Esta medianoche arranca la campaña de las elecciones catalanas con la duda, todavía, de si la justicia acabará tumbando la fecha del 14 de febrero, en función de cómo evolucione la pandemia del coronavirus. Vox, al igual que el resto de partidos, volcará gran parte de sus esfuerzos en una cita que considera imprescindible para seguir avanzando en sus objetivos políticos.
El líder del partido, Santiago Abascal, estará en Cataluña prácticamente todos los días de campaña arropando a su candidato a la Generalidad, Ignacio Garriga, según aseguran fuentes de Vox a Libertad Digital. Aunque Garriga ha ido adquiriendo cada vez mayor protagonismo después de defender la moción de censura a Pedro Sánchez, no goza todavía de la notoriedad de otros candidatos que ya están en el Parlamento catalán.
Entrar en la cámara autonómica es el principal objetivo del partido, aunque casi dan por seguro la obtención de grupo propio, para lo que es necesario un mínimo de cuatro escaños. De conseguirlo, se trataría de la irrupción más fuerte que registran en una región del norte de España, donde el partido suele cosechar peores resultados que en la mitad sur del territorio nacional.
Para lograrlo, también estarán en Cataluña los principales líderes nacionales de la formación: Jorge Buxadé, Javier Ortega Smith, Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio y Macarena Olona, que protagonizarán diferentes actos, como ya hicieran en la campaña de las elecciones vascas y gallegas, aunque, en esta ocasión, ajustándose aún más a las restricciones impuestas por el coronavirus.
Descartados los grandes mítines que Vox acostumbra a organizar en este tipo de contiendas, el partido optará por otras fórmulas para movilizar a su electorado, cumpliendo al mismo tiempo las normas sanitarias. Habrá actos pequeños y paseos por diferentes barrios, además de comparecencias que podrán seguirse de forma íntegra por Internet, para evitar aglomeraciones.
Por primera vez en años, Cataluña no votará exclusivamente en clave separatista. La gestión de la pandemia o la crisis económica centrarán buena parte del debate, de ahí que la mayoría de las propuestas electorales de Vox, y de sus mensajes, vayan dirigidos a abordar estos asuntos, a los que se suman los problemas con la inmigración ilegal o la okupación de viviendas. Asuntos "transversales", según definen en el partido, que pueden atraer a todo tipo de votantes, no sólo a los que habitualmente han optado por PP y Cs, aunque sus estudios internos aseguran que la mitad de sus potenciales electores proviene de estos dos partidos.
Los de Abascal buscan movilizar al electorado que habitualmente se queda en casa, a pesar de que las encuestas hablan de más de un 30% de abstención, y hasta un 40% de indecisos. Apelarán, también, a los socialistas descontentos con la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez. En este punto coincidirán con el resto de partidos en sus ataques al candidato del PSC, Salvador Illa, por su gestión al frente del Ministerio de Sanidad.
Aunque la dirección del partido rebaja el optimismo de algunas encuestas como el CIS, que les dan hasta 10 escaños, empiezan a contemplar la posibilidad de dar el sorpasso al PP, al menos en porcentaje de votos. De producirse, sería la primera vez que Vox gana a los de Pablo Casado en unas elecciones autonómicas, con el aliciente de que ambos se examinan tras la moción de censura a Sánchez y el giro dado por los populares.
Según admiten en el partido, Barcelona es la provincia en la que más posibilidades tienen de conseguir un buen resultado. Algo peores en Tarragona o Gerona, y en último lugar Lérida, donde no tienen segura la obtención de representantes.