Entramos en la Tierra Media, que diría Tolkien, del hospital Enfermera Isabel Zendal de Madrid. Un lugar, entre las UCI y las camas de hospitalización, llamado Cuidados Intermedios en el que se produce algo fantástico y épico, dada la magnitud de la batalla.
Pedro Landete, neumólogo y jefe de esta unidad, asegura que el trabajo que realizan aquí ha evitado que "hasta el 70% de pacientes tengan que ingresar en UCI. Lo sabemos, lo tenemos demostrado y publicado".
El doctor Pedro Landete pasó la primera ola en el Hospital de la Princesa de Madrid. Se vino al Zendal, nos cuenta, porque le llamaron de la Consejería para coordinar esta "tierra media" y "le parecía una bonita oportunidad". Donde otros ven dificultades, que son innegables, este joven neumólogo considera un reto "abrir un hospital de cero y una unidad de intermedios que posiblemente se convierta en breve en la más grande de España, sabiendo, que estas unidades salvan muchas vidas".
De aquellos horribles meses de marzo y abril no olvidará, "uno, la urgencia cuando bajábamos y veíamos aquello colapsado y había que decidir a quién teníamos que ponerle cosas para que sobreviviera. Pero es que cuando volvíamos a la segunda vuelta había gente que ya había fallecido". El segundo recuerdo es "el personal médico, ir uno tirando de la camilla y otro encima del paciente dándole respiración asistida en el traslado para ponerles un respirador".
Entre profesionales médicos se oye cada vez más la expresión "mover la ventana de tiempo" con los tratamientos contra la covid-19. Y es que se está comprobando que cuanto antes se apliquen ciertos protocolos la evolución de la enfermedad mejora notablemente.
"Esta unidad" nos cuenta Landete, "tiene como objetivo evitar que los pacientes tengan que estar dormidos y con un tubo para respirar. Trasladamos aquí a la gente que tiene requerimiento de oxígeno en la planta del hospital convencional y le damos un soporte con mayor concentración de oxígeno, lo que ayuda a los pulmones a oxigenarse de una manera mayor y más eficiente". Se trata de que estén flexibles y de evitar a toda costa que se produzca la rigidez de estos órganos. Hacen la función de los famosos respiradores de los que tanto oímos hablar en la primera ola, pero con el paciente despierto.
El neumólogo nos explica que, además, el "mantener los niveles de oxígeno en sangre adecuados" permite que "el único tratamiento que se ha demostrado que funciona, los corticoides, haga efecto y vaya bajando poco a poco la inflamación del pulmón". De hecho, en Cuidados Intermedios se usa "la misma dosis que en pacientes ingresados en UCI, la única diferencia es que aquí el paciente está despierto". Como en todos los hospitales con los que ha hablado Libertad Digital el corticoide utilizado en el Zendal es la dexametasona, "estamos aplicando lo que hay en la bibliografía publicada". Trabajo precoz fundamental que le evita al paciente otros riesgos como una posible infección por bacterias al ser intubado o daños en el organismo. En este caso, los pacientes reciben el torrente de oxígeno por las fosas nasales. En el Zendal se ven en los pasillos las bombonas acumuladas.
En este momento, la edad media de los pacientes ingresados en la zona de Cuidados Intermedios es de "55 años como máximo. Y hemos tenido varios pacientes por debajo de los 30 años", asegura el doctor. "Aquí está viniendo gente más joven, que no quiere decir menos grave".
¿Y por qué afecta así a esos jóvenes? "Hay distintas teorías. Podría ser por el grupo sanguíneo (el A), también por la etnia, ser latinoamericano parece que es factor de peor pronóstico. Ya hay publicaciones". La comunidad médico-científica insiste siempre en que es pronto para sacar conclusiones y, por tanto, son muchas las incógnitas. Tampoco se sabe por qué "hay gente que tiene mayor carga viral que otra, que genera una replicación del virus mucho más alta y eso genera una enfermedad más grave. Lo hemos visto en ensayos clínicos de fármacos".
Hace diez meses no existía el Zendal. No estará de más si en unos días, como ha pronosticado algún medico en televisión, se llenen las 1.000 camas del hospital de pandemias de Madrid.