de la Generalidad catalana, Salvador Illa, pero sin referirse a él directamente. "Estos días es muy fácil comprobar, además de forma tan evidente que puede llegar a ser contraproducente, que algunos candidatos cuentan con un respaldo indisimulado de los poderes mediáticos".
También ha remarcado que "ningún candidato de los poderes mediáticos en manos del poder económico será el candidato que defiende a las clases populares y que haga políticas de izquierdas".