La dimisión del ministro de Sanidad, Salvador Illa, era una noticia esperada que se ha hecho oficial este lunes por mañana. Desde este martes, el candidato del PSC a las elecciones catalanas dejará su cartera saltándose así la comparecencia que tenía prevista para el jueves en el Congreso.
La fecha de esa comparecencia la había propuesto él mismo y era para dar explicaciones sobre el estado de alarma y sobre por qué no permite que las autonomías apliquen restricciones que lo trasciendan. Unas explicaciones que ya no se producirán.
Críticas desde el PP y Vox
La marcha de Illa antes de dar explicaciones en el Congreso ha molestado a todos los grupos de la Cámara Baja. Desde el Partido Popular, su portavoz, Cuca Gamarra, ha lamentado que con una "situación crítica y excepcional", Illa "se dé a la fuga". "No cabe desentenderse ni desaparecer como hace Sánchez y ha hecho Illa porque la situación es tremenda, una tercera ola que es un tsunami". Por ello, los populares piden también la comparecencia del propio presidente del Gobierno para dar explicaciones tras el "abandono" del titular de Sanidad.
Críticas a las que se sumaban también desde Vox. El portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros, hacía hincapié en la fecha elegida por el Gobierno para anunciar el cese de Illa, calificándolo como una "auténtica tomadura de pelo" que busca evitar su comparecencia para dar explicaciones sobre su gestión de la pandemia. "Es un engaño a los españoles", insistía Espinosa, que aprovechaba también para criticar que haya sido nombrado candidato del PSC a la Generalidad, mientras ocupaba todavía el cargo de ministro.
También de Podemos
Pero las críticas no solo han llegado de la oposición. También sus socios de Gobierno han cargado contra Illa al que ya ven más como rival electoral en Cataluña que como ministro. El portavoz de En Comú Podem, Jaume Asens, ha reprochado a Illa que abandone el cargo sin comparecer antes en el Congreso. "Tiene miedo de que su efecto se convierta en un suflé", ha asegurado.
También Ciudadanos e incluso Bildu y el PNV consideran que se tendría que producir al menos "un reproche (del Congreso) por incumplimiento de lo pactado" después de que Illa se comprometiera a comparecer, algo que finalmente no sucederá.